Choque por el aborto

El PP se sacude la responsabilidad de haber entregado poder a Vox en los gobiernos

El sainete de Castilla y León con la rectificación de Mañueco a su vicepresidente por el aborto pone de relieve la difícil convivencia con la ultraderecha | Sémper subraya que los conservadores no tendrían que haber pactado con los de Abascal en Castilla y León si el PSOE hubiera facilitado la investidura de la lista más votada

Borja Sémper.

Borja Sémper. / EP

Pilar Santos

El PP ha intentado escabullirse del pulso que le ha echado su socio en la Junta de Castilla y LeónVox, con el aborto y lo ha hecho señalando al Gobierno de Pedro Sánchez. El nuevo portavoz de los populares, Borja Sémper, ha argumentado que, si la ultraderecha tiene algún poder en España, es porque al secretario general del PSOE le interesa y porque, en este casos, los socialistas no facilitaron en Castilla y León que gobernara la lista más votada (la del PP) y hubo que buscar aliados.

En opinión de Sémper, Vox ha acudido "al rescate mediático de Sánchez" y es un "chollo" para el Gobierno de coalición. Tras esas afirmaciones y ante la pregunta de si se arrepienten de haber pactado con Vox, el portavoz ha dicho que cree que PSOE y PP deberían alcanzar un acuerdo para que "gobierne la lista más votada" para evitar a los "extremistas". El portavoz considera que los dos grandes partidos deberían cerrar un pacto de esas características antes de las municipales y autonómicas de mayo, porque "en un momento extraordinario es necesario tener respuestas extraordinarias". "Así los gobiernos se podrían dedicar a gobernar", ha destacado. Esta es una tesis que ha defendido Alberto Núñez Feijóo siempre, aunque si su antecesor, Pablo Casado, la hubiera aplicado, el PP no habría logrado en 2019 las presidencias de Andalucía, Madrid, Murcia y Castilla y León. Porque en aquel año en Castilla y León, la "lista más votada" fue la del PSOE y el PP lo desbancó pactando con Ciudadanos. En 2022, sí que ganó las elecciones el PP, con Alfonso Fernández Mañueco, y se alió con Vox para poder gobernar.

Sémper ve "absurda" la crítica del Gobierno por el silencio de Feijóo en esta polémica: "No va a comentar cada cosa que dicen los vicepresidentes autonómicos"

Los populares están sufriendo estos días la convivencia con el partido de ultraderecha en el Ejecutivo autonómico, donde los de Santiago Abascal ocupan una vicepresidencia y tres consejerías. Todo empezó el pasado jueves, cuando el vicepresidente, Juan García-Gallardo, anunció que la Junta implantaría un protocolo con medidas "provida" y de fomento de la natalidad que incluiría obligar a los médicos a ofrecer a la mujer que quiera abortar que escuche el latido fetal y se haga una ecografía 4D. El PP ha tardado cinco días en aclarar que no se va a reforzar ni modificar nada.

La dirección de Feijóo ha querido que sea Mañueco el que saliera este lunes a corregir a su vicepresidente y pararle los pies, para intentar limitar la polémica a Castilla y León. "En ningún caso se actualiza el protocolo de las mujeres que se someten a una interrupción del embarazo. No se obligará a los médicos a nada, y no se obligará a las mujeres a nada", ha declarado Mañueco.

Feijóo ha mandado un recado a Mañueco vía Sémper al señalar que espera que los gobiernos autonómicos sean "responsables" y "sensatos" y en este caso "no se ha visto". El líder del PP no ha comentado en público nada de este asunto, algo que ha sido afeado por el Gobierno. Sémper ve "absurda" la crítica por el silencio del líder del PP: "No va a comentar cada cosa que dicen los vicepresidentes autonómicos", ha espetado.