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Cuca Gamarra: "Feijóo es mi tipo, es el tipo de la sociedad española"

Cuca Gamarra.

Cuca Gamarra. / Eduardo Parra

Karmentxu Marín

Cuca Gamarra es más suelta y reidora en la distancia corta que en público, aun sin perder la clarísima dicotomía entre los buenos y solventes -el PP- y los malos y errados -el Gobierno-. Tiene buen diente y disfruta del deporte, los viajes y una copa de Rioja rodeada de amigos. A veces le cuenta cosas a Oliver, su bichón maltés.

Esta no es una entrevista estrictamente política. Pero puede ir poniendo a parir a Pedro Sánchez, vamos ganando tiempo y luego ya procedemos. Desahóguese.

Jajaja. Como me desahogue, lleno la entrevista.

Ha pasado de Casado a Feijóo sin despeinarse. ¿Quiere decir que vale para un roto y un descosido?

No. Que soy una mujer de partido. El partido está por encima de todos nosotros. 

En el escaño demuestra ser de estricta observancia. ¿Qué le hace abandonar la posición de firmes?

Cualquier cosa que me toque el corazón o cualquier problema que tenga una persona. Soy una mujer muy sensible. 

¿Es consciente de que da una imagen agresiva, incluso dentro de sus propias filas?

No sé, dependerá del momento. Soy una persona firme, seria, y entiendo que soy tímida y, a veces, eso puede jugar en mi contra.

¿Se muerde la lengua con frecuencia?

Pocas veces. Con los años, cada vez menos. Pero intento ser reflexiva, pensar tres segundos antes las cosas.

¿O sea que todo lo que suelta por esa boquita en la tribuna se lo ha pensado antes?

No, ahí no [risas]. Creo que el parlamentarismo necesita espontaneidad y apartarse de la rigidez de un guion preestablecido. Los españoles se merecen que hagamos el esfuerzo de que eso sea así. 

¿Cuando llegó al Parlamento se imaginaba un ambiente tan bronco?

No. Yo llevo la legislatura corta y esta, y creo que se ha producido un rápido proceso de descomposición de la vida política española. Y en eso tiene mucho que ver Pedro Sánchez y su manera de entender la política.

Ha corrido cuatro o cinco maratones: Florencia, Budapest, Nueva York, París… ¿El próximo va de la carrera de San Jerónimo a la Moncloa?

Eso el Partido Popular lo ha empezado, y, sin duda alguna, ya está muy avanzado, en el kilómetro 30. Y en ese maratón del PP Feijóo llegará a la Moncloa, sin duda alguna.

Confiese dónde tiene tatuado el nombre de Alberto.

Bueno, yo le tengo mucha admiración. Y creo que la admiración y el respeto uno lo tiene que llevar tatuado en el día a día. Es la clave para trabajar en equipo.

¿Feijóo es su tipo?

Sin duda alguna, es el tipo de la sociedad española. Creo que tiene esa seriedad, ese aplomo, esa solvencia que la sociedad española echa en falta en la clase política que gobierna.

¿Argumentario aparte, le encuentra sexy?

[Se encoge de hombros]. Es un hombre que tiene esa solvencia y esa seriedad que hace que al final creas en él.

¿El Gobierno hace algo bien?

Siempre hay algo que se hace bien. Lo que pasa es que tenemos un Gobierno donde los problemas al final se cuentan por miles. En el balance de lo bueno y lo malo, lo negativo está ahí, y es muy duro todo lo que está ocurriendo.  

¿Quién la deslumbra del PP?

El presidente. Una persona que te da esa calma, esa serenidad que reconforta. O Elías Bendodo, por su gracia. La gracia andaluza siempre tiene un punto que es capaz de sorprenderte; y Miguel Tellado, desde otro punto de vista.

¿Trata con su terapeuta su obsesión con Pedro Sánchez?

No, porque creo que la tenemos ya muchos. No la tengo que tratar porque sabemos ya cuál es la medicación, el tratamiento, que la alternativa pueda llegar al Gobierno.

Entre sus personajes históricos favoritos está Margaret Thatcher. Si empezamos así, igual llega a ser fan de Díaz Ayuso, salvando las distancias.

Es que lo soy. Por su frescura, su espontaneidad, que creo que es importantísima en política. Y la personalidad.

De puro fresca, no le comerá la merienda al jefe.

Qué va. Yo creo que Díaz Ayuso es un gran activo del PP. Y todo lo contrario: entre todos le comeremos la merienda a Sánchez.

Hasta hace poco Ayuso y usted no estaban al mismo lado del río.

Bueno, yo creo que en esa etapa se cometieron errores. Pero lo importante es que supimos asumirlos, poner remedio y hacer las cosas bien.

El parlamentarismo necesita espontaneidad y apartarse de la rigidez de un guion

¿De qué querría ser ministra?

De nada. La vida parlamentaria me encanta. Lo que me parece un lío es ser ministra.

Se dice "feminista liberal". ¿Eso qué es?

Yo lucho y trabajo -lo he hecho toda mi vida y espero seguir haciéndolo- por que desaparezcan las dificultades entre hombres y mujeres. Pero entiendo que en esa lucha tienen que estar los hombres y, además, que esa lucha la hacemos todas las mujeres, independientemente de nuestra ideología. Y no parto de prejuicios.

¿La Cámara es un erial?

Si. Esta legislatura no está muy interesante.

¿Algo o alguien que le haga hiperventilar?

Cada que vez que veo a Bildu en la tribuna dándonos lecciones de democracia.

¿Usted qué opina de Cuca Gamarra?

Creo que intenta hacer las cosas lo mejor que sabe en cada momento. Y es una persona sencilla, humilde y muy amiga de sus amigos.