Felipe VI y Juan Carlos I han coincidido de nuevo en un acto este domingo por primera vez desde que el monarca emérito se marchara a vivir a Abu Dabi acuciado por sus problemas con la justicia. Una recepción ofrecida por Carlos III, nuevo rey de Inglaterra, un día antes del funeral de Isabel II, ha sido el escenario que ha propiciado el reencuentro. Sin embargo, la Zarzuela ha logrado su objetivo de evitar que se tomasen imágenes conjuntas de ambos, en su empeño de desvincular al rey de los abusos de su padre.

La incomodidad de los Reyes con la situación se hizo patente desde que, hace unos días, se confirmara que Juan Carlos también estaría en Londres para despedirse de Isabel II. Y se incrementó después de saberse que el rey emérito también acudiría a la recepción que, un día antes del funeral, ofrecería Carlos III, que ha logrado reunir a cientos de mandatarios y jefes de Estado internacionales.

Sin embargo, y como ocurrió cuando se vieron el pasado 23 de mayo en la Zarzuela, en el que era el primer reencuentro familiar desde que Juan Carlos se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, no ha habido prensa presente en el momento, y Felipe ha evitado la foto con su padre.

Primera imagen de los reyes eméritos junto en Londres

Primera imagen de los reyes eméritos junto en Londres. Agencia ATLAS | EFE

Desde Zarzuela han subrayado en los últimos días, tras anunciarse que tanto los Reyes como los padres del monarca acudirían a Londres, que todo lo relativo a la organización y el protocolo correspondía a las autoridades británicas, por lo que la familia real británica sí podría difundir alguna imagen de ellos.

La recepción que han ofrecido el rey Carlos III y la reina consorte Camilla no tiene precedentes, dado el elevado número de invitados. Entre ellos había reyes, presidentes y primeros ministros llegados desde todo el mundo, así como las figuras más destacadas de la vida política británica, incluida la nueva 'premier' Liz Truss.

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Jefes de Estado acuden a la recepción de Carlos III en Buckingham EFE

Buena parte de los asistentes, entre ellos los reyes de España, han llegado al Palacio de Buckingham a bordo de varios autobuses. Juan Carlos y Sofía habían llegado alrededor de una hora antes en otro de esos autobuses. El rey emérito, con claros problemas de movilidad, caminaba apoyado en un bastón y en un ayudante, con la reina emérita a su lado, ambos de riguroso luto.

Antes, Felipe y la reina Letizia ya habían presentado sus respetos ante el cuerpo de Isabel II, que en los últimos días ha recibido miles de visitas de despedida de ciudadanos británicos conmocionados por la pérdida. Ha sido a partir de las 19 horas cuando ambos han coincidido con los reyes eméritos en el Palacio de Buckingham.

La marcha del emérito

El rey emérito se marchó de España en 2020 a raíz de las investigaciones sobre sus irregularidades financieras. Felipe VI y Juan Carlos I ya se vieron el pasado mes de mayo en La Zarzuela, después de que Juan Carlos viajara a Galicia, pero no trascendieron imágenes.

Juan Carlos ha viajado por separado de la delegación española. Felipe VI, Letizia y la reina Sofía se han desplazado a Londres desde Madrid con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Una vez en la capital británica, el exmonarca se alojará junto a su esposa en un hotel, mientras que el rey y Letizia se quedarán en la residencia del embajador de España.

El Gobierno y La Zarzuela han explicado que Juan Carlos I acude a los actos título personal. El antiguo monarca no ha querido renunciar a la invitación que la familia real británica le hizo llegar en su calidad de antiguo jefe de Estado para estar en el funeral de Isabel II, con la que tenía además parentesco, ya que ambos eran tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, informa Europa Press.

Frente judicial abierto

Se da la circunstancia de que el Reino Unido es el único país donde Juan Carlos I aún tiene un frente judicial abierto debido a la demanda presentada por su ex amante, Corinna Larsen, que le acusa de haberla acosado y le reclama una indemnización económica por ello.

La empresaria acudió a la Corte Suprema de Londres en diciembre de 2020 para formular una demanda donde acusa al exmonarca y a los servicios secretos españoles de hostigarla desde 2012 mediante amenazas, difamación y hasta una "vigilancia ilegal".

Según el relato de Larsen, el acoso habría comenzado después de que ella pusiera fin a la relación que habían mantenido, primero para procurar que la retomaran y después a modo de venganza para perjudicarla en sus negocios.