Ni el instante de felicidad que supone contemplar 'Las meninas' de Velázquez ni cenar en un lugar como el Museo del Prado puede ocultar la realidad del momento tan decisivo que atraviesa Europa, desde que el 24 de febrero Rusia invadió Ucrania. La OTAN se ha fortalecido esta semana en Madrid con la adhesión de Suecia y Finlandia y el mensaje de los aliados de que trabajarán juntos para hacer frente a Vladímir Putin. 

La Alianza ha elevado su presupuesto y los países han reforzado su compromiso con el incremento del gasto militar porque la seguridad del continente, que hasta hace muy poco parecía garantizada, ya no lo está. La UE ha adoptado seis paquetes de sanciones económicas, que también empobrecen a Europa y encarecen el coste del petróleo, mientras Putin continúa haciendo subir la electricidad por el impacto en la fijación del precio del gas y los cortes de suministro. Ha escalado la inflación y hace meses que se nota en la cesta de la compra. Y el bloqueo de los cereales en Ucrania pone en riesgo la alimentación en África. Antes de 2020, en la mente de los europeos, una pandemia mundial de coronavirus sólo podía concebirse como algo cinematográfico. Con la invasión rusa de Ucrania, y las consecuencias que ha provocado, sucede algo similar. 

Los 42 jefes de Estado y de Gobierno que se citaron este miércoles y jueves en Madrid son totalmente conscientes de esta nueva realidad. El propio presidente de EEUU, Joe Biden, en la reunión que mantuvo el martes en la Moncloa con Pedro Sánchez, transmitió esa sensación de que el mundo se encuentra en un "momento crítico de la historia", ante algo, dijo, según fuentes gubernamentales, que sólo sucede "cada cuatro o cinco generaciones". Y sobre esto, sobre la necesidad de que los ciudadanos sean conscientes, se ha hablado también en la cumbre.

Concienciar a los ciudadanos

En Moncloa aseguran que en la cita de Madrid se abordó que cada país debe "concienciar" a su opinión pública de que la situación "no se va a arreglar en tres meses" y que requerirá "esfuerzos". Que la burbuja de seguridad en la que vivimos se ha roto y eso obliga a actuar con "determinación". Todo este cambio, mantienen, hay que "explicárselo a la gente", porque "no podemos tener prosperidad si no tenemos seguridad". 

De hecho, en el ala socialista del Ejecutivo repiten constantemente la importancia de cambios tan trascendentales como el fin la política de neutralidad de Suecia y Finlandia por temor a un ataque ruso en sus territorios, el giro del canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, que tres días después de la invasión de Ucrania anunció una inyección de 100.000 millones de euros para mejorar el Ejército alemán y un incremento de la inversión militar anual de más del 2%, y la decisión danesa, aprobada en referéndum, de unirse a la defensa común de la UE y acabar así con la excepción de mantener su soberanía en temas de seguridad. Todo son, síntomas, de que estamos inmersos en una "gran batalla mundial". 

Nuevo discurso de Sánchez

Todo este debate abierto, la coincidencia de los líderes internacionales que asistieron a la cumbre de Madrid de que deben explicar a sus sociedades a qué nos exponemos, ya se ha visto reflejado en el mensaje del presidente del Gobierno. En la entrevista con La Sexta de este jueves, Sánchez avisó de que "si la guerra se prolonga en el tiempo", los ciudadanos tendrán que "ser solidarios, responsables y conscientes de que el precio de la defensa de la libertad y la democracia es alto, pero el de no hacer nada y dejar que Putin continúe su deriva imperialista puede ser a la larga peor”. 

Hay que decir la verdad, defendió, sin "paños calientes": "Debemos prepararnos para cualquier escenario" porque Putin está utilizando el gas y el petróleo como un arma más de guerra. La escasez de energía, dijo, es "un riesgo cierto que tenemos que tomarnos muy en serio". Fuentes gubernamentales resaltan que este cambio en el discurso del jefe del Ejecutivo, hasta ahora más contenido, obedece a que "no esconde la realidad". Se dirige a los ciudadanos y su conversación "no es estática, es dinámica" y "se adapta a las circunstancias". 

Pero en las palabras de Sánchez no pesan únicamente las reflexiones expresadas por los aliados en la cumbre, como complementan otras fuentes de su equipo directo: "Todos ellos comparten información, y por eso las sesiones de trabajo son a puerta cerrada. Pero la evolución de la guerra es la que es y siempre opera un conjunto de factores: no solo la información que se comparte, sino la que el propio Gobierno tiene. Lo que dicen y hacen los líderes es producto, pues, de lo que hablan entre sí y de sus propios análisis individuales: todos los gobiernos son, al fin y al cabo, autores de su estrategia". 

En la Moncloa señalan una expresión muy cotidiana de Sánchez: los "cambios tectónicos" que está provocando la agresión de Moscú. "Y el presidente en esta cumbre ha hecho un esfuerzo muy grande por explicarlos y por contar la propia reunión de la Alianza", añaden, dando cuenta por tanto de las tres entrevistas que ha dado en dos días (en la SER, en La 1 de TVE y en La Sexta), una sobreexposición muy infrecuente en él si se descuentan las campañas electorales.

"Hay que tirar de liderazgo en estos tiempos, y yo creo que en Pedro influye también su cabreo con la oposición y su hartazgo con Podemos, además de las lecturas compartidas con los aliados", sostienen por su parte desde la cúpula parlamentaria socialista.

Desde muy poco después de la agresión rusa a Ucrania, tanto en Europa como en España se extendió la impresión de que estábamos ante una guerra larga por la valiente resistencia de los ucranianos y la entrega de armas por parte de la UE y de EEUU. E incluso en el PSOE se hicieron cálculos sobre la posibilidad de elevar ya el gasto en Defensa, sin esperar al próximo presupuesto, por el miedo a una escalada del conflicto. Ahora la sensación es que la vía de salida de esta guerra está lejos de encontrarse y que puede ser mucho más larga de lo que ya inicialmente se pensaba porque Putin no parece dispuesto a una salida diplomática, como advirtió el propio Sánchez en La Sexta. En este contexto, todavía tiene más sentido explicar a la opinión pública las dificultades a las que se enfrenta el mundo y, en particular, Europa.