Pablo Iglesias ha formalizado ese viernes ante la Policía una denuncia por amenazas de muerte después de que este jueves recibiera un sobre con una carta anónima y cuatro balas de fusil. El exvicepresidente del Gobierno y candidato por Unidas-Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid ha presentado finalmente denuncia ante la comisaría de Policía del Congreso, como también hizo, tras recibir la misma amenaza, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

La denuncia de Iglesias describe el contenido del sobre y su recepción a su nombre en una de las direcciones en Madrid el Ministerio del Interior, en la calle Amador de los Ríos. Allí el escáner de seguridad postal de la sede detectó el contenido. El texto de la denuncia presentada finaliza diciendo: "Entiendo que estos hechos constituyen una grave amenaza contra mi vida y la de mi familia, dado que se trata de una amenaza que incluye material de guerra, que en apariencia es real y pertenece a un arma de fuego de gran calibre".

La denuncia de Iglesias argumenta su sospecha de que la munición enviada "pertenece a alguna persona con acceso a este tipo de armas, incluso que dispone de ellas y de su correspondiente munición".

Investigación abierta

Las tres amenazas de muerte que llegaron este jueves son ya objeto de investigación policial. La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, que recibió una de las cartas, ha puesto el caso en manos de los especialistas de la Unidad Central Operativa (UCO) del Cuerpo. Agentes de las divisiones de investigación científica de ambas entidades policiales estudian el origen de las balas enviadas, del calibre 7,62, aptas para su disparo en fusiles de asalto tipo CETME.

La investigación está muy abierta, y no descarta ninguna posibilidad, tanto la de un origen en una persona enajenada como la de una acción organizada o coordinada, y no individual, de individuos relacionados con el ámbito militar, según fuentes policiales consultadas.

Para esa teoría hay antecedentes. En junio de 2020, el propio Pablo Iglesias conoció y difundió un vídeo en el que un taxista y exmilitar dispara a varias dianas con su cara y las de Pedro Sánchez, Pablo Echenique, Irene Montero y Grande-Marlaska. El individuo fue detenido por la Guardia Civil en La Cala del Moral, pedanía de Rincón de la Victoria (Málaga) ese mismo mes de junio.

Iglesias ha sido el último de los tres políticos amenazados ayer por envíos postales con balas en poner el caso en manos de la Policía, después de que durante esta mañana anunciara, tras salir de un debate electoral truncado en la sede madrileña de la cadena Ser, que llevaría el caso a un juzgado de guardia, informa Miguel Ángel Rodríguez.

Grande-Marlaska presentó su denuncia a las 16.42 horas de este jueves. Su carta, que llegó con dos cartuchos de fusil, dice textualmente: "Tienes diez días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos". En la jerga militar, un "taponazo" es un tiro.

La de Pablo Iglesias traía cuatro balas e incluye alusiones a su familia: "Pablo Iglesias Turrion (sic) has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer tus padres y tu estais sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota", dice literalmente la carta, en letras mayúsculas, sin tildes ni apenas signos de puntuación.

Condenan la crispación

"Vivimos en un ámbito de crispación que va más allá de lo apropiado para una normal convivencia", ha lamentado este viernes Fernando Grande-Marlaska. Comentando las amenazas, el ministro del Interior ve "manifestaciones absolutamente groseras" en el origen de "un sistema de riesgo que está extramuros de una sociedad democrática", según ha dicho a la prensa a la entrada de una entrega de premios en el Senado, donde ha pedido: "Dejemos que la investigación transcurra razonablemente y veremos el resultado de la misma".

En la misma cámara, la presidenta, Pilar Llop, ha advertido: "No nos vamos a arrodillar ante el odio ni las amenazas".

Numerosos dirigentes políticos han condenado estas amenazas. Entre ellos, los populares Pablo Casado, líder del partido, y Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia. Para el gallego, este episodio es "inadmisible" e "incompatible con el Estado de Derecho y libertades que hemos conquistado. Casado ha rechazado el ataque "sin matices" y ha añadido que "no condenar este tipo de agresiones es muy grave". La candidata a la presidencia de Madrid Isabel Díaz Ayuso lo ha expresado así: "Sin ninguna duda condeno cualquier amenaza, como he hecho siempre".

"La historia está llena de sobresaltos enormes que empiezan por aquí", ha advertido desde Córdoba la vicepresidenta política del Gobierno, Carmen Calvo. Su compañera de gabinete Margarita Robles, titular de Defensa, ha ido más allá aludiendo a Vox: "Yo condeno rotundamente cualquier tipo de violencia y de amenaza y me separo rotundamente de cualquier fuerza política que no tenga la valentía ni el coraje de condenar las amenazas y de condenar la violencia", ha dicho tras una visita al Archivo General e Histórico de la Defensa.

Ha ido también por ese camino el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban. "De esos polvos, estos lodos", ha dicho, lamentando la actitud de tensión de Vox en la campaña madrileña y "las amenazas verbales que ellos mismos hacen un día sí y un día también contra otros representantes políticos".