El enfrentamiento interno en el Ejecutivo desatado por la entrevista en The Guardian del ministro de Consumo, Alberto Garzón, vivió ayer un nuevo capítulo, después de que en los últimos días se hubiera reducido sólo a un elemento de crítica de la oposición, en parte por la cercanía de las elecciones autonómicas en Castilla y León. La intervención en el debate del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reabrió la tensión entre los socios de coalición aunque Yolanda Díaz consiguió, según fuentes del Ejecutivo, que no se convirtiera de nuevo en una pugna entre ministros de uno y otro color. La vicepresidenta no se sumó a las críticas de Unidas Podemos contra Sánchez no salir en defensa de Garzón.

El presidente, en una entrevista en La Ser, se mantuvo en el rechazo del PSOE a las consideraciones de Garzón, que defendió la sostenibilidad de la ganadería extensiva frente a la industrial, censuró las macrogranjas y dijo que producen carne de "peor calidad", fruto del "maltrato animal" y con un "impacto ecológico descomunal". Sánchez contradijo esta valoración, lamentó "muchísimo" la polémica, aseguró que este sector, que es "muy importante a nivel exportador", produce una carne de "extraordinaria calidad", con los "máximos estándares" de la legislación española y europea. Además, reconoció que le gustaría que existieran "menos decibelios" en torno al Gobierno de coalición, una expresión que ya utilizó durante el conflicto con Unidas Podemos por la intervención de los precios del alquiler.

Estas valoraciones generaron una avalancha de críticas desde Unidas Podemos. Pero Díaz no dio más fuelle al debate, a pesar de que se le preguntó. Se limitó a insistir en que el Gobierno habla a través de sus documentos internos y que la apuesta es la "ganadería extensiva y sostenible". Pero añadió la petición de que "cuidemos la coalición y seamos cuidadosos con nuestras palabras".

Estas declaraciones, que se interpretaron como una réplica al presidente, en realidad, según señalaron fuentes de su entorno, coincidían con su reflexión previa sobre reducir el ruido en el seno del Ejecutivo. De hecho, subrayaron, ningún ministro de Unidas Podemos salió a contestarlas. Lo que apunta a un intento de rebajar la tensión interna. El propio afectado, Alberto Garzón, mantuvo ayer absoluto silencio, después de la entrevista este domingo con 'El Periódico de España', en la que dio por seguro que continuará toda la legislatura.

Sin comunicación interna

El jefe del Ejecutivo no quiso develar si ha hablado con su ministro. Garzón sí dijo la semana pasada que Díaz y Sánchez hablaron sobre este tema, aunque no han trascendido ni los términos ni el tono de la conversación. Sí que el enfado por las declaraciones de Garzón en el ala socialista del Gobierno era mayúsculo y por eso inmediatamente se le desautorizó. Su propuesta de reducir el consumo de filetes en julio pasado ya se consideró dañina para el sector. Y ahora ha enojado aún más sus criticas a la ganadería industrial y la afirmación de que producen carne de peor calidad. El propio Sánchez sostuvo ayer que "no se compadece" con la realidad del sector cárnico ni con los intentos del Gobierno de acompañar al sector en una mayor sostenibilidad.

Los ejercicios de equilibrismo de la vicepresidenta segunda no pudieron evitar toda una catarata de reacciones de Unidas Podemos contra el jefe del Ejecutivo. Preservaron el funcionamiento del Gobierno de coalición pero no la relación de los socios. Lo que demuestra Diaz que es la referencia indiscutible en el Consejo de Ministros pero que su predicamento es muy limitado en la organización. Las críticas a Sánchez se centraron sobre todo en que no había salido en auxilio de Garzón para desmentir la tesis del PP de que el ministro se refería a todo el sector ganadero español y no sólo a las macrogranjas. "Es decepcionante que se dé pábulo a un bulo para atacar a Unidas Podemos y a Alberto Garzón sabiendo que es mentira", aseguró el portavoz del partido morado, Pablo Fernández, en rueda de prensa.

Falta de "lealtad" por las críticas

Estos reproches los amplió a todo el bloque socialista: "Siempre que algún miembro del Gobierno de España ha sufrido ataques con bulos de la derecha y la extrema derecha, nos hemos comportado siempre con extraordinaria lealtad y hemos defendido siempre al Gobierno en su conjunto. Quien quiera salirse de ese marco de lealtad del Gobierno, es decepcionante y preocupante", insistió. Unas valoraciones que el pronunciamiento de Yolanda Díaz en ningún momento refrendó pero que sí siguieron otros dirigentes morados.

En la misma línea que Fernández, el portavoz de los comunes en el Congreso y presidente del grupo confederal, Jaume Asens, se expresó contra Sánchez en Twitter: "Lamentamos que el presidente esté más preocupado en perder votos en Castilla y León que en defender a los ganaderos frente a las macrogranjas". Por su parte, Pablo Echenique recordó que cuando la "ultraderecha política y mediática atacó" a José Luis Ábalos, exministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, su partido lo defendió. "Cuando atacan a Garzón con un bulo sobre sus declaraciones...".

Comparecencia de Ribera

Y no sólo fue tensión dialéctica. El grupo confederal presentó una iniciativa en el Congreso para obligar a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a pronunciarse sobre la contaminación de las explotaciones de ganadería intensiva. El partido Alianza Verde, liderado por Juantxo López de Uralde, es quien registró la petición. "Nos gustaría que desde el Ministerio para la Transición Ecológica se apoyara lo que estamos señalando, porque está basado en las propias estrategias del Gobierno, y es coherente con lo que ya están haciendo otros países de nuestro entorno", defiende el texto.

Desde IU, su portavoz Sira Rego también lamentó que "algunos miembros del Gobierno" hayan contribuido a alentar un falso debate sobre las macrogranjas y criticó que "no se puede llevar el debate donde lo ha situado la derecha". En este coro de valoraciones no faltó el de Pablo Iglesias, ex vicepresidente del Gobierno y actual presidente de su think tank, la Fundación 25-M, que fue una de las voces más duras contra Sánchez, considerando "gravísimo" que no cerrara filas en torno a Garzón.

"El presidente ha dado por cierta una noticia que es falsa comprada por la industria de las macrogranjas", apuntó Iglesias, aprovechando para sacar a relucir una de las principales polémicas que ha vivido el líder socialista en los últimos años: el supuesto plagio de su tesis doctoral: "Lo que debería entender Pedro Sánchez es que mañana alguien le podría preguntar a un ministro por la tesis doctoral del presidente y diga 'ah, pues yo no sé si la escribió o la copió'. Que es otro de los bulos que soltaron contra el presidente del Gobierno".