El año toca a su fin y, como cada vez que esto ocurre, llega el momento de pensar en los propósitos de cara al nuevo año: dejar de fumar, ir al gimnasio, comer más sano? ¿Y nuestra casa? Tener un hogar acogedor nos hace sentir mejor. No solo es cuestión de una buena decoración, sino de conseguir que la casa sea nuestro templo después de un duro día, ya que así estaremos más relajados y descansaremos mejor.

Pero, ¿cómo lo logramos? El orden, una buena iluminación y los textiles harán que nuestro hogar se convierta en nuestro refugio preferido.

1. El orden es necesario

Los espacios ordenados no solo son más prácticos, sino que además nos aportan calma y armonía. Coloca una zona de almacenaje en cada estancia de la casa para que te resulte más sencillo mantener el orden.

2. Explota la luz natural

Una buena iluminación natural es clave para conseguir una mayor sensación de confort. Aunque en tu casa las entradas de luz sean escasas, siempre existen fórmulas que nos ayudan a potenciarla. Usa espejos decorativos grandes y evita que las cortinas impidan la entrada de luz, especialmente si estas son pequeñas.

3. Conecta con la naturaleza

Las flores y plantas naturales aportan vitalidad a cualquier estancia de la casa, pero es que, además, las plantas ayudan a nuestra salud no solo potenciando nuestra sensación de bienestar, sino que además purifican el aire y eliminan sustancias químicas nocivas.

4. Descálzate

Andar descalzo en casa es saludable para nuestros pies. Así lo aseguran los expertos en podología. Pero para ello, es importante que el suelo sea cálido y confortable. ¿Cómo lo conseguimos? Coloca algunas alfombras en lugares estratégicos de tu casa.

5. La importancia de los colores

Está demostrado que existen ciertos colores que nos aportan armonía y, otros que nos mantienen más excitados y activos. Si nuestro objetivo es hacer de nuestra casa un lugar más relajante, huye de los colores intensos y apuesta por colores blancos, beige o arena. No solo son más confortables, sino que aportan más luminosidad.