“Este Govern se declara heredero del 1-0 y se compromete a acabar el camino iniciado ese día. Forzando una negociación con el Estado. Pero no solo. Porque no renunciamos a nada”. Estas han sido las palabras con las que el ‘president’ Pere Aragonès ha finalizado la declaración conjunta del bipartito en el Executiu. Una apelación a que la vía unilateral, si bien aparcada no está enterrada.

A las 9 en punto de la mañana, a la hora en que los colegios electorales abrieron sus puertas justo cuatro años atrás, y delante de uno de los puntos de votación, los servicios centrales del CatSalut en el Recinte de la Maternitat, el Govern en pleno formó en el patio aledaño para escuchar a dos voces la declaración.

Empezó el vicepresidente, de Junts, Jordi Puigneró, quien calificó lo ocurrido el 1 de octubre del 2017 como de “momento fundacional de la República Catalana". “La semilla de la victoria y de la libertad. Un acto democrático sin precedentes contra un Estado, que aun busca las urnas, obsesionado en impedir la votación”.

En esta unidad líquida que exhiben ambos socios de Govern, y que el jueves dio a pie a la aprobación de una propuesta de resolución que sancionaba que solo “un referéndum pactado con el Estado” podía sustituir el 1-0. En el mimso pleno, ambas fuerzas rechazaron fijar una fecha para un referéndum unilateral en la creencia de que, como quedó demostrado, no se obtendrían reconocimientos internacionales y porque, en el fondo, es obvio que no suele dar buen resultado negocair con la otra parte con una pistola cargada en la mesa.

Punto de no retorno

“El 1-O supone un punto de inflexión, y de no retorno, en la historia de Cataluña . Es el día en que los catalanes decidieron que tenían derecho a decidir su futuro en las urnas. Que unieron su futuro a las urnas”, retomó la declaración el ‘president’.

“La respuesta del Gobierno del Estado fue la violencia, la judicialización, la cárcel y el exilio forzoso. Utilizaron las porras contra la población. Pero la violencia no intimidó al pueblo catalán”, proclamó.

“Hoy toca tirar de esa fuerza mostrada en el 1-O. Cataluña volverá a votar, es algo inevitable y el Estado lo sabe. Es la única opción que permite que todo el mundo se exprese libremente”, aseveró antes de apelar, como se suel en estas ocasiones, a la unidad del espacio independentista.

“Cuando conseguimos la comunión en un objetivo, Cataluña es imparable. Y ahora, el objetivo es el fin de la represión y el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Amnistía y referéndum”, concluyó.