El extesorero del PP Luis Bárcenas ha insistido ante el juez del caso Kitchen que al salir de prisión en 2015 se dio cuenta de que habían desaparecido del estudio de su mujer una serie de documentos sobre supuestos pagos en b del PP así como la grabación que dice que le hizo al expresidente Mariano Rajoy hablando de la caja B.

Bárcenas y su mujer, Rosalía Iglesias, han comparecido este miércoles en la Audiencia Nacional para declarar en el marco de la investigación sobre la supuesta operación parapolicial orquestada presuntamente desde el Ministerio del Interior en 2013 para hacerse con documentos que guardaba el extesorero y que podrían comprometer a dirigentes del partido.

Durante su declaración, según informan a Efe fuentes jurídicas, el también exsenador 'popular' ha mencionado los documentos que su chófer, Sergio Ríos -imputado en la causa al haber sido presuntamente captado como confidente policial en la operación-, se llevó de la sede del PP en la calle Génova cuando Bárcenas fue despedido al estallar el caso Gürtel, por el que actualmente él y su mujer cumplen condena. De allí fueron a la calle Díaz Porlier, donde su mujer tenía un estudio de restauración y, según la versión de ésta, se ubicaron en un altillo.

Contenían, según Bárcenas, documentos sobre la presunta contabilidad b del PP de Galicia que le había dado el considerado número dos de la Gürtel, Pablo Crespo; así como donaciones en efectivo no finalistas de empresarios al partido que no aparecían en los denominados "papeles de Bárcenas", y supuestos pagos en b de facturas de servicios electorales en las que el PP se habría ahorrado el IVA, indican las fuentes consultadas.

A esos documentos, el extesorero ha añadido dos pendrive con la supuesta grabación que dice haberle hecho a Mariano Rajoy, en la que presuntamente se le oiría, según Bárcenas, triturar documentos sobre la presunta caja del PP; y también un segundo audio del ex secretario general del PP Javier Arenas en un encuentro en Sevilla.

Siempre según las fuentes, Bárcenas ha relatado que cuando salió de prisión preventiva en 2015 y comenzó a abrir las cajas, se dio cuenta de que faltaban esos documentos y las grabaciones que, no obstante, también guardó en la nube informática. Ha indicado que en un principio pensó que podrían faltar cajas porque el PP las había intervenido en la sede y que nunca pensó que se habían intervenido del estudio de su mujer, quien ha declarado por su parte que nunca vio el contenido de las mismas, pero que sí sabía que contenían la grabación a Rajoy y a Arenas.

Bárcenas también ha relatado el supuesto encargo que realizó a un preso colombiano con quien coincidió en la cárcel y a quien dio un papel con unas instrucciones y las claves de su correo electrónico para que borrase las citadas grabaciones en un momento de acercamiento con el PP. Un encargo que este preso negó ante el juez y que Bárcenas ha cifrado en esta ocasión en 4.000 euros. A tenor de las fuentes, el extesorero ha explicado que no supo si el interno llegó a realizarlo pero que cuando salió de prisión, las grabaciones ya no estaban en la nube.

Por su parte, su mujer, que ha alegado cierta falta de memoria, ha negado haber pagado al chófer esa cantidad para que se la hiciese llegar al colombiano, y ha precisado que en ese momento tenían problemas económicos, añaden las fuentes consultadas.

Como en anteriores comparecencias, Bárcenas ha denunciado el trato sufrido en su primera época en la cárcel, donde ha dicho varias veces que sufrió seguimientos y ha vuelto a señalar a un preso de origen dominicano, con un carné penitenciario con una fotografía que no se correspondía con él, y ha manifestado de nuevo sus sospechas de que estuviese el CNI detrás.

Respecto al PP, Bárcenas ha afirmado que mantuvo contactos hasta que el Tribunal Supremo hizo firme la sentencia de Gürtel, y ha vuelto a señalar a Javier Sánchez Lázaro como la persona que hacía de intermediario con el partido, según las fuentes.

En una testifical más breve que la de su marido, Rosalía Iglesias ha subrayado la confianza que habían depositado en Sergio Ríos, que realizaba todo tipo de gestiones para ellos, y del que finalmente acabó desconfiando, motivo por el que manifestó su voluntad de despedirlo.