El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, ha comunicado este sábado en el consejo nacional de la fuerza en Alcarràs (Segrià) que el partido celebrará en la primera quincena de junio su congreso, el primero presencial, pandemia mediante, y en la Catalunya Nord, para que puedan acudir aquellos que, como el propio presidente de la fuerza, residen en el extranjero.

En una larga intervención en la que abordó distintos asuntos, Sánchez, de cara a ese cónclave, interpeló a todas las personas del partido para que actuasen con "generosidad". "Esto no va de agendas personales, de opciones personalistas que nos permitan tener unos minutos de gloria. Va de un proyecto colectivo". Y, acto seguido, dando ejemplo, anunció que no va a presentarse a la renovación del cargo como secretario general. "No puedo pedir generosidad y, acto seguido, pedir que todos vayan tras mío"; explicó.

En la interpelación no citó nombres, pero muchos entendieron que la invectiva iba dedicada a la presidenta del Parlament, y candidata de Junts el 14-F, Laura Borràs. Si mentó Sánchez a Jordi Turull, lo que puede interpretarse como una especie de unción, toda vez que el exconseller es el favorito de amplias capas del partido para llevar el timón del partido, Carles Puigdemont aparte.

Sànchez pidió " a todos" que "asumieran el reto de que haya una única candidatura al congreso del partido", no porque le diera "miedo la pluralidad. El asunto es si seremos generosos entre nosotros para presentar unas credenciales ganadoras al exterior", se preguntó.

Precisamente la voluntad de evitar un duelo con Turull es el motivo por el que Sánchez ha decidido dar un paso al lado, que ya aclaró que no será total ni definitivo por cuanto aseveró que "seguirá al lado de los que quieran hacer de Junts un partido heredero del 1-O".

Junts y el pacto por el catalán

Antes de la 'bomba' en clave interna, el aun número 2 de Junts abordó una de las cuestiones espinosas de las últimas semanas, como es la marcha atrás de su partido en el pacto con PSC, ERC y comuns sobre el catalán en las aulas. Sànchez, agradeciendo la buena voluntad del resto de fuerzas por proteger la lengua, pidió una especie de tiempo muerto, hasta después de Sant Jordi, para modificar el acuerdo y "blindar la inmersión lingüística".

"Sin lengua no haya nación", aseveró Sànchez que reconoció que su partido había hecho "autocrítica" sobre como se había comportado en cuanto al pacto con las otras tres fuerzas: "No nos explicamos bien", aceptó.

Los posconvergentes piden no tramitar el acuerdo con PSC, ERC y 'comuns' hasta después de Sant Jordi, con el fin de blindar la inmersión lingüística

"Si esta ley tiene un sentido es que la inmersión lingüística quede protegida. Y que la discusión y la responsabilidad no pivote sobre los equipos docentes. NO trasladaremos ninguna responsabilidad al centro"; clamó el número 2 de Junts, aludiendo a que el texto pactado abría la puerta a reforzar alguna de las lenguas en función del entorno en función del entorno sociocultural de cada escuela y sus déficits.

También llamó a "sacar la política de la aula, una política que ha sido introducida por unos cuantos irresponsables y por la justicia española", en referencia a las denuncias de algunos padres y a la posterior sentencia del 25%, del TSJC.