María del Carmen Lorente Aguilar fue la primera concejala socialista en el Ayuntamiento de Murcia de la era democrática. El día 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales en España. En Murcia ganó el PSOE con 13 concejales, seguido de UCD con 12 y, por último, el PCE con 2 representantes. PSOE y PCE alcanzaron un acuerdo de gobierno por el que el PCE desempeñaba la segunda tenencia de Alcaldía, la de Sanidad y Medio Ambiente. Fue una Corporación de 27 concejales, con una media de edad de 39 años, y una representación femenina de sólo dos concejalas, María del Carmen Lorente Aguilar por el PSOE, y María del Carmen Moreno Pallarés por UCD. En la sesión de constitución, el 19 de abril de 1979 tomó posesión como alcalde de Murcia José María Aroca Ruiz-Funes y el resto de concejales.

La noticia ayer de su muerte a los 82 años, tras una larga batalla contra el Azheimer, golpeó con dureza a familiares y compañeros de su actividad sindical y política. Tal y como publicó el escritor y político español, José Luis Gallego, «empezó muy joven a trabajar en Murcia, lugar al que se trasladaba desde Alcantarilla, y a participar en actividades con la Iglesia y la Asociación de Vecinos en el Barrio del Carmen». Más tarde estuvo colaborando con los sindicatos USO y UGT, y fue delegada de empresa en el Sindicato Vertical, «representación que llevó a cabo cuando trabajaba en una gran empresa de la construcción en Murcia, Bernal Pareja». Aquí arrancaría su vocación sindical y política durante el estallido de las protestas en el sector de la construcción, «su participación en conflicto fue esencial, a pesar de ser mujer en un mundo mayoritariamente masculino». En 1979 llegaría a dirigir la Concejalía de Obras y Servicios Comunitarios en el Ayuntamiento de Murcia. Tras su periplo político, se mantuvo ligada al PSOE y los movimientos sindicales. En noviembre del año 2006, tras el recuento de votos de las elecciones de los 50 miembros del Consejo de GreenPeace en España, fue elegida por los socios como la representante de Murcia. 

«Era una persona muy singular y muy cariñosa», recuerda emocionado el histórico dirigente de izquierdas en la Región, Pedro Antonio Ríos. El que fuera diputado en el Congreso durante 16 años recuerda dos anécdotas que definen «muy bien quién era». 

En el Entierro de la Sardina de 1981 la carroza del Ayuntamiento estaba estacionada junto al Jardín de Floridablanca a la espera de que saliese el desfile «y Mari Carmen se subió a la carroza; lo sardineros se plantaron allí diciendo que no, que no podía ser, que no van mujeres en las carrozas». Lorente Aguilar se atrincheró dentro de la carroza y exclamó: «soy concejala, yo de aquí no me bajo». Al final, por iniciativa de un edil de UCD, Mari Carmen se agachó y escondió en un rincón de la carroza para engañar a los sardineros y que el desfile se pusiera en marcha. «En cuanto arrancó el desfile se puso de pie, como los demás, y ya no paraba aquello ni Cristo; por lo que ella desfiló con nosotros de principio a fin con un par de pelotas», señala Pedro Antonio Ríos. 

En otra ocasión, se plantó en estadio José Barnés para jugar el tradicional partido de fútbol entre con cejales y funcionarios del Ayuntamiento, algo reservado hasta entonces sólo a los hombres. Jugó el partido. 

También estuvo muy vinculada a los movimientos feministas. «Una gran mujer, dispuesta a todo que se no arrugaba ante nada ni nadie; la Murcia que hoy tenemos es fruto de la seña de identidad que personas como Mari Carmen Lorente dejaron a su paso», asegura Ríos.