Con una guerra devastadora que está destruyendo Ucrania, provocando centenares, miles de muertos, la Unión Europea y la OTAN quieren mostrar a Vladimir Putin su poderío militar. Exhibir la fortaleza del mundo frente a sus ansias imperialistas, advertirle de que debe frenar ya y, desde luego, no ir un paso más allá porque se encontrará con el muro de Occidente.

Pedro Sánchez, en España, ha repetido ese mensaje desde que arrancó el ataque a Ucrania. Pero también lo reiteró este martes en el flanco este europeo, en la base militar de la OTAN en Adazi, Letonia, a poco más de 100 kilómetros de la frontera con Rusia. “El vínculo transatlántico es más fuerte que nunca”, señaló el presidente, en una comparecencia conjunta con el primer ministro letón, Arturs Krisjanis Karins; el ‘premier’ de Canadá (la nación marco de esta misión), Justin Trudeau, y el secretario general de la Alianza, el noruego Jens Stoltenberg. Los cuatro, más la titular de Defensa canadiense, ofrecieron una rueda de prensa hacia las seis de la tarde (una hora menos en España), bajo una intensa nevada y ante una poderosísima imagen: carros de combate, vehículos mecanizados y acorazados y material de transporte militar.

El espectacular telón de fondo hablaba tanto como las palabras de los cuatro dirigentes. Porque todos ellos coincidieron en el mismo mensaje: la OTAN está fuerte, unida, es sólida y está dispuesta a responder si fuera necesario. “Estamos aquí para proteger cualquier centímetro de territorio aliado. Mientras estemos todos juntos, estaremos todos a salvo. Somos la alianza más fuerte de la historia. Todos para uno y uno para todos. Haremos todo para proteger a los aliados. En este momento peligroso estamos unidos a ambos lados” del Atlántico, “la OTAN nunca había estado más unida y con más determinación”, dijo expresivamente Stoltenberg. Él fue, sin duda, el más contundente de los oradores.

El secretario general de la OTAN, en la misma línea expresada por Sánchez, sostuvo que Putin quería debilitar a los aliados, abrir grietas, pero ha conseguido el efecto contrario: cohesionarlos para hacer frente a Rusia. El objetivo (y eso era lo que buscaba la impresionante foto de este martes en Adazi) es subrayar a Moscú que “el compromiso con el artículo 5” del Tratado del Atlántico Norte es “absoluto”, lo que implica que si Rusia ataca a uno de los 30 miembros de la OTAN, los demás acudirán a defenderlo. “Estaremos todos unidos en el artículo 5”, abundó Trudeau.

El coste sería “mayor” si no se actuara

“Los aliados de la OTAN estamos unidos. Nuestro compromiso principal es con la paz. Todas nuestras acciones van encaminadas hacia la disuasión para evitar la confrontación. Es un acto de agresión a la seguridad de Europa”, completó por su parte Sánchez.

Después de que EEUU anunciara que prohíbe la importación de petróleo y gas rusos, la pregunta era obvia: ¿hará Europa lo mismo? El presidente español, sin embargo, no quiso anticipar cuáles serán las próximas sanciones que los Veintisiete impondrán a Putin y a los oligarcas que sostienen el régimen, porque está abierto el debate en el seno de la UE y a este viaje sigue otro a París, a la cumbre informal de líderes en Versalles de este jueves y viernes. La guerra también tendrá un impacto económico en todo el mundo, también en España, pero “mayor sería el coste si no actuáramos en contra de Putin”, recordó. El Gobierno, además, y pese a las tensiones que puedan volver a dispararse con Podemos, no se moverá de la unidad de acción con sus aliados en la UE y en la OTAN. “España está donde debe estar y hará lo que tiene que hacer”, garantizó.

Sánchez arrancó su apretada agenda de este martes con una reunión con el primer ministro letón en Riga, en la que ambos repasaron la situación en Ucrania y abordaron uno de los temas que centrarán la cumbre informal de líderes en Versalles, este jueves y viernes: el energético. Ambos coincidieron en la importancia de la autonomía estratégica y reafirmaron la importancia de que la UE “busque y refuerce alternativas”. Después ambos se trasladaron a la base militar de Adazi y, con Stoltenberg y Trudeau, pasaron revista a las tropas. El presidente se reunió de manera bilateral con el líder de la OTAN y el ‘premier’ canadiense antes de la comparecencia conjunta de la tarde. En todo momento los cuatro dirigentes mostraron sintonía y afinidad política.

El mandatario socialista quería lanzar el mensaje, con esta visita a Letonia, de que España “va a estar donde tiene que estar y va a hacer lo que tiene que hacer”, había adelantado a los periodistas en el avión que le condujo al país báltico. Pretendió evidenciar el “compromiso” de España con la OTAN y el refuerzo del flanco oriental y el apoyo a las exrepúblicas soviéticas. 

Visita de Pedro Sánchez a la base militar de Azadi en Letonia

Visita de Pedro Sánchez a la base militar de Azadi en Letonia Agencia Atlas / Reuters

“Estamos preparados”

La misión aliada enhanced Forward Presence (eFP) de la base militar de Adazi está liderada por Canadá, pero España, presente desde el arranque (2017), es el segundo contribuyente en efectivos: a los 350 soldados que estaban ya destacados se están sumando en estos días 150 más (de este refuerzo ya han llegado 25), igual que Canadá añadirá 130 hombres y mujeres a los casi 500 que ya tiene desplegados. En total, en la base trabajan 1.500 militares, y se acercará a los 2.000 tras las últimas aportaciones de España y Canadá.

La Alianza activó, tras el ataque de Rusia a Ucrania el 24 de febrero, el GRP (Graduated Response Plans), el permiso que habilita al comandante supremo de los aliados en Europa para asumir la autoridad de todas las tropas de la OTAN, incluidas las de muy alta disponibilidad, que pueden desplegarse rápidamente, entre cinco y siete días. Esta es la primera de las tres fases del GRP. Los soldados españoles en la misión hacen maniobras de perfeccionamiento y ejercicios de tiro, e indican que “no ha cambiado la situación” desde el estallido del conflicto y la activación del GRP. 

“Se trata de mandar el mensaje claro a Moscú de que estamos preparados”, explicaban fuentes del equipo de Sánchez. En todo momento, incidió el presidente, se busca visualizar la “unidad” de los aliados en la estrategia de “disuasión”. Obviamente, no de defensa, ya que hasta ahora Rusia no ha atacado a ningún país integrante de la OTAN. Ello obligaría a activar el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, el que dispone la defensa mutua de los socios si uno de ellos es agredido. Pero la participación de la Alianza desencadenaría un conflicto bélico a mayor escala, una tercera guerra mundial. Occidente no se sitúa en ese escenario, pero sí quiere advertir a Putin de que no se arrugará si es necesario.