El exdiputado del PP Jorge Trías ha relatado haber sufrido un "acoso realmente terrible" por parte de antiguos dirigentes del partido cuando tuvo acceso a los famosos "papeles de Bárcenas" y habló de la supuesta caja B, pero ha desvinculado a la actual cúpula de "esta siniestra historia".

La Audiencia Nacional ha comenzado este jueves la fase testifical del juicio por el presunto pago en negro de la reforma de la sede del PP con dinero de la supuesta caja b, que cuenta entre sus acusados con el extesorero Luis Bárcenas y el exgerente Cristóbal Páez.

Además de Trías, por el tribunal han pasado varios empleados del partido, la mayoría subordinados de Bárcenas, incluido el encargado de la caja, que ha reconocido que el extesorero le entregaba el dinero de los donativos anónimos realizados al PP, que después se ingresaban en la cuenta en varias cantidades indicadas por él.

El extesorero reflejó supuestamente esos movimientos en sus famosos "papeles" sobre la contabilidad paralela del partido, de cuya filtración a la prensa responsabilizó al exdiputado Trías, que este jueves, sin embargo, lo ha negado y se la ha atribuido a su "amigo" Gerardo Viada.

Trías ha relatado que en 2011 Bárcenas, "muy preocupado por todo lo que estaba empezando a salir en la prensa", le enseñó la documentación, de la que él hizo copia y le devolvió al considerar que "no eran unos papeles inocentes".

No vio en ellos delito fiscal porque ninguna cantidad superaba 140.000 euros, pero le parecieron "un monumental escándalo político" y aconsejó a Bárcenas colaborar con la Justicia porque "en política hay muy pocos amigos".

En este punto se ha referido al expresidente Mariano Rajoy, que ha supuesto que debía conocer la presunta financiación irregular cuando desempeñó el cargo de vicesecretario general, y ha dicho que avisó a Bárcenas de que "no haría nada" porque era "un hombre muy indeciso, a quien le molestaban" los "líos" y que "dejaría el asunto pudrir, como de hecho ocurrió".

Trías no ha citado a ninguno de los dirigentes a los que presuntamente hacían referencia los papeles, pero ha opinado que "no hay que ser muy listo para averiguarlo", y ha afirmado que dio veracidad a aquella contabilidad porque le pareció "creíble".

En enero de 2013, publicó un artículo en El País en el que hacía referencia a la presunta caja B del PP, y en febrero este diario publicó los "papeles", pero él ha insistido en que no está detrás de esa filtración y que Bárcenas "nunca" le dijo que quisiera publicarlos, aunque sí enseñó "hojas sueltas" a "algún periodista".

Ha asegurado que a partir de ese momento empezó a sufrir un "acoso terrible realmente", cuando dirigentes del PP le amenazaron con "todo tipo de desgracias" como "demandas millonarias", y ha sacado a colación el nombre del abogado Javier Iglesias, al que Bárcenas considera un emisario del PP, que, según Trías, le dijo que su carrera "estaba terminada".

Como ha ocurrido en anteriores jornadas, la mayoría de testigos que han desfilado frente al tribunal han calificado a Bárcenas de una persona "hermética", "introvertida", "distante" y "de pocas palabras", hasta el punto de que, según su cuñado, que trabajó en la Gerencia del PP, nunca habló con él de los famosos papeles: "No me contaba nada a mí ni a nadie".

A Bárcenas muchos testigos le han situado como la persona que les daba instrucciones, alguien con un gran control en los asuntos económicos del partido y quien daba las órdenes de pago.

Era él, según la versión de quien se encargó durante años del departamento de caja, quien, "en un 99% de las veces", le daba el dinero de las donaciones anónimas que debía ingresar en la cuenta y le indicaba en cuántos ingresos debía realizarlo. Tras él, su compañero en la caja ha ratificado que el dinero se lo daban ya fraccionado en sobres.

En un mismo día, han dicho, podían hacer varios ingresos de cantidades que podían oscilar entre los 6.000 y 15.000 euros, nunca mucho más, y aunque sabían que eran donativos, desconocían de quién procedían, y tampoco consideraron que estuviesen haciendo algo ilegal. "Yo hacía lo que me ordenaban", ha dicho uno de ellos.

Bárcenas declaró en el juicio que a veces suplía la falta de fondos de la presunta contabilidad b acudiendo a la caja del partido, pero tanto el encargado como un auditor que trabajó para el PP, han indicado que la caja nunca tuvo cantidades tan elevadas.

Este último, además, ha dicho que Bárcenas "seguía las reglas de funcionamiento del partido más que nadie".

"¿Cómo se le va a ocurrir al gerente ir a sacar dinero, a meter dinero a la caja oficial? Es imposible", ha aseverado al tiempo que ha recordado que el Tribunal de Cuentas no hizo observaciones al partido, aunque ha admitido que los donativos anónimos, que ya no existen, era un sistema "totalmente opaco" porque el dinero "podía llegar de cualquier sitio" y era "imposible" hacer un control.