Hasta este lunes, Llanos Castellanos era la única mujer que formaba parte del núcleo duro político del presidente del Gobierno en el palacio de la Moncloa. Desde este lunes, no hay mujeres.

Esto no significa que no las haya en el grupo más estrecho de colaboradores y colaboradoras de Pedro Sánchez. Las hay, pero son pocas. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en este momento una de las personas que más influye en el líder socialista, está en él. También la ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez.

Informan fuentes gubernamentales a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, que entre las dirigentes con las que más habla el presidente están varias ministras, especialmente Nadia Calviño, Carolina Darias y Yolanda Díaz. Es decir, las ministras de Economía, de Sanidad y de Trabajo, respectivamente. Nunca antes hubo tantas mujeres en el Consejo de Ministros. O en el Consejo de Ministras, que así fue como lo bautizaron algunas de las concernidas cuando tomaron posesión de sus cargos en presencia del rey.

No existe un foro concreto, por tanto, en el que el presidente consulte las decisiones que planea adoptar. Los 'maitines' (una suerte de reunión restringida que tenían lugar los lunes en Moncloa) se han ido diluyendo en periodicidad y en composición. Por lo que indican las fuentes, ni se celebran los lunes, ni son una vez a la semana, ni van siempre los mismos interlocutores. Se siguen haciendo, matizan, pero según los temas que se traten, varían el número y el cargo de los asistentes.

En la misma línea que con Iván Redondo

La estructura que Sánchez y su jefe de gabinete, Óscar López, crearon a primeros de julio, a raíz de la remodelación del Gobierno, incluyó a Llanos Castellanos, quien hasta ese momento ejerció como directora de Patrimonio Nacional. Ella fue la encargada de reordenar y rediseñar el vasto organigrama que había planificado el anterior director del gabinete de la Presidencia, Iván Redondo.

Pese a ello, ha durado poco como número dos de López, apenas algo más de tres meses, ya que Sánchez ha pensado en ella para que asuma la Secretaría de Justicia, Relaciones Institucionales y Función Pública en la remodelada Ejecutiva socialista. Su perfil encaja a la perfección en la idea que el secretario general del PSOE quería implantar en la dirección del partido. Personas con alta cualificación y sin pedigrí orgánico. Castellanos ha desempeñado varios puestos bajo el paraguas del PSOE, diputada en la Asamblea de Madrid, por ejemplo, pero no es alguien que haya escalado por el organigrama de Ferraz o que haya hecho vida en los pasillos de la sede.

Sin embargo, su traslado a la oficina del Partido Socialista en Madrid ha provocado que se repita un patrón en la forma de trabajar de Sánchez como presidente del Gobierno. Cuando desembarcó en Moncloa en junio de 2018 designó como todopoderoso jefe de gabinete a Redondo y él se encargó de levantar una jerarquía poblada de hombres. Además de Félix Bolaños, secretario general de Presidencia, directamente nombrado por el jefe, destacaron los puestos de Francisco Salazar, número dos del gabinete y también una persona entonces muy vinculada al presidente, y de Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación. Otros nombres de hombres notables eran los Manuel de la Rocha (director de la Oficina Económica del presidente) y José Manuel Albares (responsable del área internacional).

La remodelación del Gobierno acometida a primeros de julio dejó fuera a Redondo, Salazar y Oliver y encumbró a López, Castellanos, a Fran Martín, secretario general de Presidencia, y a Francesc Vallés, el nuevo responsable de la comunicación del Gobierno. Bolaños es hoy ministro de Presidencia y Albares, de Asuntos Exteriores tras un fugaz periplo como embajador española en París. De la Rocha continúa asesorando al presidente, aunque ahora con un cargo llamado "secretario general del Departamento de Asuntos Económicos y del G20". Muchos hombres, pocas mujeres. La llegada de Antonio Hernando provoca que todos sean varones.

Vuelven los amigos a estar juntos

Fuentes gubernamentales indican que la amistad entre Pedro Sánchez y Antonio Hernando se ha restablecido tras cuatro años sin contactos. La abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy en octubre de 2016, por la que el hoy secretario general dimitió y renunció al escaño, distanció a dos amigos. Han vuelto a hablar, dicen las fuentes, y a partir de este martes van a trabajar codo con codo.

Cuando Sánchez hizo la crisis de gobierno y recompuso su gabinete, no tanteó a Hernando. Incorporó a Óscar López, pero no a Hernando, uno de los máximos responsables de la consultora creada por José Blanco, "Acento". Las fuentes señalan que los primeros contactos para fichar al exportavoz en el Congreso se produjeron días antes del congreso federal de Valencia y se cerraron justo antes de que comenzara. Lo ha adelantado este lunes "eldiario.es".

Los tres amigos (Sánchez, López y Hernando) que llegaron juntos a Ferraz tras convencer a José Blanco se volverán a juntar en Moncloa.

Estarán los tres al mando de la Presidencia del Gobierno, imitando un modelo que ya pusieron en práctica en Ferraz cuando Sánchez, a partir de 2014, alcanzó la Secretaría General. Puso a Óscar en la portavocía del Senado y a Antonio, en la del Congreso. Junto a ellos, César Luena, el responsable de Organización. En su segunda etapa como líder, las tornas cambiaron: Margarita Robles fue la portavoz en el Congreso y Adriana Lastra se convirtió en la número dos.

La diputada asturiana continúa en el grupo de personalidades que más influyen en Sánchez. Ha jugado un papel determinante en el Congreso durante estos años. De la máxima confianza del presidente, se ha encargado junto a Santos Cerdán de la organización del reciente congreso federal y recurrió a su vínculo con el líder para propiciar una reestructuración de calado tanto en el PSOE como en el Gobierno.

Más hombres en los núcleos de Casado y Díaz

La tendencia es que cada vez hay más mujeres en puestos políticos y públicos de máxima responsabilidad, y a la vez, más hombres en los puestos de asesoría de máxima responsabilidad. La fontanería es cosa de hombres.

En el PP, el núcleo duro que rodea a Pablo Casado también es reducidísimo. En el comité de dirección se sientan varias personas, pero en realidad es el líder y el secretario general, Teodoro García Egea, quienes manejan la toma de decisiones. Hace unos meses se incorporó como jefe de gabinete Diego Sanjuanbenito, diputado en la Asamblea de Madrid y amigo de Casado desde la época de Nuevas Generaciones. Sustituyó a Pablo Hispán en el cargo, que pasó a ocuparse del ámbito internacional.

Aunque las competencias son muy distintas, Hispán sigue contando con la confianza total de Casado y en el partido siempre han negado cualquier tipo de conflicto o malentendido. Hispán tiene entre sus objetivos seguir potenciando la imagen del líder popular en el ámbito internacional, y muy especialmente dentro de la Unión Europea, donde el reparto de poder del PPE está por resolverse con la marcha de Angela Merkel. En el primer anillo de confianza del líder también está la directora de Comunicación del partido, María Pelayo.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por su parte, tiene dos hombres dentro de su núcleo de confianza: Francesc Vendrell, su jefe de gabinete, y Joaquín Pérez, secretario de Estado.