GOBIERNO DE COALICIÓN

Podemos confía en salir indemne del choque del sí es sí en el próximo ciclo electoral: “Resistimos”

"Nuestro electorado está curado de espanto, es resistente", zanja una voz autorizada del partido

Irene Montero, en los pasillos del Congreso.

Irene Montero, en los pasillos del Congreso. / EFE

Ana Cabanillas

Balance de daños después de una semana negra en la coalición. La fractura del Gobierno a cuenta de la reforma de la ley del sí es sí ha marcado un punto de inflexión en la legislatura y abre camino al clima electoral que teñirá todo el año 2023. Mientras Pedro Sánchez ha ordenado a las filas socialistas “templanza” para rebajar el nivel del choque con el sector morado, en Podemos han elevado el tono de confrontación. Una estrategia que se explica en la convicción de que esta refriega no les penaliza, y que no les restará apoyo en las próximas citas con las urnas. 

En el partido han seguido las últimas oleadas de encuestas con extrema atención, y la conclusión que sacan es clara: “Resistimos”, “no hay caída”, apuntan fuentes de la dirección, que zanjan que “no nos pasa factura”. Otras voces se muestran algo más prudentes, y aunque aseguran que “todavía es pronto” para sacar una conclusión definitiva, sí se muestran convencidos de que “la base del electorado está con nosotros”.

“Nuestro votante está curado de espanto, es resistente”, aseguran, en referencia a lo que consideran una campaña contra Irene Montero después de que se mantuviera firme en su rechazo a la reforma planteada del PSOE tras las casi 800 rebajas de condenas a agresores sexuales y cerca de 80 excarcelaciones. El argumento de Podemos para su oposición es que la propuesta desvirtúa el espíritu de la norma y desplaza del centro el consentimiento, al introducir un subtipo penal para agravar las penas de agresiones donde haya existido violencia.

“No nos pasa factura”, zanjan fuentes bien situadas en el partido. Consideran que el electorado morado comparte las tesis defendidas por Montero, y que cuentan con el respaldo del sector del feminismo más reivindicativo. La formación parece contar con un suelo firme de votantes que se han mantenido fieles durante los últimos años, y en este contexto consideran difícil que precisamente ahora, estando en el Gobierno y aprobando avances sociales y feministas, el enfrentamiento con el PSOE les pueda penalizar. 

En las últimas encuestas publicadas es cierto que Podemos no parece verse afectado por la polémica. El sondeo de Gesop para Prensa Ibérica otorgaba a Unidas Podemos entre 30 y 33 asientos en el Congreso, frente a los 35 actuales. El del 40dB para El País Cadena Ser también la otorgaba 33 escaños y un 12,3% del voto, con una ligera subida respecto al mes anterior. La encuesta de SocioMétrica para El Español apuntaba en el mismo sentiodo y le otorgaba un 11,2% de los apoyos y 30 asientos.

En Podemos creen que “el Partido Socialista no está calculando bien” las consecuencias de haber aprobado la tramitación de su reforma junto al PP, y consideran que a los socialistas “les va a pasar mucha más factura”, puesto que “son ellos quienes han roto la unidad del feminismo”. Miembros socialistas del Gobierno niegan la mayor y apuntan a que “el voto de la mujer es eminentemente progresista, y socialista”, y aseguran que la corrección de la norma en ningún caso desmovilizará a los suyos. 

En el ala mayoritaria de la coalición, en cambio, se muestran convencidos de que el choque "no viene bien a nadie". Consideran que la estrategia adoptada por Podemos no responde tanto a una diferencia ideológica sino a una estrategia para revertir su debilidad en el Gobierno. “En todos los gobiernos de coalición donde están, son minoritarios, y acaban teniendo la sensación de que se diluyen y que tienen que hacer algo”, apunta un miembro socialista del Ejecutivo. En Moncloa creen que la férrea posición de Podemos se explica en que “creen que sacan partido”, pero se muestran rotundamente contrarios a que logren su objetivo: "Nadie saca partido".