La Consejería de Salud del Principado de Asturias estudia el caso de una mujer de 55 años que ha sido diagnosticada de una trombosis cerebral de senos venosos después de haber recibido la vacuna de AstraZeneca contra la covid.

La mujer, que se encuentra estable, está ingresada en el Hospital Vital Álvarez Buylla, en Mieres, ha informado este lunes la Consejería de Salud, que estudia una posible relación con el fármaco.

La administración de esta vacuna fue suspendida de forma cautelar en España el 15 de marzo después de que se diagnosticaran varios casos de trombosis en varios países europeos en personas que habían recibido el fármaco.

Sin embargo, el uso de esta vacuna se retomó nueve días después, una vez que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) hubiese dictaminado que es segura.

Se trata del primer caso de trombosis cerebral que se investiga en Asturias entre las cerca de 25.000 personas que han recibido ya en la comunidad la vacuna de AstraZeneca, que en España se ha suministrado a 1.722.791 personas. 

Descartan el vínculo con otra muerte

Por otro lado, el Instituto de Medicina Legal de Asturias ha descartado que la muerte de una mujer de 40 años que había recibido la vacuna de AstraZeneca una semana antes del deceso esté relacionada con el fármaco.

Fuentes del Gobierno del Principado han confirmado que el Instituto Nacional de Toxicología ha concluido que la muerte de la mujer, que sufrió un paro cardíaco a finales del pasado mes de febrero, no fue causado por una reacción adversa de la vacuna.

El Instituto de Medicina Legal inició la investigación después de que el médico que atendió a la mujer no firmara el certificado de defunción al no apreciar una causa evidente del fallecimiento.

Estas investigaciones se producen siempre que el médico no firma el certificado de defunción y en este caso se daba la circunstancia de que la mujer había recibido la vacuna unos días antes.

De hecho, este caso no fue notificado a la red de farmacovigilancia del Principado, a la que se traslada cualquier sospecha de reacción a las vacunas.

La directora del Instituto de Medicina Legal de Asturias, María Antonia Martínez, había explicado que el médico no firmó el certificado de la defunción porque "consideró que posiblemente" la muerte era "consecuencia de que esta persona había sido vacunada", algo que ahora ha quedado descartado por el Instituto Nacional de Toxicología.