El compromiso lanzado por Pedro Sánchez en la Cumbre de la OTAN para aumentar el gasto de Defensa hasta el 2% del PIB ha encendido las alarmas en Unidas Podemos. El socio minoritario de coalición ya se ha mostrado abiertamente contrario a este incremento, a la espera de ver cómo se traduce el anuncio en los próximos Presupuestos Generales del Estado de 2023. Los morados deben ahora negociar las cuentas con del Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero y adelantan que buscarán "compensar" cualquier subida en esta partida con una mayor inversión social.

Unidas Podemos se prepara desde hace semanas para un fuerte choque en el Gobierno a cuenta del aumento del gasto militar prometido por el presidente del Gobierno. Este mismo jueves se pronunció la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, manifestó públicamente su oposición a esta política, después de que Sánchez pidiera una "reflexión" en los partidos de izquierda, en una interpelación al socio minoritario del Gobieron. "Yo aspiro a convencer al PSOE de que España lo que necesita son más rentas garantizadas, que atiendan en atención primaria en 24-48 horas y que no necesitamos más tanques y más armas", replicó la dirigente.

En Unidas Podemos insisten desde hace semanas en que el acuerdo presupuestario con el PSOE va a ser "muy difícil", debido al "problema" que les supone defender ante su electorado un desembolso de este tipo, más aún teniendo en cuenta que "esa inversión debe sacarse de otra partida", y que ello implica "menor gasto social". Es por ello que desde Unidas Podemos van a intentar que el incremento del gasto militar sea el menor posible, y cualquier subida en esta materia deberá estar acompañada por una mayor inversión social, según fuentes del espacio.

Sólo así, con una mayor dotación presupuestaria de medidas como la renta básica o el Impuesto Mínimo Vital, podrían justificar el apoyo a una medida tan contraria al espíritu del espacio, arraigado en la tradición pacifista. Una tradición de la que ya hicieron gala en las semanas previas a la Cumbre de la OTAN oponiéndose al encuentro internacional. Unas críticas que han cesado esta semana tras la petición de Félix Bolaños por evitar el ruido interno en el Gobierno durante el evento.

En las últimas horas, Sánchez ha diluido este aumento, que estaba inicialmente previsto para 2024 y que finalmente, según anunció ayer el presidente del Gobierno, deberá cumplirse en 2029. Un nuevo plazo que ha sido bien recibido en las filas moradas, al considerar que el gasto en Defensa incluido en los presupuestos será menor de lo inicialmente previsto.

España destina a Defensa el 1,03% del PIB, según dato de 2021, por lo que el compromiso supone duplicar la inversión y elevar casi un punto. Una meta que, de fijarse para 2024, conllevaría en una subida considerable en las próximas cuentas en materia de Defensa. Ahora, al haberse diluido este compromiso en los próximos siete años, el Gobierno sólo deberá aprobar añadir alguna décima en el proyecto presupuestario de 2023 para iniciar esa senda. Un escenario que favorece la negociación, según admiten algunas voces de Unidas Podemos. Aun así, cada euro que se destine de más a esta partida deberá contar con una traducción en medidas de corte social de las que el socio minoritario pueda hacer bandera.

Gasto que revierta en los trabajadores

El departamento de María Jesús Montero trabaja desde hace semanas en los Presupuestos de 2023, y todavía debe producirse el primer encuentro formal con el responsable económico de Podemos, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, para el primer acercamiento en materia económica.

En Unidas Podemos adelantan que durante estas conversaciones con el Ministerio de Hacienda intentarán negociar "al detalle" la "letra pequeña" de estas partidas de Defensa para poder justificar ante sus votantes un incremento de este tipo. Advierten, por ejemplo, que el aumento de inversión sería más fácilmente asumible si pudiera revertir en la industria española, impulsando el empleo en focos como los astilleros de Cádiz -de Navantia-, o en la fabricación de aeronaves por parte de Airbus. Con esta apuesta podría aplacarse el gran conflicto que supone en Unidas Podemos este incremento del gasto, al compensarse con otra vertiente clave para el grupo, como es la defensa de los trabajadores y el empleo de calidad.

Otra de las opciones que barajan en Unidas Podemos es, dentro de esas negociaciones 'detalladas' con el departamento de María Jesús Montero, consiste en destinar parte de ese coste a programas menos vinculados al ámbito militar, como cursos dirigidos a la población civil que estén desligados de cuestiones armamentisticas, o a misiones dependientes del Ministerio de Defensa que no están estrictamente relacionadas con este aspecto.

Es el caso de la Campaña Antártica, dirigida por el Ejército de Tierra, que tiene como objetivo desarrollar los proyectos científicos que se enmarcan en los distintos programas de investigación, técnica y de innovación. En la última campaña se han aprobado 26 proyectos científicos, entre los impulsados por la Administración española y aquellas actividades de colaboración internacional; una misión que ha reunido a cerca de 300 participantes entre personal científico, técnico, dotación y tripulación; y que abarcan disciplinas tan diversas como la dinámica de glaciares, geomorfología, sísmica, volcanología, biometeorización de rocas, geodesia, aerosoles o la ecología de pingüinos.