El éxito sin precedentes que el PP de Juanma Moreno Bonilla firmó en la noche electoral de este 19 de junio en Andalucía, consolidando la mayoría absoluta (57 escaños), desató un estado de euforia total en Génova, que ya hace sus primeras proyecciones mirando a la Moncloa.

Alberto Núñez Feijóo vivió su primeras elecciones autonómicas como líder nacional después de que la negociación de Castilla y León (donde el PP tuvo que asumir su primera coalición con Vox) se produjera en plena transición a su presidencia. La obsesión desde ese momento es que el caso castellanoleonés no tuviera una réplica andaluza y no depender de Vox para formar un nuevo Gobierno.

La secretaria general, Cuca Gamarra, lo expresó acompañada de la plana mayor de la formación sin esconder la exaltación que produjo el recuento andaluz en el cuartel general popular: "Andalucía ha dado una mayoría absoluta histórica al PP. Iniciamos una nueva etapa de una tremenda ilusión. Toda España estaba pendiente de estas elecciones y se ha optado por hacer política de estabilidad, rigor y gestión”. En el PP entienden que Pedro Sánchez debe hacer "una reflexión" tras el descalabro del PSOE: "Es el fracaso del sanchismo. Su proyecto está agotado", zanjó la número dos del partido.

La lectura entre los populares es la de que el ‘efecto Feijóo’ ha quedado probado, en esta ocasión de la mano de Moreno. Ambos dirigentes coinciden en su apuesta política por la moderación y por ensanchar las bases del PP mirando a votantes del PSOE, sin tener en cuenta los postulados del partido ultra, y muy lejos del perfil que representa Isabel Díaz Ayuso en Madrid. La dirigente madrileña tuvo un éxito rotundo en mayo del año pasado, pero se quedó a cuatro diputados de la mayoría absoluta en una comunidad fiel a la marca del PP. De ahí que en el partido señalen sin ambages que Moreno “ha superado la hazaña de Ayuso”.

Gamarra celebra que Andalucía haya optado por seguir avanzando "sin ataduras"

Gamarra celebra que Andalucía haya optado por seguir avanzando "sin ataduras" Agencia ATLAS | Foto: EFE

En el PP consideran que el vuelco vivido en Andalucía (feudo socialista sin comparación posible —teñida de azul en este momento después de sólo tres años y medio de gobierno del PP, incluida la provincia de Sevilla en la que los conservadores ganan por primera vez en democracia— es un punto de inflexión “sin matices” y avala la posición que defiende Feijóo: es posible recuperar la gobernanza en solitario y no depender de Vox con un discurso moderado.

En la cúpula popular reconocen que “el camino es largo” y la siguiente parada serán las elecciones autonómicas y municipales. Pero, en este momento, señalan, lo más importante era dejar lo que ocurrió en Castilla y León en “anecdótico”. A pesar del optimismo vivido durante toda la campaña electoral, con encuestas que apuntaban en todo momento a una victoria clarísima de Moreno, en Génova optaron por la prudencia hasta bien entrado el escrutinio. “Llegar a la mayoría absoluta es muy complicado”, repetían una y otra vez posicionándose en los 50 escaños, pero sin dar por hecho que alcanzarían la cifra clave. 

“Vox nos hizo la campaña”

En el PP aseguran que la estrategia de Vox de insistir en que “si necesitaban un solo diputado” para llegar a la mayoría absoluta “exigirían formar parte del Gobierno andaluz” se volvió en contra de los ultra, que situaron a Moreno como “el verdadero voto útil”. “En realidad convirtieron las elecciones en una especie de segunda vuelta. Era Moreno con ellos o Moreno solo”, reflexionan en Génova. Y, a partir de ahí, consideran que el candidato del PP terminó de consolidar el apoyo de indecisos y votantes socialistas que dudaban.

En todo caso, la mayoría absoluta de Moreno entrega al PP un balón de oxígeno determinante para el nuevo ciclo electoral y muy especialmente para los electores de la derecha después de que el partido de Santiago Abascal fuera incapaz de cumplir las expectativas. "Han pinchado y Olona ha fracasado", remata un dirigente de la cúpula popular.