Más de 50 casos
Corrupción, una fuga de 10 años y los GAL: la historia de los suplicatorios en España
Ábalos se sumará esta semana a la lista de parlamentarios a los que les han retirado la inmunidad para poder ser investigados por el Tribunal Supremo

Madrid. 27.02.2024. José Luis Ábalos durante unas declaraciones en el Congreso de los Diputados. POLITICA. CASO KOLDO. GRUPO MIXTO. RUEDA DE PRENSA / JOSÉ LUIS ROCA
La televisión del Congreso de los Diputados emite ininterrumpidamente todos los plenos. De principio a fin. Salvo cuando se trata de debatir sobre los suplicatorios enviados por el Tribunal Supremo. Entonces, la cámara apunta al techo abobedado del hemiciclo, pintada por el artista Carlos Ruiz de Ribera, mientras abajo los diputados votan de manera secreta si levantar o no la inmunidad a alguno de sus compañeros. Este miércoles, la cámara volverá a enfocar el retrato de Isabel II que preside las sesiones y el pleno aprobará la petición del Supremo para investigar a José Luis Ábalos. El exministro de Transportes pasará así a formar parte de la historia de los suplicatorios de España, junto a José Barrionuevo, Ramón Tamames o Alberto Casero.
La Comisión del Estatuto de los Diputados, por mayoría absoluta, aprobó el pasado martes conceder el suplicatorio solicitado por el Tribunal Supremo para investigar al exdirigente socialista por el caso Koldo. La decisión era más que previsible. Desde 1998, la Cámara Baja no ha rechazado ninguna petición del alto tribunal. Ni siquiera las alegaciones de Ábalos, denunciando que es objeto de una "cacería política" sirvieron. Todos los grupos se mostraron a favor y este miércoles deberán dar el visto bueno definitivo en el pleno.
Ábalos se convertirá entonces en el trigesimo diputado -el quincuagesimosexto si se tiene en cuenta a los senadores- que pierda su inmunidad desde la restauración de la democracia. El Supremo considera que hay indicios en su contra por la posible comisión de, al menos, cuatro delitos: integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación. Si uno echa la vista atrás puede comprobar que los diputados que precedieron a Ábalos estuvieron en su misma situación, aunque por causas muy diversas.
La apología del terrorismo y las injurias
"A partir de este momento, la sesión tiene carácter secreto". Estas palabras pertenecen al diario de sesiones del Senado del 27 de mayo de 1979, cinco meses después de Juan Carlos I sancionara la Constitución. Aquel día se hizo uso por primera vez de la figura del suplicatorio, contenida en la Carta Magna, para autorizar al Supremo a investigar a Miguel Castells, senador de la extinta Herri Batasuna (HB) por apología del terrorismo. Seis meses después, y por el mismo delito, el Congreso se estrenó retirando la inmunidad a los también diputados de HB Telesforo Monzón y Francisco Letamendía. En la siguiente década se retiró la inmunidad a cinco diputados más de HB.
El caso más conocido fue el de Ángel Alcalde, encarcelado bajo la acusación de colaborar con ETA y que al obtener el acta de diputado el 4 de diciembre de 1989 fue puesto en libertad. Ocho días después, el Congreso aprobó el suplicatorio del Supremo por "presunto delito de colaboración con bandas armadas". Para entonces, Alcalde ya se había fugado y estuvo en paradero desconocido durante más de una década. Eso sí, la condición de diputado no la perdió hasta 1993, cuando se celebraron unas nuevas elecciones.
La disputa PP-PSOE
Dejando atrás aquellos años, los verdaderos protagonistas de los suplicatorios siempre han sido los diputados del PP -y la anterior Alianza Popular- y PSOE, que acumulan entre sus filas 46 de los 67 suplicatorios concedidos por las Cortes Genelares: 28 los populares y 18 los socialistas. La principal causa por la que el Supremo solicita investigar suele ser la corrupción: Luis Bárcenas (PP) por cohecho y fraude fiscal; Ángel Sanchís (PP) por el caso Naseiro; Josep María Sala (PSOE), por el caso Filesa; o Pepe Blanco por tráfico de influencias en el caso Campeón.
Pero la cosa no se queda ahí. El que fuera ministro de Interior con Felipe González, José Barrionuevo, tuvo que presenciar cómo sus compañeros le retiraban la inmunidad en 1995 para que el Tribunal Supremo le investigara por la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), hecho por el que fue condenado a diez años de prisión. También fue objeto de un suplicatorio Ramón Tamames, el paladín de Vox en la moción de censura contra Pedro Sánchez, que en 1987 fue condenado por injurias al acusar a un secretario de Estado de esnifar cocaína. La jueza que le obligó a publicar una rectificación en los medios fue, ni más ni menos, que Manuela Carmena.
Alcohol al volante
Y los parlamentarios tampoco se libran de ser acusados por delitos más ordinarios, como el exceso de velocidad. En abril de 2024, el Senado dio el visto bueno para que el Supremo investigue al senador José Manuel Baltar por conducir a 215 kilómetros por hora en un tramo limitado a 120 km/hora. Y, entre 2010 y 2013, se retiró la inmunidad a tres diputados del PP, Vicente Ferrer, Arsenio Pacheco y Nacho Uriarte, por conducir bajo los efectos del alcohol.
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