El PSOE no se ve mal en las encuestas y cree que está aguantando de manera solvente, pese a la bajada en intención de voto que reflejan todos los sondeos. En Ferraz se sienten más reconocidos en aquellos que les sitúan en torno a un 28% o 29%, como el último del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y menos en los que les colocan por debajo de ese dato. En la creencia de que realmente acierta más el CIS, la cúpula socialista sostiene la opinión de que "con la que nos está cayendo esta legislatura", en referencia a circunstancias tan insólitas como una pandemia, una guerra o la erupción del volcán de La Palma, las siglas socialistas no sufren tanto desgaste.

"No es mal porcentaje", aseguran fuentes de la dirección sobre esas cifras, a pesar de reconocer que hay mucho trabajo por hacer para que que "pòco a poco" el PP no aparezca primero en la mayoría de las encuestas (en todas, menos en el CIS de este mes). De hecho consideran que se está frenando el 'efecto Feijóo' porque han empezado a recortar distancias. Una tesis que defiende públicamente el propio director del CIS, José Félix Tezanos, afín al PSOE. En una entrevista este fin de semana con el Diario de Mallorca, del mismo grupo que este periódico, Tezanos aseguró que "tras la luna de miel, Feijóo se está quemando deprisa y se diluye". Ambas impresiones se basan en los dos últimos sondeos de este organismo. En el de julio, el primero en que el CIS puso por delante al PP, este partido lograba un 30,1% y el PSOE un 28,2%. Tres meses después, el resultado ha dado la vuelta y los socialistas regresan a la cabeza con un 29,2% frente a un 28,5%.

Esto ha sucedido tras una intensa ofensiva contra Alberto Núñez Feijóo en la que el Gobierno, la dirección socialista y el propio Pedro Sánchez se han lanzado a desacreditarle para que no siguiera escalando en las encuestas. Su llegada a la presidencia del PP ha tenido varios efectos como absorber definitivamente a Ciudadanos, parar el crecimiento de Vox, concentrar alrededor de su candidatura más voto del centro derecha y, lo más peligroso para el PSOE, seducir a más de medio millón de votantes socialistas. Esa sangría apenas se ha frenado con la campaña para "desmontar" a Feijóo, según certifica el último CIS. Pero sí se observa, en las tripas del sondeo, una mayor movilización del electorado socialista. Esto también resulta vital. El bajón del PSOE, que en la propia cúpula no ven excesivo, se explica, además de por las fugas del PP, por la desmovilización de sus votantes, refugiados en la abstención. Esto, y que los populares ya no reciben tanto voto de Vox -en julio, 28,1%, en septiembre solo un 17,4%- es la razón por la que el CIS apunta a una victoria socialista.

Enfado con Page

Al margen de que el CIS, tras varios patinazos, resulte ahora menos creíble, lo cierto es que el PSOE sí tiene en cuenta sus datos. Y justo cuando piensan que el 'efecto Feijóo' ha comenzado a remitir por distintas razones, una entrevista del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García´-Page, en EL MUNDO, en la que puso en duda la estrategia socialista contra el líder de la oposición, vino a contradecir esa impresión. "Ni comparto el apelativo de insolvente, ni creo que sea acertado", aseguró Page que, además volvió a repetir sus críticas por las alianzas parlamentarias del Gobierno. "Si seguimos con las mismas compañías es evidente que va a haber un castigo".

Estas declaraciones fueron muy mal recibidas por la dirección del PSOE que, aunque evitó un choque frontal, sí le reprochó que no dijera nada durante la reunión del sábado en Zaragoza que reunió a Sánchez con los líderes territoriales. “En el Consejo Político Federal se trasladó un mensaje claro, que es que el PSOE es un partido fuerte y unido. En ese Consejo intervinieron todos los presidentes autonómicos y secretarios generales y fue el mensaje que repitieron”, señaló en rueda de prensa la portavoz de la dirección federal del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría.

"Yo juzgo a las personas, me da lo mismo que militen en un partido que en otro. Mis opiniones son personales y además, sinceramente, que no me busquen, ¿eh?", advirtió después el barón manchego, en una comparecencia con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en la que insistió en su defensa de Feijóo y deslizó que apenas hubo ocasión de expresarse en el encuentro de Zaragoza. "En 22 o 23 segundos que tuve, dije que no estaba de acuerdo con algunas cosas", apuntó.

Cuestionan la estrategia

Page subrayó que ha firmado acuerdos con el ahora líder del PP cuando este era presidente de Galicia y si lo hizo es porque le parecía "solvente". "No voy a cambiar ahora de opinión". Aunque, añadió que "no hay guerra ninguna". "Yo cierro filas con mi partido pero eso no significa que tenga que salir a insultar o atacar a nadie", zanjó. La referencia a la solvencia o insolvencia de Feijóo es fruto de que fue justo esta última acusación la que Sánchez usó contra el jefe de la oposición en el 'cara a cara' que ambos mantuvieron en el Senado.

Fuentes socialistas aseguran que, efectivamente, en el núcleo duro de Castilla-La Mancha les parece "un error" que el Gobierno y el PSOE "no se dediquen todos los días a otra cosa que hablar de Feijóo". Una estrategia que es obvio que no comparten y que, a diferencia de Ferraz, no consideran que vaya a servir para frenarle. 

Desde la sede socialista lo que sea afea a Page es que intente "hacer guerras en solitario", sin ser consciente de que, aunque el PSOE lo componen perfiles distintos, "nos votan por las siglas", apuntan fuentes de la dirección. "Si la marca tiene dificultades a todos nos va mal", subrayan en referencia a la inconveniencia de que el presidente castellano-manchego lance esas críticas. Que se han producido, además, en un momento en el que Sánchez ha querido ofrecer una imagen de unidad, con gestos muy precisos. El jueves con Page en Toledo. Y el sábado en Zaragoza, junto a todos los dirigentes territoriales, pero en la tierra de otros de los barones más críticos, el presidente de Aragón, Javier Lambán.