El Gobierno de Navarra va a remitir este jueves al Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) una orden foral en la que pedirá la aplicación del toque de queda durante los fines de semana y los días festivos, así como para los días en los que se deberían haber celebrado fiestas en las distintas localidades navarras.

El toque de queda se aplicaría los fines de semana y festivos en los municipios con riesgo muy alto, es decir, aquellos que tengan incidencia superior a 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días o 125 casos en 7 días. Además, la aplicación de esta restricción sería general durante los días en los que correspondería celebrar a cada municipio las fiestas patronales, independientemente de su incidencia.

El Ejecutivo foral ha adoptado esta decisión después de que esta misma semana el TSJN rechazara el toque de queda para todos los municipios de Navarra que se encontrasen en esa situación de riesgo muy alto. Entre otras consideraciones, el Tribunal señaló que el Gobierno foral debería haber identificado las localidades afectadas así como los datos concretos de contagios.

El portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, ha señalado en declaraciones a los medios de comunicación que el toque de queda es un instrumento "necesario" para tratar de frenar los contagios. "Lógicamente, estudiando el auto del TSJN hemos tratado de ajustarnos a las peticiones, requisitos y orientaciones que marcaba el propio auto", ha asegurado.

Remírez ha considerado que con la nueva orden "afinamos el tiro". "Es una medida más específica, más quirúrgica y creemos que con eso satisfacemos los requerimientos del TSJN", ha dicho.

La orden foral estaría vigente hasta el 28 de julio y el Gobierno quiere que entre en vigor en la medianoche del viernes al sábado, para que pueda abarcar este fin de semana, que "es de mucha interacción social en Navarra".

Por su parte, la consejera de Salud, Santos Induráin, ha afirmado que "continuamos con unas tasas muy, muy altas, en edades jóvenes, tanto de 12 a 19 como de 20 a 29 años". "Son unas tasas desproporcionadamente altas que también se están extendiendo a grupos etarios superiores, cuestión que no pasaba al principio con los primeros brotes", ha señalado.

La consejera ha explicado que esta incidencia elevada "está suponiendo que la hospitalización está aumentando y la previsión es que, siguiendo con estos valores, aumente en los próximos días, de ahí la importancia de frenar estos contagios". "Sabiendo en qué grupos de edad está ocurriendo la transmisión tan alta, tenemos que añadir medidas que frenen esta transmisión e incidir en medidas preventivas también para todas las edades, porque aunque las vacunas están disminuyendo la gravedad, son incidencias muy altas que tenemos que frenar, porque la tendencia sigue siendo creciente", ha advertido.

Sobre la posibilidad de adoptar más restricciones, Induráin ha señalado que de entrada la orden foral incluye hasta el 28 de julio y "vamos a ver cómo evoluciona, probablemente bajar incidencias tan altas no va a ser fácil". "Los valores que se han comentado de incidencia acumulada son valores de riesgo muy alto. Tenemos cuatro indicadores en riesgo muy alto y esto en una semana no es previsible que baje hasta unos niveles que sean los deseables, pero sí que esperemos que se vaya conteniendo", ha indicado.

Además, ha señalado que le preocupa la presión hospitalaria "porque siempre hay un decalaje entre incidencia y ocupación hospitalaria, y aunque esta ocupación es más baja en porcentaje respecto a las incidencias -en comparación con anteriores olas-, tantos casos con tanta transmisibilidad están ocasionando que se hayan duplicado los ingresos".