De verso libre a verso libre, Cayetana Álvarez de Toledo unge a Isabel Díaz Ayuso como antídoto para que el PP arrase en las urnas y dibuja el futuro del constitucionalismo bajo una fusión antinacionalista: "La táctica de la destrucción no lleva a reagrupación", clamó este lunes en la presentación de su libro 'Políticamente indeseable' (Penguin Libros) en Barcelona.

Ningún miembro de la cúpula del PP catalán se sentó en el auditorio de la editorial, pero sí las primeras espadas de Cs, Carlos Carrizosa y Nacho Martín Blanco, así como las caras visibles de entidades constitucionalistas como Pau Añó (CLAC) o Ana Losada (Asamblea por una Escuela Bilingüe).

Ovacionada, Álvarez de Toledo se acomodó junto al dramaturgo Albert Boadella y, haciendo gala de que "el optimismo es una obligación", abogó por confluir, pese a la ruptura en Castilla y León, "sumando desde la generosidad", "en un proceso duro y largo que requiere incorporar a gente, no eliminar a gente ni intentar avasallar".

Una receta que, para reflotar en Catalunya, pasa por usar el camino abierto y conjunto contra la inmersión lingüística: "Hay que pasar del desamparo al desafío, de la pura actitud de resistencia a la ofensiva, tiene que ser un punto de inflexión y puede serlo, porque el nacionalismo, habiendo gozado de absoluto monopolio y hegemonía de todos los recursos imaginables -aulas, instituciones, cultura, la condescendencia de grandes partidos y del Estado- no ha conseguido crear una nación ni imponer su visión del mundo", argumentó. Álvarez de Toledo animó a fortalecer los "anticuerpos" que, a su juicio, han evitado que Cataluña se haya desanclado del resto de España en cuarenta años de democracia.

El "nuevo testamento"

Boadella interpretó con sorna la reacción del líder del PP, Pablo Casado, y de su mano derecha, Teodoro García Egea, al ver la publicación del libro en el que Álvarez de Toledo tacha al primero de "camaleón sentimental, bienqueda o veleta” y al segundo de actuar a golpe de “pelotas y peloteo”. El dramaturgo juzgó la obra de la "marquesa" a la que rindió homenaje como "el nuevo testamento de la política española", algo nunca visto desde la Transición, dijo, con destellos de "belleza". Describiéndola como desacomplejada y despojada de corsés de partido, Boadella se dirigió a la bancada popular que no digiere las pullas que recoge el libro.

"Los reproches y acusaciones no constituyen el objetivo esencial de sus intenciones, para nada es un desquite a las actitudes hostiles que han mostrado hacia ella algunos colegas del partido", aseguró, ante "los que se han sentido descubierto en estas páginas, que han reaccionado banalizando las intenciones". Artesanía "clara y directa", sin "desahogo emocional", blandió.