La guerra del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso contra la dirección nacional de Génova se dirime casi a diario en televisiones, radios y en discursos en diferentes actos. Pero nada es casual. Cada canutazo ante la prensa, cada tuit, cada entrevista en prensa está medida. Los mensajes que lanza la presidenta se empiezan a cocinar cada mañana, casi al amanecer, en un despacho en la esquina de la presidencia de Madrid, con vista a la diminuta calle Carretas. 

Allí se reúne Miguel Ángel Rodríguez, el todopoderoso MAR, con su propio núcleo duro. Entre ellos está Francisco García de Diego, su fontanero de máxima confianza, el MAR de MAR, un periodista con 40 años de profesión; Sandra Fernández, que descubrió a Pablo Iglesias para La Sexta Noche, y José Luis Carreras, jefe de prensa de la presidenta. Ayuso rara vez se une a la cita. Allí se atornilla a los consejeros y se prepara la estrategia. Se diseña el "marco comunicativo" con el que intenta asaltar el poder del PP de Madrid, arrinconar al alcalde Almeida y seguir convirtiendo a la presidenta en la política del momento. 

Pero para entender cómo el PP ha llegado a esta situación hay que retroceder un tiempo. Al verano de 2020, en plena pandemia…

Finales de agosto. Media mañana. José Luis Martínez Almeida apura un café con leche en la Cafetería Aarde frente a la Puerta de Alcalá de Madrid. Entre que es agosto y que la segunda ola de la pandemia golpea con fuerza, apenas hay gente en la calle. 

El alcalde de la capital está de moda. Pocos días antes Pablo Casado le ha ungido como portavoz del PP nacional. Su discurso de unidad, de solidaridad, le ha convertido en el político del momento. Con el nombramiento adquiere más visibilidad que nunca.  

En medio de una charla con periodistas, les pregunta cómo ven el futuro Congreso para elegir a la nueva dirección del PP de Madrid, liderada desde mayo de 2018 por una gestora tras la renuncia de Cristina Cifuentes. Según los estatutos del partido, todavía quedan dos años para que se celebre. O incluso más. El debate ni siquiera está en los medios. 

"Creo que hay que buscar a una persona de consenso para dirigir el partido", subraya varias veces Almeida, que solo tiene una cosa en mente: evitar "lo que pasó con Alberto (Ruiz-Gallardón) y Esperanza (Aguirre)"

Lo que pasó fue una guerra fratricida por el control del partido en el bastión más importante, Madrid, que se trasladó a sus respectivos gobiernos. Durante años, el Ayuntamiento de la capital y el Gobierno regional se hicieron oposición pese a ser ambos del PP. Se llegaron a enfrentar hasta por las alcantarillas. En lo interno, Aguirre ganó el pulso a Gallardón, que presentó a su mano derecha, Manolo Cobo -vicealcalde-, contra ella. Cobo retiró su candidatura antes incluso del congreso de 2004 al ver el ínfimo apoyo que tenía.  

'Huracán Ayuso'

Noviembre de 2021. Almeida ya no es el político del momento. Se ha visto engullido en medio del 'huracán Ayuso'. Génova lo ha puesto entre la espada y la pared al abrir la puerta a que se presente a competir contra la presidenta regional por el liderazgo del partido. Él no quiere. "Es que él en ningún momento se ha movido de su posición de buscar una tercera vía", le defiende alguien de su máxima confianza. Sin embargo, lleva semanas sufriendo el desgaste. 

A Almeida se le nota preocupado, algo despistado

Se está empezando a cumplir su peor presagio, aunque la sangre todavía no ha llegado al río. 

"Se le nota despistado, preocupado, e incluso un poco irascible", concede un trabajador del Consistorio que tiene trato frecuente con él. "Mientras Ayuso sabe decir que no a Génova, Almeida no, y le han ido empujando hacia donde está ahora", lamenta otra persona del entorno del alcalde.  

Por el contrario, a apenas un kilómetro de allí, en la Puerta del Sol, el gesto es otro. Ayuso está al alza. Su apabullante victoria en las elecciones de mayo de 2021 basada en la "defensa de la libertad", la bajada de impuestos y una suerte de nacionalismo cheli le convirtieron en un fenómeno político con pocos precedentes. Único. Si acaso solo comparable al efecto Aguirre de las mayorías absolutas con su política de "hospitales y metro". 

Ayuso y Almeida acuden juntos a la misa de La Almudena. EP

Desde hace meses, incluso en lo peor de la pandemia, marca la agenda casi todas las semanas. A veces tiene más relevancia mediática que el propio presidente de su partido. Confronta directamente con Pedro Sánchez: por los controles Covid en el aeropuerto; por la Ley Celaá; por el reparto de los fondos europeos, por la falta de inversiones; por "querer descapitalizar" Madrid; por la fiscalidad que quiere imponer Moncloa... 

Las medidas de Madrid frente al Covid y luego los diferentes pasos normativos de la vuelta a la normalidad también saltan constantemente a las portadas de los periódicos nacionales. De todo tiene una opinión. Reacciona ante todo. No es espontáneo, como algunos puedan pensar. Cada paso, se mide al milímetro. Ella y su equipo marcan el relato. Incluso, cuando no hay un tema claro sobre el que mostrar su visión, Ayuso se desmarca atacando al Papa Francisco por no valorar "el legado católico de la conquista de América". 

Respuesta a Génova

Tanto es así, de hecho, que el pasado adelante dado por Ayuso al anunciar el pasado 31 de agosto que se presentaba a presidir el PP de Madrid fue una respuesta a Génova. Un aldabonazo. En el entorno de la presidenta temían que empezara a calar como una lluvia fina la intención de la dirección nacional del partido de proponer a una persona "de consenso". Demasiadas declaraciones públicas de la dirección nacional en ese sentido. Había que actuar. Acción. Reacción.  

"Es que no puede ser que el alcalde o la propia Ana Camins (secretaria general del PP de Madrid en la gestora) empiecen a hablar en plena campaña de la tercera vía y, sin embargo, cuando ella habla de que se va a presentar a liderar el partido sea una barbaridad, cuando es lo que hacen otros compañeros, como en Galicia", defienden fuentes del Gobierno de la Comunidad de Madrid en referencia a Alberto Núñez Feijóo, presidente a la vez de la Xunta y del PP gallego.

Ayuso ya no puede echarse atrás

La disputa entre Sol y Génova lleva semanas calentándose y ha alcanzado su punto álgido en las últimas jornadas. Los respectivos gabinetes de comunicación llevan días sin hablarse. Y en Sol afirman que llegarán hasta el final. Llegados a este punto, ella “ya no puede echarse atrás”, dicen en su entorno más cercano, porque supondría perder la batalla y eso podría repercutir en la candidatura de 2023 a la Comunidad. 

Pero, ¿quién está detrás de la estrategia de Ayuso? ¿Quién decide cada aparición y, en los últimos tiempos, cada estrategia de esta guerra abierta en el PP?

Todas las miradas se ciernen obviamente sobre Miguel Ángel Rodríguez (MAR), su jefe de Gabinete -"es el que más manda, manda mucho", precisan diversas fuentes consultadas-, pero es sólo la punta del iceberg. No está solo. Es como Mourinho. Asume en sus espaldas la responsabilidad públicamente, pero por debajo hay un equipo muy experimentado trabajando para Ayuso, sobre la que siempre tuvo buen concepto. “Ella es un diamante en bruto”, apuntaba su estratega de cabecera cuando comenzó a trabajar con ella.

 Reunión de una hora

Pocos saben que, todas las mañanas, en el despacho de MAR de la Real Casa de Correos, situado en una esquina del edificio que da a la calle Carretas, o en el despacho de la presidenta si está -muy rara vez-, se reúne durante una hora el círculo de máxima confianza de Ayuso. Y ahí se encauza la estrategia. El llamado marco comunicativo.

 

Son encuentros muy tempranos, en torno a las ocho de la mañana. Imitan a los 'maitines' que instauró José María Aznar en su Gobierno, pero se celebran diariamente en vez de una vez por semana. "Ahí se ve un poco todo, es una reunión de operatividad, de ver cómo se organiza el día, pero todas las decisiones últimas las toma la presidenta", comenta una fuente de Sol que conoce lo que ocurre en ese sanedrín.

Francisco García de Diego (izq.) y Miguel Ángel Rodríguez, en una imagen de 2001. Moncloa

En los encuentros se analiza la prensa, se discute por dónde pueden ir los tiros del día, cuál debe ser el tema sobre el que hay que incidir, además de perfilar la agenda y pergeñar las líneas maestras de los discursos. La "estrategia". Los claims. Algunas veces son requeridos los propios consejeros para que expliquen determinadas cuestiones especificas de sus áreas. 

Por ejemplo, si se plantea ese día hacer una defensa de la educación concertada frente a los ataques del Gobierno central, se llama al consejero del ramo, Enrique Ossorio, para que explique todos los vértices del asunto. Y en el encuentro la posición se afina. Así pasa en sanidad, vivienda, políticas sociales... 

"[Lo que se habla en la reunión] es como un complemento. La presidenta es autónoma; escucha y toma sus propias decisiones", precisan desde el entorno de Ayuso. 

Fontanero de mar

Entre los presentes siempre está Francisco García de Diego, el MAR de MAR, su fontanero de máxima confianza. Periodista avezado -lleva 40 años en la profesión-, ha pasado por Cope, Efe o por el Consejo de Administración de RTVE, entre otros. 

Trabajó junto a MAR en el primer Gobierno de José María Aznar: era el secretario General de Información de la Secretaría de Estado de Comunicación que lideraba Rodríguez. Ahora es el jefe de Gabinete adjunto de la Presidenta. 

"Es el factótum, el que tiene interlocución directa con las consejerías para pedir las cosas y coordinar los discursos. Los pide a las consejerías y luego los adapta para la presidenta", aseguran fuentes del Gobierno de la Comunidad. Cuando García de Diego llama a las consejerías, se aprietan filas. Es como si llamara MAR. "Los dos son un pack. Son como Felipe González y Alfonso Guerra".

Otro de los pesos pesados es Sandra Fernández, la directora general de Medios, que coordina a los jefes de prensa de las distintas consejerías. Toda la información pasa por sus manos, entre ellas las notas de prensa. También forma parte de los muñidores de la estrategia, además, sobre todo, de controlar el tratamiento audiovisual. Conoce el medio en todo su espectro: fue directora de programas tan antagónicos como Salsa Rosa o Sexta Noche

Llegó al Gobierno regional de la mano de la consejera de Ciudadanos Marta Riviera de la Cruz, pero su conocimiento del medio hizo que Ayuso la incluya en su grupo de confianza. El cargo de directora general de Medios es el mismo que tuvieron en su día Isabel Gallego, mano derecha de Esperanza Aguirre, o Marisa González, responsable de la comunicación con Alberto Ruiz Gallardón y con Cristina Cifuentes. Sin embargo, su papel no es exactamente el mismo. Fernández ejerce de de facto de número dos de MAR, que es quien realmente dirige la estrategia de comunicación y posicionamiento de Ayuso al estilo de la figura creciente de los spin doctors

Fernández mantiene una reunión semanal con todos los responsables de comunicación de las distintas áreas. Estos encuentros son habituales en otros ámbitos de la administración, como en Moncloa y otros gobiernos regionales, donde se comparten las agendas y proyectos de las distintas áreas para programar sus anuncios, trabajar a varios días vista y decidir cómo se escenifican los anuncios. 

En el caso de la Comunidad, Fernández es quien dirige estas reuniones, siempre acompañada de José Luis Carreras, el cuarto elemento del equipo, el jefe de prensa de Ayuso, que se centra en la agenda de la presidenta para que no se solapen los temas, ver cuál es la mejor manera de contarlos y organizar los tiempos.

Isabel Díaz Ayuso, junto a Miguel Ángel Rodríguez. EP

Carreras es el más fiel escudero de Ayuso, su mano derecha, un cargo que no existía en el organigrama de la Comunidad hasta la llegada de la presidenta, pero que sí ejercían las antecesoras de Sandra Fernández. "Ayuso confía mucho en él", afirman varias fuentes consultadas en Sol sobre alguien al que los que le conocen bien le definen como "estajanovista, incansable". Casi de la misma edad que la presidenta, la acompaña en todos los actos. Si no es él, es el propio MAR quien le traslada lo hablado en las reuniones. 

Tras cada intervención en los medios de comunicación de Ayuso, el equipo de Carreras o el propio Carreras envía WhatsApp a los periodistas tanto de local como de política nacional con un resumen. Como si fueran una agencia. Destacando lo que previamente, en los maitines, se ha considerado como lo importante. 

"Nada es casual"

"Nada es casual en la estrategia; MAR es un perro viejo, sabe posicionarla [a Ayuso]", sostiene un importante cargo del Gobierno regional con larga experiencia. "Ayuso es inteligente, y aparte de trabajar mucho, sabe delegar en gente que sabe más de algunos temas que ella, como sanidad o educación. En base a la información que le llega, toma las decisiones, todas", sostiene la fuente, que defiende todo la gestión llevada a cabo desde la Puerta del Sol. "Mira, para que las cosas salgan bien", añade, "tiene que haber gestión; si tu gestión es mala, aunque tengas un gurú de la comunicación, te irá mal", concluye este miembro del Ejecutivo regional que ha visto trabajar a varios presidentes y gabinetes de comunicación. 

Otra pieza muy importante en el núcleo duro de la presidenta es Alfonso Serrano, su portavoz parlamentario. Ha sido su director de campaña en las dos últimas citas electorales y Ayuso quiere que sea el futuro secretario general del PP de Madrid. Todos en Sol, e incluso en Génova, saben que es de los más capaces del partido. Es hábil, astuto, y buen orador. Se conoce además todos los viricuetos de los reglamentos de la Cámara. Durante la comisión de investigación contra la corrupción política era quien trababa las ruedas de la oposición, embarrando el terreno para que no se jugara. 

Sabe llevar al grupo parlamentario, afirman varias fuentes consultadas. Y no es algo sencillo. Hay cierta tensión, ya que en él están, dos pesos pesados de Génova: Ana Camins, muy cercana a Casado y que desde que Ayuso anunciara que quería presidir el PP de Madrid ha dejado de aparecer por Sol "cuando era una habitual", y Emilio Sanjuanbenito, jefe de Gabinete de Casado, que recientemente fue la única y "notable" ausencia en una reunión de grupo. Ayer los dos compartían confidencias en el patio de fumadores de la Asamblea en uno de los recesos del Pleno. 

La relación personal de Camins, Ayuso y Serrano era muy buena antes de que estallase la guerra interna por la presidencia del PP, pero últimamente se ha enrarecido e incluso difícilmente se mantiene, algo que desde el entorno de Serrano lamentan pero entienden que forma parte de la vida política.

La coordinación entre Sol y el grupo parlamentario, apuntan fuentes del partido, es muy buena precisamente por la buena sintonía entre Ayuso y Serrano. “Su comunicación es permanente” y también la de sus equipos de prensa, aprecian desde Sol. 

"La semana pasada, en la Asamblea, Ayuso recibió una ovación cerrada de todo el grupo, antes y después del pleno", sostienen en el entorno de la presidenta para visibilizar el apoyo de los diputados a su postura con respecto al liderazgo del partido. Aun así, algunos en privado admiten su preocupación por el enfrentamiento. "Es que parecemos dos partidos distintos", se queja una fuente del grupo parlamentario. 

"La situación ya es mala, pero puede acabar peor; la militancia ya te llega preocupada a preguntar. Además, la pelea es en el momento que más delicado está el Gobierno de Sánchez".

"Tomar las riendas"

En la Puerta del Sol se extiende entretanto el mantra de que es el momento de que Casado "tome las riendas" y arregle el desaguisado que ha provocado Teodoro García Egea, secretario general del PP, buscando la confrontación. Insisten en que Ayuso no puede mandar más mensajes de "conciliación" al asegurar que no habrá hiperliderazgos en el PP de Madrid y que habrá "integración". 

En Génova, intuyen en su equipo, juegan a ver si ella sola se aparta de la batalla o se pliega a los deseos del partido, que quiere una única lista en las primarias porque es lo que más beneficiaría a Casado.

En la dirección nacional, por ahora, guardan silencio, pero reconocen que no tienen ninguna intención de facilitar una imagen entre Casado y Ayuso como la que esta protagonizó con Almeida en la misa de la Almudena. Esa foto de reconciliación, de momento, “no está en agenda”. 

Almeida se refuerza

Mientras, Almeida se ha reforzado fichando al ex jefe de prensa de Albert Rivera en Ciudadanos , Daniel Bardavío, hasta ahora asesor del partido de Inés Arrimadas en Bruselas. En el entorno del alcalde reconocen que llevan tiempo intentando que reconduzca la comunicación y los mensajes relativos a la gestión del Ayuntamiento para que se hable de algo más que de la pelea interna del partido.

Pero no han encontrado aún la fórmula para hacerlo. La oposición se encarga de repetir cada vez que puede que Almeida ha abandonado su cargo como alcalde para dedicarse solo a la portavocía del partido. Y las filtraciones continuas realizadas por las tres partes de esta guerra alimentando a la prensa tampoco ayudan.

"A ver si con Barvadío se deja de competir con Ayuso todo el tiempo y no todo lo que rodee a Almeida sea Génova", aprecian fuentes municipales. Ya en agosto de 2020, había populares que advertían que cuando la dirección del partido "te ofrece un puesto" como el de portavoz nacional, "no puedes decir que no, pero es probable que no tardes en arrepentirte porque ser portavoz te puede pasar factura como alcalde".