Las tensiones eran indisimulables, pero ambos actores, la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro José Luis Escrivá intentaron capear el temporal. De aquella manera. Sin que faltaran indirectas entre uno y otro y miradas que decían, a veces, mucho más que las palabras. Y es que la polémica reflexión que había hecho formulado el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones sobre un "cambio cultural" para que trabajen "más" las personas entre 55 y 75 años todavía humeaba este martes, en la rueda de prensa posterior a la reunión semana del Gabinete de Pedro Sánchez. Díaz y Escrivá dieron por zanjada la controversia, aunque sin esconder las tiranteces entre ambos. El malestar con el ministro, no obstante, trascendía Unidas Podemos y había alcanzado al corazón del PSOE. Pero también la comparecencia dejaba ver que las discrepancias de socialistas y morados en torno a un asunto mollar y objeto de negociación, los Presupuestos para 2022, no han acabado, ya que sigue sin haber consenso —"los acuerdos se cuecen y se negocian a fuego lento", pausó la vicepresidenta—, si bien desde la Moncloa insistían en que el texto estará listo en la primera quincena de octubre, "nunca" en la segunda.

Había expectación este 28 de septiembre por ver a los dos ministros juntos, a los que apenas separaba, por unos metros, la portavoz, Isabel Rodríguez. Escrivá se había tenido que enmendar a sí mismo unas horas antes a través de un hilo en Twitter, pero no había vuelto a pronunciarse de viva voz después de su entrevista, el domingo, en el diario 'Ara', donde apuntó a la necesidad de ese "cambio cultural": "En Europa hay una tendencia clara a que entre 55 y 70, 75 años se trabaje cada vez más".

Después precisó que en ningún caso se planteaba alargar la edad de jubilación. Lo que propone es utilizar "dos mecanismos clave". Por un lado, fomentar "medidas que contribuyan a cambiar la mentalidad de las empresas para que no expulsen a trabajadores del mercado laboral a partir de 55 años, desperdiciando su experiencia". Y, por otro, mejorar "los incentivos a la jubilación demorada”. Aspectos que ya contempla el proyecto de ley enviado por el Gobierno al Parlamento y cuyo debate de totalidad tendrá lugar, precisamente, este próximo jueves, ya que el PP presentó una enmienda de devolución. Díaz, ayer lunes, en plena resaca por la entrevista en 'Ara', pedía ser "cautos, prudentes", sin que se generasen "más tensiones en un país que lo está pasando mal”. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, fue poco tiempo después más expeditiva: se remitía al hilo de Twitter del ministro y afirmó que el PSOE "no se plantea alargar la edad de jubilación de los trabajadores". Con su respuesta, deliberadamente taxativa, dejaba asomar el runrún interno que había recorrido al partido y al sector socialista del Ejecutivo.

Escrivá incide en que más que "cautelosos" (indirecta a Díaz) hay que ser "beligerantes" con los mayores de 55 que son expulsados del mercado de trabajo

Escrivá se aferró a su argumentación de las últimas horas en la primera respuesta a los periodistas de este martes y aprovechó para pedir al PP que retire su enmienda de totalidad al proyecto de ley del Gobierno. Subrayó que más que "cautelosos" —una indirecta a Díaz— hay que ser "beligerantes" con la realidad de que los mayores de 55 años, expulsados del mercado de trabajo, se encuentren en situación de "precariedad" e "incertidumbre", con cotizaciones más bajas y sin vida activa "plena".

De manera "mancomunada"

"El ministro ha sido claro", replicó por su parte Díaz cuando fue preguntada si se daba por satisfecha con las explicaciones de su colega de Gabinete. Lo más "relevante" para ella, siguió, es que el proyecto de ley pasa el jueves por la Cámara baja, y con él se "cumple el acuerdo" de la coalición, que deroga la ley 23/2013 del PP, y que supondrá la revalorización automática de las pensiones conforme al IPC y la supresión del factor de sostenibilidad. "El Gobierno de España está cumpliendo y después de las reflexiones que hay [en referencia a la opinión de Escrivá] me quedo con esto", con el hecho de que las prestaciones "no solo no se recortan" sino que se "garantiza" que los jubilados caminen en una "senda de protección social" desplegada por el Ejecutivo. Díaz reconoció, en alusión implícita al ministro, que esta es una materia "de enorme sensibilidad", ya que afecta a 9,7 millones de pensiones, "y afecta a la vida de la gente".

La vicepresidenta agregó que por eso mismo ella había pedido ser "cautos". "Lo digo siempre. Seamos cautos en todo lo que hacemos y decimos —de nuevo, otro pellizco a Escrivá—. El Gobierno trabaja de manera mancomunada. El jueves se sacará adelante una de las normas más importantes del Gobierno de coalición. Me quedo con esto", apostilló.

Al final de la comparecencia, la prensa preguntó al titular de Inclusión si se había sentido desautorizado. No solo por Unidas Podemos, sino también por el sector socialista del Ejecutivo, donde ayer se palpaba una cierta irritación con sus palabras. "Es evidente que algunas de las reacciones que hemos visto en los últimos dos días se han manifestado sin conocer exactamente lo que yo había dicho", respondió él, y antes había comentado que "pocos" habían leído la entrevista. Una pequeña puya hacia la vicepresidenta. Ambos también hablaron con sus gestos mientras el otro respondía verbalmente. Así, Díaz parecía advertir que las palabras de su compañero de Gabinete en el 'Ara' eran inequívocas, y no "sacadas de contexto", como él había asegurado.

La portavoz, por su parte, intentó reconducir el asunto hacia el PP. Recalcó que lo "preocupante" es que el PP siga "anclado en una posición de ataque a los pensionistas españoles". Rodríguez recordó, como había hecho Escrivá, que ayer lunes Mariano Rajoy volvió a reivindicar su reforma de 2013, que llevó adelante sin consenso con los agentes sociales y con la oposición en contra. "Liquidar el factor de sostenibilidad y volver otra vez a la indexación es una equivocación", aseguró el expresidente, emplazando al actuar líder del PP, Pablo Casado, a quien tenía al lado, que tendrá que "cambiar otra vez la ley" cuando llegue a la Moncloa. "Tendrás que hacerlo tú, te harán una huelga, pero no te queda otra", le dijo Rajoy. El PP se ratificó, "por boca de Rajoy", en su apuesta por "mantener congeladas las pensiones", indicó la titular de Política Territorial. "Un recorte de pensiones intensísimo", resolvió Escrivá. Sin embargo, remachó Rodríguez, el Gobierno "persigue una recuperación económica justa", que llegue a todos.

El granero de los jubilados

Tras toda esta polémica subyace, en efecto, una materia muy sensible. Una bomba incluso si el contexto fuera electoral, ya que buena parte del granero de votos del PSOE (y del PP) está en los pensionistas, de ahí que todos los partidos cuiden los mensajes hacia ellos. El elector de Unidas Podemos es, 'a priori', más joven, pero "eso puede estar cambiando", advertían posteriormente fuentes muy próximas a Díaz.

Socialistas y morados se hallan en el tramo final de la negociación presupuestaria. De momento, no hay fumata blanca. Rodríguez insistió en el mensaje que repite Sánchez, que el Ejecutivo trabaja para que el proyecto de ley llegue "en tiempo y forma" al Congreso. El presidente ha venido reiterando que estará listo entre finales de septiembre (ya imposible) o principios de octubre.

Díaz echa el freno a la negociación de las cuentas: los acuerdos, dice, se "cuecen a fuego lento". En su equipo admiten que son "varios" los escollos. Entre ellos, la fiscalidad

La vicepresidenta segunda evitó poner fechas y echó el freno a las expectativas del PSOE: "Es evidente que no hemos llegado a un acuerdo, si no lo hubiéramos hecho público. Ahora bien, estoy segura de que habrá acuerdo. Lo que sí que les digo es que los acuerdos se cuecen o se negocian a fuego lento. Por tanto, tranquilidad y paciencia". Fuentes del sector morado precisaron que son varios los "escollos" (en plural" que dificultan el cierre del pacto. Y no solo la fiscalidad, capítulo en el que Unidas Podemos reclama fijar el 15% mínimo en el impuesto de sociedades, reclamación que ya va digiriendo el sector socialista. El otro obstáculo conocido es la ley de vivienda, atascada desde hace casi un año. "No está en nuestras manos aproximar una fecha: el PSOE sabe lo que queremos porque se lo hicimos llegar en agosto", alegaron.

En el equipo de Sánchez, mientras, remarcaban la importancia de que Díaz hubiera afirmado que habrá acuerdo entre los socios (la líder de Podemos, Ione Belarra, lo ponía más en duda estos días). Las mismas fuentes señalaron que el texto estará listo en las próximas dos semanas, "nunca en la segunda quincena de octubre". Todo apunta hacia la semana del 11, ya que el 5 y 6 Sánchez asiste a la cumbre europea informal en Eslovenia. Sin embargo, dado que el 11 es víspera de festivo nacional, no se descarta convocar un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar el Presupuesto. Las fechas casan: el viernes 15 arranca el 40º Congreso Federal del PSOE, la cita más importante del partido en este año a la que el presidente podría acudir con el acuerdo de las cuentas de 2022 bajo el brazo y recién sacado del horno.

La vicepresidenta segunda pretende sacar la reforma laboral antes del 31 de diciembre "sí o sí", con o sin acuerdo con los agentes sociales

Para más adelante está prevista la reforma laboral. La fecha comprometida por el Gobierno con Bruselas es el 31 de diciembre de 2021. Pero es esa también la fecha que se ha impuesto a sí misma Díaz. La vicepresidenta, en la fiesta del PCE del pasado domingo, prometió que el Ejecutivo derogaría la legislación del PP de 2012 y, de lo contrario, si no lo hace, "se equivocará". Fuentes de su entorno indicaron que la reforma saldrá adelante "sí o sí, con o sin acuerdo con los agentes sociales". La líder de los morados en el Gabinete, por tanto, está dispuesta a aprobarla aun sin consenso con la patronal, que ya se desmarcó de la subida del salario mínimo de 15 euros brutos mensuales, aprobada este martes por el Consejo de Ministros.