Entrevista

Villarejo: "Saca el pendrive con lo de Luis Bárcenas y machácalos a todos"

"Tenía memorizado el teléfono personal de Rajoy. Él nunca habló conmigo, pero sí me mandaba mensajes", afirma el excomisario

Villarejo: "Saca el pendrive con lo de Luis Bárcenas y machácalos a todos"

Ferran Nadeu

Albert Sáez, Ernesto Ekaizer

"El nombre 'Kitchen' ('Cocina') se lo puse yo porque se trataba de ir a buscar a la trastienda documentos comprometedores. Se incursionó en un local, un pequeño trastero que Rosalía Iglesias, la esposa de Luis Bárcenas, usaba para restaurar muebles, y se obtuvo material", recuerda José Manuel Villarejo

La segunda parte de entrevista con el excomisario que ofrecemos este martes a nuestros lectores, tras abordar en una primera entrega la operación Cataluña, describe lo que fue la aventura policial -no parapolicial- para recuperar material comprometedor para Mariano Rajoy en poder de Bárcenas, que mantuvo una estrecha relación con su extesorero nacional del PP y su esposa. "Rajoy tenía pánico, estaban convencidos de que había pruebas. Se lo dije al Gordo, al comisario Enrique García Castaño cuando le destituyeron: "Saca el pendrive y machácalos a todos".

¿Quién le pone este nombre?

Probablemente fui yo. Se trataba de encontrar lo que había en la trastienda, en la cocina. Bárcenas era para mí el cocinero de la economía del PP. A todas las fuentes les puse K1, K2, K3, y así hasta siete. Me vuelven a llamar cuando ya estaba en marcha. Y había fallado y como siempre "bueno esto Villarejo lo arregla". Decían que tenía capacidad de empatía con las fuentes para convencerlas. Y así lo hago. Y, como en Catalunya, también llegado cierto momento, me apartan. Y cuando hacen la incursión esa.

En el taller de restauración de Rosalía, esposa de Bárcenas. Vamos, un trastero en la madrileña calle del general Díaz Porlier.

Sí, era un paripé. Lo utilizaban para restaurar cuadros y justificar ingresos.

¿Qué tenían allí?

A mí lo que me dicen es que además de cosas que afectaban al PP, había cosas que afectan al rey [Juan Carlos I], a la Corona. Porque tenían los mismos testaferros. Con Bárcenas, no. Pero como trabajó con Francisco Correa [Gürtel], con Correa sí y con [Ramón] Blanco Balín, que tenía mucha relación con Bárcenas. He hablado en alguna ocasión con Blanco Balín sobre ese riesgo que había con Bárcenas.

Y las teóricas grabaciones que habría hecho Bárcenas en la sexta planta del edificio del PP en la calle Génova con Mariano Rajoy, ¿eran el objetivo de Kitchen? ¿Y otra que habría hecho en Sevilla el restaurante Oriza de Sevilla?

Yo creo que sí. Estaban convencidos y de ahí el pánico que tenía el presidente Rajoy. Yo tenía mis teléfonos prepago, que me facilitaban los contactos en esta operación [Kitchen], que los cambiaban cada quince días, tenía memorizado el teléfono personal de Rajoy. Él nunca habló conmigo, pero sí me mandaba mensajes. "¿Eso es cierto?" o "eso no es verdad", y yo le contestaba "sí", "no", y tal. Y cuando yo fui a declarar a la comisión de investigación del Congreso el juez [García-Castellón] advirtió -no quiero decir amenazó- a mi abogado: "cuidado con lo que va a decir Villarejo, lo vuelvo a meter en la cárcel, que todavía le queda medio año para el máximo de cuatro de preventiva". Se cabreó y me llamó a declarar inmediatamente y enseguida cambió de opinión. Y cuando fui a declarar y le di el teléfono privadamente, porque no quería hacerlo constar, me dijo que "bueno, hay mucha gente que tenía el teléfono personal de Rajoy, que eso no era significativo".

El DAO Eugenio Pino le dice a Enrique García Castaño, después de su 'entrada' en el local de Díaz Porlier, que temía que usted tuviera un pendrive con lo obtenido. Y dice: “El que tenga esto manda mucho”. Se refería al material presuntamente recuperado.

Es cierto. Cuando al final se decide entrar para llevarse esto, y en un momento que hablo a solas con Enrique García Castaño -por cierto, el pobre no se ha recuperado de su ictus-, pues le digo: "oye Gordo, no seas mamón y quédate con una copia y dame a mí otra por si acaso". El malvado, traicionero, le dice a Pino y a Paco Martínez "oye Villarejo me ha pedido una copia". Me llama Pino: "¿tú le has pedido una copia al Gordo?". Yo le contesto que no, y le digo al Gordo que cómo me ha hecho esta putada. 

 Seguimos en el umbral de la historia, ¿qué se obtiene de la operación Kitchen?

De verdad, yo no tuve acceso a los resultados. Cuando se irrumpe en Díaz Porlier yo estaba fuera. Y cuando llega el mes de septiembre, Sergio Ríos [el chófer de Bárcenas, que Villarejo ha logrado captar para la operación y ponerle en nómina de la Policía] me cuenta cómo ha ido todo y al Gordo lo destituyen, en febrero de 2017, como jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), le llamo y le digo: "Oye ¿no tienes el tema de Kitchen, lo de Bárcenas? Sácalo y machácalos a todos".

 Pero, ¿qué hay, o hubo, en ese pendrive?

No lo sé, pero sí creo que hay. Porque en un momento de debilidad emocional, Enrique me lo confiesa, me dice que sí.

Quería preguntarle por algo que me ocurrió a mí en esa esa etapa, mayo de 2015. Salgo de una entrevista que me había concedido Bárcenas para reflejar en mi libro 'Queríamos tanto a Luis' y mientras estoy en la calle esperando cruzar y envío un mensaje, un motorista enorme viene en una moto de gran cilindrada a gran velocidad.

Le quita el móvil. Es el CNI. Lo suele hacer. No tenga duda.

Y llamo por teléfono a García Castaño

Y le dice tú me has quitado.

No. Le cuento lo que ha pasado y me manda un policía a casa. Y nunca más se supo que pasó con mi teléfono.

Él seguro lo sabía. Pero esa técnica era típica. Ahora existe el programa que es el esnifador. Se le coloca un teléfono al lado y le saca todo sin necesidad de ese traumatismo. Si fuera el Gordo, ve el modelo y le hace el cambiazo. Lo chupa todo y se lo vuelve a cambiar.

Hay un mantra y la prensa cuando habla de Kitchen se refiere a una operación parapolicial cuando es una operación oficial.

Para qué ¿no? Pero para-qué. Y donde estaba, también estaba el CNI, ojo. Porque el CNI en muchas de las fotos que se sacaban aparecen motos y en un momento hubo una colisión de vehículos. Estaban los [agentes] del Gordo [UCAO], los de Asuntos Internos, los del CNI, alguno de la Guardia Civil, hasta de los pueblos habían ido allí a la calle Príncipe de Vergara, la casa de Bárcenas.

 Y luego están los internos de la cárcel que colaboran para controlar a Bárcenas, el informático.

Hay un tipo que obtiene muchos permisos, colombiano, compañero de módulo de Bárcenas y este le pide que entre en su nube. Y le pide creo que son 2.000 euros para comprar un ordenador. Y a la salida nos informa a nosotros.

Pero finalmente se lo detiene fuera y lo envían a la cárcel.

Sí, lo detienen en una comisaría. Yo lo hablo con Paco Martínez. Lo meten p’adelante [prisión] con lo cual estropean lo que se suponía iba a hacer este colaborador. Cuando hay colisión de diferentes intereses que están participando pasan estas cosas. 

 ¿Y la incursión del falso cura en casa de Bárcenas? ¿Usted dijo que era una chapuza, que lo hubiera hecho bien.

Le puedo asegurar que eso no vino del Ministerio del Interior. Que a algún chalado se le pudo ocurrir, eso no lo descarto.