ENTREVISTA

Antonio Maíllo (IU): "La política se ha convertido en una categoría comunicativa, hay demasiada profesionalización"

El coordinador de IU aboga por la movilización social como palanca para los avances en el Gobierno de coalición

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida.

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida. / José Luis Roca

Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) impugna la política desde la raíz. El coordinador federal de IU hace balance sobre un cierre de ciclo. Un ciclo acelerado en los últimos diez años que ha llevado, a juicio, a unas dinámicas que aspira a revertir. Quiere "humanizar" la política, pero también que la política vuelva a la calle. Critica la excesiva "profesionalización" de este ámbito, demasiado instalado desde hace un tiempo en las redes, y se muestra convencido de que sólo la movilización será la palanca decisiva para mover al PSOE en el Gobierno y lograr hacer ley de las aspiraciones sociales.

Y su primer hito en este camino sucederá en poco más de un mes, el 23 de noviembre, en la Convocatoria por la Democracia a la que están llamados partidos, organizaciones y sindicatos, donde el exparlamentario andaluz aspira a "reencontrarnos", a volver a la política clásica después de un ciclo que echó a andar en 2014, que canalizó la indignación del 15M;, y que terminó con el desencuentro de la izquierda y el aislamiento pospandémico. Maíllo aspira a recuperar el combate ideológico y a los debates participados, cerrando el tiempo de los hiperliderazgos en una nueva etapa "que dependa menos de las individualidades". "Queremos construir algo que sea más modesto en la expectativa, pero que genere menos frustración en la realidad".

En noviembre tendrá lugar la Convocatoria por la democracia, un encuentro que organizaron para aunar a partidos y sociedad civil, ¿IU va a liderar esa reconfiguración de la izquierda?

Nosotros no vamos a liderar nada, sino a construir mucho. Esta convocatoria es una interpelación a la sociedad directamente, sin intermediarios, desde una constatación: que ante esa ofensiva de sectores reaccionarios el objetivo es cambiar el estado de ánimo de la izquierda, que está muy a la defensiva y pasar a una ofensiva en términos sociales y administrativos. Una defensa de la democracia, pero no una defensa abstracta. Estamos hablando de construir un proyecto de país donde se viva con dignidad y muy vinculado a los derechos conquistados, algunos que mantener como la sanidad o educación pública que se están deteriorando, y otros que tenemos que seguir construyendo como es el caso de la vivienda.

Lanzamos una suerte de militar desde la alegría. Interpelamos a militantes náufragos que quieren defender los derechos desde un proyecto de país

Hay un cambio de estado de ánimo, una ofensiva, y nosotros seguimos nuestra hoja de ruta mientras hay una cierta ralentización en los ritmos que IU considera que debe de ser respecto al bloque histórico. IU quiere llenar de contenido lo que tiene que ser una unidad que tiene que basarse en lo concreto no en dos cuestiones abstractas y desde luego no queremos que se base solamente negociaciones de listas, eso no es la unidad en la que nosotros nos queremos identificar.

IU como proyecto federal tiene mucho arraigo y eso nos permite desplegarnos con más facilidad que otros proyectos que a lo mejor son más digitales o están en construcción. Y sobre esa propuesta lanzamos una suerte de militar desde la alegría. Interpelamos a militantes náufragos que quieren defender los derechos desde una posición global, no sólo en el ecologismo, en la defensa de la sanidad o en la lucha contra los desahucios, sino en un proyecto de país. Esto no es una convocatoria de un día con gran diseño o espectacularización. Ees el pistoletazo de salida de un proceso que va a estar desplegado en el territorio hasta mayo o junio.

Hablaba del 'militante náufrago': ¿el proyecto de Sumar ha dejado a gente desencantada que ahora hay que reenganchar?

No lo sé. Sí hay evidencia de que hay gente desencantada por varias razones y no todas son endógenas. Ha habido un ciclo muy agotador en estos últimos 10 años que en términos políticos no ha sido una década, son dos. Y quizás también ha habido un proceso de lectura errónea sobre el resultado del 23J que ha hecho desistir a gente que nosotros queremos rescatar.

Y nosotros lo que hacemos es hablar de política, de reencontrarnos en lo concreto: en el debate de vivienda donde tenemos que impulsar al Gobierno desde la movilización popular, o la defensa por la paz. La nuestra es una llamada a gente que quiere sentir que sus opiniones son tenidas en cuenta y en eso IU ofrece un espacio que amplía el radio de acción y donde gente que no milita de manera clásica pueda sentirse cómoda en construir país, territorio o comunidad.

Decía que se había producido una ralentización de los ritmos, ¿a qué se refiere?

La ralentización se produce cuando no se hace nada. Nosotros planteamos esta convocatoria ya en julio para ser un punto de inflexión en dos sentidos: uno, de no estar a la defensiva en la izquierda frente al avance de los discursos reaccionarios y de odio. Y dos, dejar de hablar de nosotros mismos y hablar de los problemas que afectan a la sociedad. La manifestación del pasado domingo en Madrid huele a punto de inflexión en la calle y es una magnífica noticia. Esta interpelación social sitúa a la militancia de izquierda Unida en una posición de diálogo directo y fraternal con la gente, con la vuelta a la presencialidad, a encontrarnos en espacios con propuestas que se decidan de manera participativa. Ha habido demasiada verticalidad esta década y tenemos que reivindicar esa horizontalidad en la toma de decisiones, ese sentirse que uno es parte de un proyecto común, de esperanza, de alegría, una complicidad hasta emocional.

Ha habido demasiada verticalidad esta década y tenemos que reivindicar esa horizontalidad en la toma de decisiones

Es reivindicar la política como una actividad humana y esa dimensión se ha perdido porque hay demasiada profesionalización de la política, que se ha convertido en una categoría comunicativa y no a lo que debe ser, que es una categoría de propuestas y de combate ideológico. Y mucha gente necesita que recuperemos ese marco. Hablo de naufragios porque necesitan un palo al que agarrarse para construir un país. Frente al miedo en que nos quieren instalar el marco del debate de la derecha, hay que abrir un nuevo marco. La manifestación de la vivienda lo abrió y creo es un punto de inflexión.

¿Es el germen de una candidatura de unidad?

Una hoja de ruta que va desde que está desarrollando y se resuelve la forma de articulación del espacio, esta organización federal va a desarrollar su hoja de ruta para ampliar alianzas, construir proyectos de país y desarrollar un programa que de alegría y que estimule a la gente de izquierdas para que confíen y luchen por cosas que merecen la pena.

¿En esa alianza caben todos, incluido Podemos?

En esa alianza caben todos. Todos dentro.

En el caso de Andalucía, parece que está cristalizando una alianza entre partidos de izquierdas, ¿es el ejemplo a seguir?

Me gusta el caso de Andalucía y puede ser el ejemplo a seguir si cristaliza bien. Se ha construido algo con prudencia, amasando, como una iniciativa muy interesante el Partido Comunista de Andalucía haciendo una propuesta de carácter político para construir una un programa de transformaciones de Andalucía que es un nuevo contrato social con la izquierda andaluza y yo creo que tenemos que estar muy atentos, a cómo se desarrolla el proceso porque como digo ahí están todos dentro.

Fue un proceso que empezó realmente mal.

Porque a lo mejor, en esta no sé qué que es la política, lo que de pronto sube y lo que antes era algo no deseado, de pronto adquiere mucho valor; lo que parecía que estaba amortizado recupera su prestigio, vuelve al foco. Nosotros por ejemplo en Izquierda Unida hemos sentido cómo parecía que grandes sectores pensaban que era un proyecto superado y sin embargo miran ahora con mucha esperanza a IU, que por su forma de actuar, su cultura política y su trabajo a largo plazo es ahora un vector más importante de lo que podía ser hace seis o siete años. Y nosotros lo celebramos.

Debemos alejarnos un poco de estas dependencias emocionales o de la política del último referente electoral y hacer un proceso que dependa menos de las individualidades

¿No cree que el votante de izquierdas puede estar frustrado tras los últimos diez años?

Evidentemente. Todo lo que genera expectativas genera después frustración, pero eso no es patrimonio de la izquierda, es patrimonio de la vida. Quizás este ciclo ha sido muy agotador y no se han satisfecho muchas de las expectativas que se habían creado. Esa distorsión entre las expectativas y la realidad genera frustración, pero también hay decisiones que se han tomado que no han sido las más acertadas, por eso hay que volver a la recuperación del empoderamiento de la gente y alejarnos un poco de estas dependencias emocionales o de la política del último referente electoral y hacer un proceso que dependa menos de las individualidades. Yo creo que ahí está la clave de construir algo que sea más modesto en la expectativa, pero que genere menos frustración en la realidad.

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida.

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida. / José Luis Roca

Decía que la huelga de vivienda había sido un punto de inflexión, pero Sumar en el Gobierno ha puesto en la mesa medidas en esta materia que no se están teniendo en cuenta, ¿no corre el riesgo sumar de quedar dibujado al estar en un Gobierno que no actúa sobre este asunto?

Aquí hay un debate que acaba de empezar e IU tiene unas propuestas muy claras, que tienen mucho que ver con un cambio de enfoque respecto a lo que se ha hecho hasta ahora, donde ha habido un enfoque desde la perspectiva de la del sector privado. Queremos un cambio de paradigma vinculado a la construcción de viviendas en régimen de alquiler de carácter público, y eso conlleva un cambio de cultura que no es fácil, se lo reconozco, y una necesidad de una audacia legislativa.

Cuando no hay coincidencia enter socios de Gobierno, la parte minoritaria tiene todas las de perder, y la única solución en materia de vivienda es desde ese empoderamiento de la movilización popular, que el Gobierno y las Cortes canalicen en leyes esas aspiraciones populares

¿Qué es lo que ocurre que la aritmética de negociación de un gobierno? Que cuando no hay coincidencia, la parte minoritaria tiene todas las de perder. Por tanto, la única solución en materia de vivienda es que desde ese empoderamiento de la movilización popular, con la iniciativa de organizaciones y sindicatos de inquilinos el Gobierno y las Cortes canalicen en forma de leyes esas aspiraciones populares.

Si nosotros escribimos el debate de la vivienda como un debate de élites, de representatividad, ganan quienes tienen más aritméticamente. Pero si lo convertimos en un debate de movilización popular es la oportunidad que tenemos ahora mismo en España para convertir en leyes aspiraciones que vienen de hace mucho tiempo con respecto al cambio de paradigma de vivienda.

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida.

Antonio Maillo, coordinador general de Izquierda Unida. / José Luis Roca

El actual paradigma solamente genera una especulación y con medidas paliativas como el bono joven lo único que se hace es que los propietarios estén contando cuánto le van a subir a los inquilinos el alquiler para que la transferencia les llegue a ellos. Hay medidas que se pueden hacer de carácter inmediato y creo que es importante no tener miedo. Ahí hay discrepancias porque creo que hay una visión muy conservadora por la parte del PSOE en el Gobierno. Este marco timorato de reformas cosméticas nos ha llevado al encarecimiento de la vivienda.

La base del problema es la especulación: una de cada tres adquisiciones de vivienda en nuestro país son sin hipoteca, por gente que no necesita financiación y lo hacen como activo de inversión, no por necesidad habitacional. Hay que circunscribir la compra de vivienda que sea para vivir y medidas fiscales que contribuyan a desistir que la vivienda sea atractivo como activo financiero.

La ministra de Vivienda ha sido una de las figuras más cuestionadas por Sumar y algunos han llegado a pedir su salida, ¿cree que debe continuar en el cargo?

Su trayectoria en el Ministerio de la Vivienda no se resuelve con la dimisión, sino qué política acordemos hacer y hay una clave: yo estoy convencido de que si las manifestaciones de vivienda previstas en otras ciudades como Valencia Sevilla siguen el éxito de convocatoria, esas movilizaciones van a obligar al Gobierno a mover ficha en su parte más conservadora.

Más allá de la vivienda, ha habido muchas propuestas acordadas en el Gobierno que está costando mucho sacar, ¿cree que Sumar debería replantearse su estrategia en el Gobierno para que salgan adelante?

Estamos convencidos de que solamente desde una movilización social se puede conseguir que salgan adelante medidas en un Gobierno donde la aritmética hace no alcancemos esos objetivos como parte minoritaria. Yo creo que la reducción de jornada laboral se va a conseguir entre otras cosas porque creo que hay una gran alianza con los sindicatos y aunque nos gustaría que fuera con el concurso de la CEOE, también somos partidarios de que se adopte si no hay acuerdo, porque no podemos estar 40 años sin que haya una modificación en la jornada laboral.

¿Puede haber acuerdos con el PP en su giro social, en el aumento de permisos por nacimiento?

Una cosa es que sea bueno, que yo creo que sí, y otra cosa es que sea posible, que creo que no. Es decir, el Partido Popular se ha echado al monte y han revelado una estrategia que es que van a intentar derribar el Gobierno por lo civil o por lo militar. Quiero decir, si no es por la aritmética parlamentaria, que sea por la aritmética judicial. Y yo creo que no solo se equivocan, sino que la realidad de Parlamento, de los grandes debates, pueden hacer que una aprobación de Presupuesto General del Estado alargue la Legislatura y el PP siga estando cada vez más aislado. Yo no lo veo posible porque los acuerdos de avances sociales que se han apoyado por el máximo porcentaje del hemiciclo, pero dudo que el PP esté en esas.

Después de que el Fiscal General del Estado fuera imputado, ¿cree que sería bueno para la institución de la Fiscalía que dimitiera?

En absoluto. Sería ceder al chantaje de una trama mediático político judicial que hay en este país y que empezó con la ley de amnistía y sigue con su curso con un objetivo que es intentar hacer descarrilar la Legislatura, reventar al Gobierno, que vuelva a haber elecciones y evidentemente con una fundamentación jurídica que no se sostiene, como lo ha dicho ya la Unión Progresista de Fiscales.

Me parece que el escándalo que se haya imputado con apenas base jurídica ni fundamento sostenido al Fiscal General del Estado

Me parece que el escándalo que se haya imputado con apenas base jurídica ni fundamento sostenido al Fiscal General del Estado sobre la base de una comunicación que no solo no era una opción sino que era una obligación del propio fiscal de comunicar a la sociedad la veracidad de una información y que no reveló ningún dato nuevo porque todos los datos que se comunicaron fueron datos que ya se conocían de la pareja de Ayuso.

Ha ocurrido algo que es terrible, no desde el punto de vista democrático, que es como se revierte la carga de la prueba y resulta que quien cumple su obligación es imputado o es investigado y un delincuente fiscal aparece como victorioso aparente de este proceso. Están ocurriendo cosas muy graves que justifican esta convocatoria de una democracia.

Sobre el caso Koldo, ¿IU cree que Pedro Sánchez ya ha dado todas las explicaciones?

El caso Koldo acaba de empezar en términos judiciales y tendremos que conocer todas las informaciones. El problema no es solo que aparezcan casos de corrupción, la gran clave es cómo actúas cuando aparecen, y hay quien ha actuado tapándolo como actuó el Partido Popular que por cierto, el lunes ya condenó otra vez a cárcel a uno de sus ministros, Zaplana, que es el cuarto ministro condenado, y hay otra opción que es transparencia, claridad caiga quien caiga y desde luego colaboración con la justicia.

Nosotros confiamos en que el informe de la UCO no se conviertan en papeles construidos que después no lleguen a ningún sitio, no como ha pasado y que es estremecedor como el informe de la UDEF en el Caso Neurona. Hay que tener cuidado con eso y seguir un procedimiento y que paguen los culpables si se produce delito.

¿No temen que estos casos puedan afectar también a Sumar, al estar dentro del Gobierno?

Afecta si si tú no actúas con transparencia y con contundencia pero aquí hay dos elementos. No estamos ante una sociedad que como hace 10 años ante cualquier auto judicial se convertía en verdad sin que se hubiera habido sentencia. Ahora hay un mayor cuestionamiento sobre autos y actuaciones que después no han dado lugar a nada y por tanto hay mucha gente que ha sufrido injustamente y ante eso la antena están más madura con respecto a los procedimientos judiciales. Esto es una construcción de la derecha para erosionar al Gobierno pero tenemos que actuar con transparencia respecto a los casos y ver si lo que dice la UCO, si realmente se ha producido, que no siempre es así.

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