Las filas de Ciudadanos están desnortadas tras el descalabro en las elecciones catalanas, pero sus liderazgos están fuera de peligro. Al menos, por ahora. La dirección pasa la jornada de resaca electoral haciendo balance de la pérdida de hasta 30 escaños y se conjurará este lunes a las 19 horas en Madrid para poner en común los próximos pasos a seguir para reconstruir el proyecto. El sector crítico ya se está movilizando y exige que haya una renovación de la cúpula.

La presidenta del partido, Inés Arrimadas la fuerza política por su propio pie, aunque el sector crítico empiece a mover ficha pidiendo la asunción de responsabilidades. "Si esto solucionara el problema, estaríamos en otro escenario, pero la verdad es que no", ha espetado en una entrevista en Onda Cero.

A diferencia de la comparecencia nocturna del domingo, en Cs admiten "errores" en la campaña pero achacan el resultado a la baja participación y a la falta de movilización del electorado constitucionalista. "No hemos podido movilizar a nuestro electorado y es absolutamente responsabilidad nuestra que asumimos, pero vamos a seguir trabajando", se ha reafirmado, y ha aseverado que "si uno quiere hacer análisis honestos no puede tomar de punto de partida lo que pasó en 2017".

El líder en la escudería catalana, Carlos Carrizosa, ha seguido la misma línea y ha afirmado que "no se soluciona nada abriendo crisis en el partido", por lo que se ha mostrado convencido de que puede ser útil manteniendo su liderazgo para reflotar el partido en los cuatro años que quedan por delante. En una entrevista en Antena 3, Carrizosa ha afirmado que el resultado de las urnas "no representa con fidelidad la pluralidad de la sociedad catalana ni su centralidad".

En la misma dirección, en una rueda de prensa telemática, el portavoz Nacho Martín Blanco ha defendido que "no es el momento para grandes cambios" en la formación: "No hemos sabido convencer al votante constitucionalista de la importancia de estas elecciones", ha reconocido, no sin lamentar que el independentismo se haya visto reforzado este 14 de febrero.

Los críticos urgen cambios

El sector crítico ya se ha puesto manos a la obra para pedir explicaciones porque, a su juicio, "los resultados electorales obtenidos por Cs no son solo consecuencia de una mala campaña electoral, sino de un cúmulo de desaciertos, de errores estratégicos y de comunicación, de liderazgo y dirección que se han ido produciendo estos últimos años y que culminan con una campaña electoral fallida".

Aseguran que el primer error fue la mudanza de Arrimadas del Parlament al Congreso de los Diputados, junto a buena parte de sus escuderos en Cataluña, porque eso trasladó "la imagen de falta de confianza en la propia capacidad para articular una auténtica alternativa de gobierno al independentismo". También reprochan que en aquel entonces no se impulsara una moción de censura contra el entonces 'president' Carles Puigdemont porque, incluso habiéndola perdido, "hubiera sido la ocasión de ofrecer un programa de gobierno para Cataluña y visualizar a Inés como líder indiscutible con claras y serias aspiraciones a Presidenta de la Generalitat y al mismo tiempo a Cs como un partido de gobierno".

Este grupo de militantes considera que "se ha desperdiciado un éxito histórico", la victoria electoral del 21-D del 2017, y que Cs se ha acomodado como "eterno partido de la oposición".

Otro de los fallos que apuntan es el intento de coaligarse con el PSC y el PPC, "una estrategia ingenua y con una finalidad exclusivamente propagandística" que no fructificó y "perjudicó doblemente a Cs" porque les mostró "débiles y subalternos" renunciando a presentarse como "un proyecto claramente diferenciado" de los socialistas y los populares. Los críticos afean a la cúpula no haber actuado en campaña con moral de victoria, sino como puntal para un Govern del PSC.

La falta de democracia interna es otro de los puntos bajo la lupa. Aseguran que se ha producido la mayor baja de afiliados de su historia y que los liderazgos actuales han distanciado a Cs del electorado. "En definitiva, bajo el liderazgo de Arrimadas, los resultados electorales lejos de mejorar han empeorado cada vez más. Estamos ante el tercer fracaso electoral bajo la presidencia de Arrimadas. Primero fueron las elecciones gallegas y vascas, ahora las catalanas, en las primeras con malos y decepcionantes resultados y las catalanas se han saldado con el más estrepitoso batacazo electoral sufrido por Ciudadanos. En consecuencia, esperamos y exigimos cambios importantes", concluyen.