Uno de los mejores debates políticos televisados de los últimos tiempos en España tuvo lugar el 15 de mayo de 2017 en la sede del Partido Socialista Obrero Español, calle Ferraz de Madrid. Se enfrentaron Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López en medio de una tensa y emocionante carrera por el triunfo en las primarias que designarían al futuro líder de la organización. Aquella mañana López preguntó a Sánchez qué es una nación. El actual presidente del Gobierno respondió, pero sólo la pregunta elevó el palpable mal rollo. Hoy, octubre de 2022, López es el portavoz de Sánchez en el Congreso.

En julio, el líder indiscutido del PSOE (a ver cómo va 2023) puso al frente del grupo mayoritario de la Cámara Baja a alguien que ha tenido más vidas que él, que ya es decir. Fue lehendakari (gracias al apoyo del PP de Antonio Basagoiti) entre 2009 y 2012 y presidente del Congreso durante sólo unos meses de 2016, ya que la repetición electoral de junio de ese año desembocó en su reemplazo por Ana Pastor, del PP. Atravesó aquella legislatura en la Presidencia de la Comisión de Sanidad, que es un cargo de relativa placidez. Le sacó de la calma una decisión propia, la de competir por el liderazgo del partido, y de ahí aquel debate en Ferraz. Derrotado, pudo llegar a las elecciones de 2019 sin heridas ni magulladuras.

Durante un tiempo anduvo en la sombra. Fue una época en la que los adversarios internos de Sánchez optaron por el olvido. Pero ese ostracismo poco a poco se fue reblandeciendo. López, en concreto, comenzó a entrar en el núcleo de confianza de Adriana Lastra y de Rafael Simancas. En esta legislatura XIV tan convulsa, el diputado vasco suma ya tres cargos parlamentarios de calado: presidente de la Comisión Constitucional, presidente de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica posterior a la pandemia y portavoz del grupo.

No sólo eso. Fue designado responsable de Memoria Democrática en la Ejecutiva socialista. Su papel como "vendedor" de la norma, el día que la aprobó el Congreso (en el Senado, este miércoles, sorteó más de 500 enmiendas y ha quedado lista para su entrada en vigor) precedió a su salto a la portavocía que entonces ocupaba Héctor Gómez.

Tras unas semanas, incluidas las de verano, en las que él mismo explicitó que el nombramiento era sólo oficioso, se convirtió formalmente en la voz del grupo socialista, 120 escaños, incluido el suyo, el pasado mes de septiembre. Diez años después de la Lehendakaritza y seis después de la Presidencia de la Cámara, López, 63 años recién cumplidos, ocupa de nuevo la primera línea, y en un momento de máxima relevancia además, ya que Sánchez se está jugando revalidar mandato. No lo tendrá sencillo porque la demoscopia y el humor social, de momento, no acompañan.

Los presupuestos de 2022

El batacazo de las elecciones andaluzas reveló a Sánchez un problema estructural y se propuso solucionarlo. Detectó, o le transmitieron, que entre el partido, el Gobierno y el grupo parlamentario había disonancias y chirridos, así como un problema de comunicación. ¿Cómo es posible que pese a aprobar todas las leyes metidas en agenda y sostener el Estado de Bienestar la ciudadanía se sintiera tan distante?

Además de los ruidos incesantes provenientes de las fricciones PSOE-Podemos, cuyo remedio no depende sólo de él, el presidente y líder socialista notó ruido interno y falta de carisma, cuya solución sí dependía de él. Quitó a Felipe Sicilia y a Héctor Gómez y puso a Pilar Alegría y a Patxi López. Lastra también desapareció del organigrama y su lugar lo ocupó María Jesús Montero. Moncloa se hizo con los mandos. La negociación de los presupuestos de 2023 pondrán a prueba la nueva estructura.

Fuentes parlamentarias han relatado a El Periódico de España algunos pormenores de cómo fue la negociación de las cuentas vigentes, hace un año. La batuta la llevaron principalmente María Jesús Montero como ministra de Hacienda, Félix Bolaños como ministro de Presidencia, Lastra como vicesecretaria general y Gómez como portavoz del grupo. Los cuatro, por ejemplo, se sentaron a negociar con una delegación casi homóloga de ERC, en la que estaban Gabriel Rufián y Marta Vilalta, entre otros. La idea, en todo momento, era engrasar la comunicación externa e interna entre Gobierno, partido y grupo, y movilizar a uno u otro dirigente en función de las circunstancias y las reclamaciones de los interlocutores.

Gómez, como portavoz entonces, según las fuentes que conocieron aquel proceso, tuvo contacto con todos los grupos, en especial entre los considerados aliados. Fue importante su mediación, junto a Simancas, con Unidas Podemos, ya que la formación "morada" presentó enmiendas por separado a las cuentas. La instrucción consistió en evitar discrepancias por aquí. Una serie de reuniones y conversaciones con Pablo Echenique y con Txema Guijarro aliviaron las tensiones potenciales.

Que el Gobierno, el PSOE y el grupo despliegan todas sus fuerzas es un hecho que describen las fuentes consultadas, tanto de la órbita socialista como de la oposición. Si hay que poner en juego a un Ministerio concreto, se pone. Por ejemplo, en la negociación del desbloqueo de la ley audiovisual, que Esquerra puso como condición para salvar las enmiendas a la totalidad presentadas por otros grupos y para disuadirle de que hiciera lo propio.

Durante una noche y una madrugada enteras, ERC, a dos bandas en Madrid y en Barcelona, y el Gobierno y el PSOE, buscaron la manera de proteger el catalán en la oferta de las plataformas audiovisuales. Entró en escena Nadia Calviño porque su Ministerio tiene, entre sus competencias, la de las telecomunicaciones. Y la vicepresidenta, así como su entonces secretario de Estado en el ramo, fue clave, la que desatascó todo, apunta una fuente.

Los presupuestos de 2023

El martes pasado, en rueda de prensa, preguntado por quiénes negociarán el proyecto de cuentas públicas del año que viene, López citó a María Jesús Montero, al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y al grupo parlamentario, y remarcó que las conversaciones se efectuarán a "varias bandas". Su cometido será esencial y llegado el momento tendrá que hacer contactos de tú a tú. Gómez, hace un año, sondeó a todos los grupos, incluso a JxCat, para ir desbrozando la disposición y actitud de cada uno. En fases posteriores, según las peticiones y los ámbitos, entraron los ministerios.

La sombra de María Jesús Montero será constante, vaticinan las fuentes. No puede ser de otra forma porque, además de ser la ministra de Hacienda, es la número dos del partido. Bien ella misma, bien su jefe de gabinete, al que algunas fuentes dan protagonismo, será crucial la impronta de la dirigente socialista.

López, durante este mes, ha trabado contacto con sus homólogos, indican fuentes parlamentarias, o al menos con un número destacado. A veces presencialmente, a veces a través de mensajes o en conversaciones de pasillo en las esquinas de la sala en la que se reúne, los martes, la Junta de Portavoces. Está sembrando el terreno porque al único cargo del actual PSOE con más vidas que Sánchez le aguarda un desafío de altura a sus 63 años. Y además tendrá, luego, que salir a comunicar y vender los éxitos de los presupuestos. Vaya otoño tendrá Patxi López.