José Manuel Villarejo aseguró este jueves que mantuvo "contacto directamente" con Mariano Rajoy para informarle sobre la evolución de la operación Kitchen. El excomisario de policía, contradiciendo versiones anteriores, desveló que a través de mensajes de teléfono móvil resolvió las dudas que le surgieron al expresidente del Gobierno acerca del operativo encargado por la cúpula de la policía y del Ministerio del Interior, según dijo, para investigar al extesorero del PP, Luis Bárcenas, y destruir las supuestas pruebas sobre la existencia de una 'caja b' en el partido conservador.

En la comisión de investigación del Congreso sobre la 'operación Kitchen', Villarejo explicó que el gabinete del exdirector general del Cuerpo Nacional de Policía y posteriormente portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, le fichó para esta investigación. A partir de ese momento, según señaló el excomisario, informaba de los avances del operativo a distintos "mensajeros" que rendían cuentas directamente a Rajoy. Sin embargo, en ocasiones, el exjefe del Ejecutivo le "preguntaba cosas" a través de un número de teléfono móvil. "Yo tuve contacto con el señor Rajoy directamente sobre esta operación", resumió.

 Entre los "mensajeros" que hacían de intermediarios señaló al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el secretario de Estado de Seguridad Social, Francisco Martínez. Además, afirmó que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también estaba al corriente de la operación ya que el CNI participó en ella.

Las preguntas

Algunos de estos dirigentes le pidieron que "mandara un mensaje contestando a las preguntas" de Rajoy a un número de teléfono "que empieza por 650 y termina por 10". "¿Van las cosas bien? ¿Es cierto que Bárcenas puede tenerlo (los documentos) en un chalet en Baqueira?", eran algunas de las preguntas que, según dijo, recibió del propio expresidente.

Villarejo consideró que el expresidente del Gobierno, "además de por los intereses que le afectaban a su partido", también estaba preocupado porque Bárcenas podía tener "informaciones delicadas de cuentas en el extranjero que podían vincular a altas instituciones del Estado". En este sentido, describió las conversaciones con Rajoy sobre estos asuntos como un intercambio de "monosílabos" en los que el exjefe del Ejecutivo buscaba "ratificar la información que le había llegado" a través del resto de "mensajeros". "Debe ser que no se fiaban los unos de los otros", apuntó antes de comentar que le decían que el expresidente quería su "versión personal".

Su reclutamiento

El excomisario explicó que fue primero el comisario Marcelino Martín Blas y después el gabinete de Cosidó los que le llamaron para encargarle la operación, obligándole a abandonar dos operaciones en Arabia Saudí y en el Líbano. Según señaló, la "misión" que le encargaron era investigar si "existían o no" pruebas en poder de Bárcenas sobre la 'caja b' del PP. "A mi no me dijeron nunca que fuera destruir pruebas", matizó. Entre sus primeros objetivos como agente de captación era ganarse "la confianza" del chófer de Bárcenas, Eugenio Pino, y "conseguir que colaborara".

Según avanzó la investigación, explicó que elaboró notas sobre su actuación en la 'operación Kitchen' y las registró en la Dirección General de la Policía otorgándoles así la condición de documento oficial. Fue entonces cuando, apuntó, los dirigentes del PP que estaban al tanto de la operación le apartaron del operativo.

La operación Cataluña

Villarejo, a preguntas de los portavoces de ERC y de Junts, Gabriel Rufian y Josep Pagès, respectivamente, aseguró que costeó parte de la llamada 'Operación Cataluña' que investigaba el "embrión" de la estructura independentista. Según dijo, financió viajes y el pago a colaboradores que después "nunca" se le han devuelto porque "no había fondos reservados".