El golpe de mano que Pedro Sánchez ejecutó en julio en el sector socialista del Gobierno tendrá su continuidad este otoño en las filas del propio PSOE. El secretario general del partido planea una renovación a fondo de la ejecutiva que tendrá su avanzadilla con el nombramiento de los nuevos portavoces socialistas en las Cortes. Para ambas responsabilidades, Sánchez ha optado por promocionar a figuras hasta ahora desconocidas en la política estatal: el canario Héctor Gómez, que será el portavoz en el Congreso, y la catalana Eva Granados, que será la cara visible del PSOE en el Senado. Con este movimiento, el líder socialista confirma su apuesta por proyectar a nivel nacional a la actual número dos del PSC.

De hecho, Granados ya tiene encargada una responsabilidad orgánica con proyección mediática. Es la portavoz de la comisión que organiza el 40º congreso federal del PSOE, que tendrá lugar en Valencia a mediados de octubre y que formalizará esa nueva etapa de renovación profunda en las filas socialistas, con la vista puesta en el ciclo electoral de 2023. Y en la ejecutiva que salga de dicho cónclave, es más que probable que Granados tenga un puesto.

Ese eventual cargo y su nueva responsabilidad en el Senado representarán un cambio de etapa para esta barcelonesa de 46 años que saltó a la arena pública en 2009, cuando Josep Maria Álvarez la convirtió en la número tres de la dirección de UGT Cataluña. Esas raíces sindicalistas han sido siempre su carta de presentación en los distintos cargos que ha ocupado en el PSC, siendo, por ejemplo, una de las voces más potentes contra los recortes sociales de los gobiernos de Artur Mas, forjando hilo directo con las entidades del Tercer Sector.

Diputada en el Parlament desde 2010, Miquel Iceta la ascendió en 2015 a número dos del PSC y portavoz en el Parlament, lo que le dio un protagonismo en los convulsos plenos del 6 y 7 de septiembre de 2017, cuando puso voz a la oposición de su grupo parlamentario a las "leyes de desconexión" que aprobó la mayoría independentista en la CámaraSalvador Illa la ratificó como número dos de la candidatura con la que ganó las últimas elecciones autonómicas, pero se da por hecho que dejará su responsabilidad orgánica de viceprimera secretaria en el congreso que el PSC celebrará en diciembre.

En realidad, Granados, que también es vicepresidenta segunda del Parlament, aún tiene que pasar un filtro previo para poder ser portavoz del PSOE en el Senado. Ahora mismo no tiene acta en la Cámara alta, por lo que el PSC deberá sustituir a uno de sus tres senadores actuales de designación autonómica (Antoni Poveda, Lorena González o Manel de la Vega) y que la mayoría de la Cámara catalana lo apruebe.

Puede que el resultado no sea el mismo que entonces, pero los socialistas catalanes podrían enfrentarse a una situación similar a la que vivieron la pasada legislatura, cuando ERC y JxCat vetaron el nombramiento de Iceta como senador y, con ello, el plan de Sánchez de que presidiese la Cámara alta.