Llega el 8 de marzo y en paralelo a las reivindicaciones feministas empiezan a sonar las voces de quienes quieren negar las causas de la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres. Los desmentimos.

FALSO: "La brecha salarial no existe"

La brecha salarial es la diferencia entre los salarios brutos entre mujeres y hombres sin descontar el impuesto sobre la renta o las contribuciones a la Seguridad Social. Pese a todas las leyes que obligan a los empleadores a remunerar por igual a todos sus trabajadores, hay muchos factores que contribuyen a que las mujeres acaben teniendo salarios más bajos que los hombres. En concreto, en España las mujeres tuvieron salarios anuales 5.727 euros más bajos que los hombres en 2018, según los datos del INE, es decir, cobraron de media un 21,41% menos por su trabajo.

Hay muchas formas de calcular esta brecha salarial. La Unión Europea, por ejemplo, lo hace por salario bruto por hora. En este caso, la brecha salarial en España es del 11,9%, inferior a la del conjunto europeo (del 14,1%), según los últimos datos publicados por Eurostat correspondientes a 2019En Catalunya en 2018 (último disponible) era del 13,9%. Este dato no tiene en cuenta factores que también influyen en la desigualdad, como las horas trabajadas o la tasa de ocupación. 

Salario anual de la mujer respecto al del hombre. Verificat

Teniendo en cuenta todos estos factores, la brecha se acentúa: las mujeres ganan un 38,1% menos que los hombres en la Unión Europea. En España, los hombres ganan de media 12,76 euros por hora, frente a los 10,86 euros de las mujeres; trabajan 162 horas al mes, frente a 145, y tienen una tasa de ocupación del 60,1% frente al 51,2% de las mujeres. Todos estos factores, combinados, arrojan una diferencia de ingresos media del 35,7%. El dato es aún mayor entre las jubiladas, que sufren una brecha del 52,7% en sus pensiones, la más alta de Europa.

La Organización Internacional del Trabajo advierte de que la pandemia ha incrementado estas diferencias de ingresos entre hombres y mujeres y que España es el país de la Unión Europea donde los salarios de las mujeres se han visto más perjudicados por la crisis de la Covid-19. Este organismo calcula la brecha salarial en función de la diferencia entre los ingresos de mujeres y hombres entre el 10% de los salarios más bajos y el 10% más altos. Según este número, la diferencia ha pasado del 23% en 2019 al 36% en 2020 a causa de la crisis derivada de la pandemia.

Brecha salarial en los países de la UE. Verificat

FALSO: "La violencia no tiene género"

En 2018, en España, fueron condenadas 1.087 personas por homicidio o asesinato. De ellas, 133 eran mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las mujeres fueron responsables del 12,23% de estas muertes violentas, pero ese mismo año representaron el 35,63% de las víctimas. De las 98 mujeres asesinadas ese año, 54 murieron a manos de sus parejas o exparejas, es decir, un 55,1%, de acuerdo con las cifras del INE y del Consejo General del Poder Judicial.

La proporción coincide aproximadamente con lo que pasa en todo el mundo, donde solo en 2017 fueron asesinadas de manera intencional 87.000 mujeres, prácticamente el doble que en 2012, según las cifras de la UNODC, la oficina de la ONU contra las drogas y el crimen. Representan el 20% de las víctimas por muerte violenta, pero el 64% de las que se producen en la intimidad y el 82% de las muertes a manos de sus parejas. 

Violencia de género. Verificat

Los datos de violencia doméstica íntima en España también demuestran que las principales víctimas de los asesinatos que se registran en el interior de las parejas o las familias son las mujeres. Entre 2016 y 2018, se registraron 151 asesinatos de hombres a mujeres, 22 de mujeres a hombres, dos entre hombres y uno entre mujeres, de acuerdo con las cifras del Consejo General del Poder Judicial. De media, desde 2010, las mujeres han supuesto el 88,4% de los asesinatos registrados en el ámbito de la pareja o la expareja. El 21,4% habían denunciado anteriormente a su agresor.

El asesinato es el último escalón de la violencia de género, la violencia estructural que sufren las mujeres: 168.057 denuncias tramitadas en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, 51.813 hombres enjuiciados (un 70% de ellos, condenados) y 33.687 medidas de protección dictadas son otras cifras que ilustran la dimensión de este fenómeno.

Entre 2009 y 2019, las denuncias presentadas por violencia de género superaban los 1,5 millones. De ellas, 121 acabaron en condenas por denuncia falsasegún las cifras de la Fiscalía. Es un 0,007% del total.

La pandemia del coronavirus también ha contribuido a empeorar algunas de estas cifras. En España, por ejemplo, se dispararon las llamadas al 016 (el número de atención a mujeres víctimas de violencia de género) durante el confinamiento decretado entre marzo y abril de 2020.

ENGAÑOSO: "Las cuotas de género promueven la mediocridad"

Las cuotas de género son uno de los mecanismos para asegurar la entrada de las mujeres en ámbitos tradicionalmente masculinizados y, especialmente, en los espacios de poder. Existen distintos parámetros para medir la cualificación media de los equipos en función de si cumplen o no las cuotas de género, pero hay investigaciones que apuntan a que reservar un cierto número de puestos a las trabajadoras estimula la competitividad y contribuye a que los puestos sean ocupados por personas más cualificadas. Otros estudios apuntan a lo contrario, aunque sea durante un periodo corto de tiempo. Lo que sí es concluyente es que las políticas de cuotas son una forma eficiente de impulsar la igualdad. 

Un artículo de la London School of Economics define las cuotas de género como "la crisis del hombre mediocre" y desmonta la idea de que las cuotas son el anatema de la meritocracia. "Las cuotas de género incrementan la competencia de la clase política en general, especialmente entre los hombres", apunta el texto que sostiene que las conclusiones probablemente pueden extrapolarse al sector privado. Un aumento del 10% de mujeres elevaba la proporción de hombres competentes un 3%. Estudios similares arrojan conclusiones parecidas en Italia o en Portugal. Actualmente, más de 100 países en todo el mundo han incorporado algún tipo de política de cuotas para sus representantes públicos o grandes empresas desde que Suecia empezó con las listas cremallera en 1993, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA). 

El Índice de Igualdad de Género de la Unión Europea ha mostrado un avance de las mujeres en el liderazgo político, económico y social, aunque en ninguno de estos espacios se ha logrado alcanzar la igualdad. En 2013, las mujeres ocupaban alrededor del 25% de los ministerios y escaños en parlamentos europeos. En 2020, habían avanzado hasta el 30%. En el sector privado, la diferencia es más pronunciada, pero la presencia femenina se ha doblado: las mujeres han pasado de representar el 12,3% de los consejos de administración de las grandes empresas al 26,6% en 2020.

En 2010, la Comisión Europea sugirió que las mujeres debían ocupar al menos el 40% de los puestos de mando de las principales empresas. A falta de acuerdo entre los países, cada Estado ha avanzado a ritmos distintos. Francia, con una ley de cuotas desde 2011, es el único que ha logrado que los consejos de administración tengan al menos un 40% de sus miembros de cada sexo. En el rango del 30% están Suecia, Italia, Finlandia, Bélgica y Alemania, según los datos comunitarios, que sitúan a Chipre, Grecia, Malta y Estonia a la cola, con menos del 10% de representación femenina en los consejos de administración de las grandes empresas.

"La diferencia entre la acción y la inacción es llamativa", dice la web del Índice de Igualdad. Los países que ponen cuotas por ley han conseguido una representación de las mujeres superior al 35% y los que lo hacen por la vía de la recomendación, de alrededor del 27%. Es el caso de España, donde la ley de igualdad de género establece en el artículo 75 que "las sociedades obligadas a presentar cuenta de pérdidas y ganancias no abreviada procurarán incluir en su consejo de administración un número de mujeres que permita alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres en un plazo de ocho años a partir de la entrada en vigor de esta Ley (en el año 2007). En 2019, cuatro años después de cumplirse el plazo, las compañías del Ibex 35 habían alcanzado una representación del 27,5%, pero en el resto de grandes compañías, la cifra era inferior, según los datos publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

"Si bien la entrada de mujeres en los consejos de administración se correlaciona con los cambios en las prácticas de gestión, este cambio parece influir negativamente en los beneficios a corto plazo", observa el Banco Mundial en el caso de India. Aunque matiza que, "si se debe en parte a las percepciones negativas [de sus compañeros] sobre las decisiones de gestión de las mujeres sigue siendo una cuestión abierta".

Mònica Ricou, jurista experta en Derecho Laboral y de la Seguridad Social de la Universitat de Girona, Beatriz Carando, abogada experta en Violencia de Género y Katharina Miller, presidenta de la Asociación Europea de Mujeres Juristas, nos han ayudado a interpretar estos datos.