El ultimátum de ERC al Gobierno tras desvelarse el espionaje de líderes independentistas en el llamado caso Pegasus no sólo pone a prueba la relación del PSOE con uno de sus principales socios. Esta denuncia supone también un examen a Yolanda Díaz por parte de los republicanos, que son -al menos sobre el papel- una de las fuerzas que más afinidad política guardan con el espacio ocupado ahora por Unidas Podemos. El partido catalán observa estos días con expectación los próximos pasos de la vicepresidenta segunda del Gobierno, que hasta el momento ha evitado exigir responsabilidades por este asunto. 

Desde que llegó a la Vicepresidencia Segunda del Gobierno y fue señalada como candidata, la también ministra de Trabajo ha optado por rebajar la tensión dentro del Ejecutivo, adoptando posiciones alejadas en muchos casos de las tesis de Podemos, que ha mantenido un perfil más duro hacia el ala socialista. Las tensiones entre el partido y la futura candidata es patente: si los morados no dudan en criticar con dureza al PSOE, Díaz prioriza la convivencia de ambas fuerzas. En alguna ocasión ha llegado a pedir "cuidar la coalición", unas palabras interpretadas como un mensaje dirigido al partido de Ione Belarra

Su afán por presentarse como una figura transversal, capaz de llegar a consensos y alcanzar acuerdos concretos, ha quebrado, sin embargo, la confianza de Esquerra, una de las fuerzas que más sintoniza con el espacio a la izquierda del PSOE, e imprescindible para la acción de Gobierno. Los republicanos observan a la dirigente entre la expectación y el escepticismo, y expresan sus dudas sobre el papel que ejerce dentro del Consejo de Ministros. 

Yolanda Díaz y Gabriel Rufián. EFE

La reforma laboral, un antes y un después

El punto de inflexión entre el partido de Pere Aragonés Yolanda Díaz fue la negociación de la reforma laboral, según admiten fuentes del partido independentista. Los republicanos recibieron con sorpresa el rechazo del Ministerio de Trabajo a introducir cambios en la redacción del decreto, justificado en que cualquier alteración podría implicar la salida del acuerdo de la CEOE. Los 13 diputados de ERC respondieron votando 'no' a la reforma laboral, y a punto estuvieron de echar por tierra la medida estrella de la titular de Trabajo, que finalmente vio aprobado el texto gracias al error de un diputado del PP. El partido catalán no oculta el malestar, aún latente, que despertó este episodio. Los recelos continúan sobre el papel que juega la vicepresidenta dentro del Ejecutivo.

Estas dudas han quedado patentes en el episodio de espionaje a líderes independentistas, que ha tensado la relación entre ERC y el Gobierno. Según admiten fuentes bien situadas en la formación, no conocen exactamente cuál es la postura de Díaz sobre este punto, y en esta ocasión han optado por acudir directamente al partido Podemos, conscientes de que los morados brindarían su apoyo sin ambages en esta causa. Es a ellos a quienes recurrieron para presionar a los socialistas y forzarles a dar explicaciones en una declaración conjunta este martes en el Congreso de los Diputados, en la que no sólo se exigían responsabilidades políticas, sino que apuntaba directamente a la ministra de Defensa, Margarita Robles, como responsable última del caso de espionaje, por depender el CNI de su departamento. 

Mientras el respaldo de los morados es férreo, ERC observa con especial atención a Yolanda Díaz, que en las últimas horas ha cerrado filas con la labor del Ejecutivo. "El Gobierno está trabajando en una comisión de investigación interna", señaló este martes pidiendo prudencia antes de precipitar unas exigencias que sí han lanzado los morados: "Sería bueno que conozcamos primero el alcance de los hechos y después lleguemos a conclusiones", defendió Díaz.

Desde el entorno de la vicepresidenta aseguran que la implicación de la dirigente es total y que este fin de semana las negociaciones fueron continuas con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que viajó de urgencia a Cataluña para sofocar el incendio. En las horas previas a este viaje, ambos mantuvieron abierto un canal de comunicación para diseñar la respuesta del Ejecutivo a este caso, según apuntan fuentes conocedoras, que también señalan que la dirigente llegó a hablar con Pedro Sánchez de este asunto.

Yolanda Díaz y Félix Bolaños. EFE

En ERC consideran que la postura que adopte dentro del Consejo de Ministros respecto al caso de espionaje será clave a la hora de establecer futuras relaciones políticas con el espacio que lidere. La falta de posiciones nítidas de la dirigente genera cierta desconfianza entre los republicanos, que no saben si podrán contar con el apoyo de la futura candidata en cuestiones que consideran clave y que sí coincidían con su predecesor, Pablo Iglesias. La petición de un referéndum de autodeterminación emerge como un claro ejemplo de una de las tesis que Iglesias defendió sin medias tintas y sobre la que Díaz aún no se ha pronunciado con claridad, algo que deberá hacer de cara a las próximas generales. 

Podemos marcan distancias

En las filas de Unidas Podemos no sorprende el enfado de ERC con la vicepresidenta que es latente desde hace meses en las declaraciones de los portavoces republicanos. No obstante, fuentes del partido morado sostienen que su formación va a trabajar para esclarecer todos los hechos y depurar responsabilidades. 

El portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, aseguró este martes que han tenido conversaciones en el seno del Gobierno con el PSOE para trasladarles su "preocupación", aunque ha evitado desvelar el contenido de las mismas. "Es urgente que se den las explicaciones, es urgente que se lleven a cabo las investigaciones pertinentes y nosotros pensamos que va a haber que asumir responsabilidades políticas cuando se sepa quién dio la orden, quién sabía de esto, quién lo promovió o quién miró para otro lado", sentenció. 

Esta contundencia contrasta con la defensa por parte de Díaz de que el Ejecutivo está tratando el asunto "con muchísimo rigor y seriedad". La actitud de la vicepresidenta, con un perfil mucho menos combativo en el Ejecutivo que el del resto de dirigentes de Unidas Podemos, se ha puesto en evidencia en varias ocasiones en las últimas semanas. El último, con motivo del real decreto anunciado por el Gobierno para dotar de transparencia a la Casa Real. Mientras Podemos ha denunciado que no ha sido informado y ha pedido retirar la inviolabilidad del monarca, Díaz lo valoró positivamente viéndolo como "un paso" importante hacia la transparencia. 

Desde hace tiempo, Podemos achaca este comportamiento a la proyección de Díaz como líder del espacio de la izquierda y a un intento de evitar entrar en grandes polémicas para conservar su capital político.