Podemos da por concluida la tregua pactada dentro del Gobierno durante la cumbre de la OTAN. Las ministras del partido se habían comprometido con Moncloa a guardar "perfil bajo" mientras durase el encuentro internacional, y una vez concluido éste, los morados vuelven a abrir fuego contra el ala socialista. El socio minoritario de coalición, después de días rehuyendo los choques, insiste ahora en marcar posiciones y aumenta la presión contra Pedro Sánchez. Y lo hace en dos cuestiones especialmente sensibles para su electorado, como es la inmigración tras lo ocurrido en Melilla y el incremento del gasto en Defensa.

El silencio del ala morada de Gobierno se ha hecho evidente esta semana y tuvo su máxima expresión el lunes, en la habitual rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, cuando la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, impidió a Irene Montero pronunciarse sobre la muerte de 37 inmigrantes, según ONGs, tratando de saltar la valla de Melilla. Una situación sobre la que Montero se pronunció un día después.

Lo hizo evitando también las críticas al ala socialista del Gobierno, asegurando que "siempre me van a tener disponible" para expresar su opinión, pero sin ninguna alusión directa al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ni a ningún miembro del Gobierno: "Los hechos son "insoportables y tremendamente dolorosos", afirmó, sin personalizar, al tiempo en que reclamó "una investigación independiente".

También la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, evitó cargar públicamente contra los socialistas por lo sucedido, y optó por pedir una investigación a Marlaska y al titular de Exteriores, José Manuel Albares, aunque lo hizo de manera privada a través de sendas misivas. Mientras, el grupo parlamentario de Unidas Podemos adelantaba que no apoyaría la petición de comparecencia de Pedro Sánchez y del ministro del Interior para dar explicaciones. Por parte del Gobierno se delegó la investigación en dos instituciones dirigidas por exministros socialistas, tanto el Defensor del Pueblo de Ángel Gabilondo como Fiscalía, liderada por Dolores Delgado.

Sin embargo, este jueves, el día en que la Cumbre de la OTAN ponía su broche final, Unidas Podemos cambiaba el paso después de una semana de contención y anunciaba medidas que, ahora sí, afectaban directamente al Gobierno. Así, el presidente del grupo confederal, Jaume Asens, criticaba por sus limitaciones la investigación del Defensor del Pueblo y adelantaba que registrarían una solicitud para crear una comisión de investigación en el Congreso sobre el episodio de Melilla, al tiempo en que reclamaba la asistencia de Marlaska para que diera explicaciones. No sólo eso, sino que le dedicó la peor crítica que se le puede hacer a un ministro socialista, pidiéndole que imitara a su antecesor en el cargo, del PP, Jorge Fernández Díaz, que sí publicó las imágenes recogidas en las cámaras de videovigilancia cuando tuvo lugar la tragedia de El Tarajal, en 2014.

UP rompe el silencio tras la cumbre

Pero el impactante episodio de Melilla no ha sido el único objeto de polémica dentro de la coalición. Esta semana Sánchez se ha comprometido formalmente en el marco de la OTAN a aumentar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB en 2029. El presidente de Gobierno lleva toda la semana presionando a su socio de coalición para abrir una "reflexión" sobre el asunto y "orillar" la ideología en materia defensiva. Los morados, en virtud del pacto de silencio acordado estos días, han evitado pronunciarse abiertamente durante la celebración de la Cumbre, pero ya el jueves, día en que concluyó el encuentro, Belarra rompió el silencio y replicó directamente a Sánchez, mostrando su aspiración de "convencer al PSOE de que no hacen falta más tanques".

Ese mismo día, Unidas Podemos votó en contra de una moción en el Congreso de los Diputados que instaba al Gobierno a aumentar el gato en Defensa. Un posicionamiento abiertamente contario a la postura del ala socialita, donde Unidas Podemos votó 'no' a esta propuesta no vinculante junto a otros socios de Gobierno como ERC, EH Bildu, Más País y Compromís, al igual que JxCat.

En el paquete de Defensa, también está el acuerdo alcanzado con Estados Unidos para aumentar la presencia militar en la base naval de Rota. Un pacto que tampoco ha gustado en Unidas Podemos, pero que también han evitado criticar en público para no abrir brecha en el Gobierno en una semana donde España era el escaparate internacional. Aunque en privado admitían a principios de semana que en ningún caso se apoyaría ese acuerdo, que tendrá que ser ratificado en el Congreso de los Diputados, este jueves se desmarcaron del reconocimiento del papel de Estados Unidos "en la defensa de la seguridad y de la libertad en Europa especialmente en el marco de la OTAN".

Estos choques, que han estado más o menos soterrados durante esta semana, volverán a primer plano en los próximos días, bien durante las negociaciones presupuestarias entre morados y socialistas, bien en el propio Consejo de Ministros, que tendrá que aprobar el nuevo convenio con la administración de Joe Biden. Sin embargo, la batalla se dará en último lugar en el Congreso de los Diputados, donde el socio minoritario del Gobierno habrá de retratarse en todos los asuntos. Especial relevancia tendrá su postura hacia los presupuestos generales del Estado, que incluirá el aumento del gasto de Defensa comprometido, y donde un rechazo de Unidas Podemos a las cuentas amenaza con comprometer la continuidad de la legislatura.