El agresor sexual múltiple arrestado por los Mossos d'Esquadra ha entrado preventivamente en prisión este lunes. El juez ha ordenado esta medida cautelar por tres agresiones sexuales. Según los investigadores catalanes, el mismo autor es también responsable de otros dos asaltos instruidos policialmente como abusos sexuales.

El sospechoso, de 32 años y de nacionalidad colombiana, fue detenido el sábado por la noche en el barrio de Gràcia, un día después de los dos últimos ataques, contra una joven de 18 años y contra una menor, de 16 años.

Después de los dos ataques del viernes por la noche, la policía catalana activó un dispositivo el sábado para tratar de localizarlo. Por las descripciones facilitadas por las dos víctimas, los investigadores de la Unitat Central d'Agressions Sexuals dedujeron que tenía que tratarse del mismo individuo. Las dos víctimas habían denunciado un modo de proceder similar -el agresor las había sorprendido en la escalera comunitaria de su finca posiblemente accediendo al edificio al mismo tiempo que ellas- e iba vestido con ropa de una empresa de mensajería, por lo que parecía ser un repartidor a domicilio.

La primera víctima del viernes, atacada sobre las 22.00 horas, tenía 16 años. Presentó una denuncia poco después de ser agredida y detalló a los policías que había sufrido tocamientos. La segunda víctima fue agredida poco después, sobre las 23.00 horas, también en el interior de su bloque. Este segundo hecho revistió más gravedad y fue considerado una agresión sexual dado que existió penetración. Ambos incidentes tuvieron lugar en fincas del distrito de Sarrià-Sant Gervasi y sucedieron después del toque de queda. El uniforme de repartidor le permitía salir a la calle por la noche sin levantar sospechas.

Los investigadores montaron el dispositivo que permitió localizarlo y detenerlo en menos de 24 horas. Para dar con él fueron decisivas las informaciones que aportaron las víctimas y el hecho de que vistiera la indumentaria de una conocida empresa de paquetería. La compañía facilitó a los policías información que permitió averiguar qué empleado estaba trabajando en la zona a esa hora del viernes y contrastarlo con los rasgos físicos que recordaban las jóvenes. Tras el arresto, los Mossos han podido relacionarlo con otros tres delitos que todavía no habían sido resueltos y habían ocurrido pocas semanas antes: dos agresiones sexuales y un abuso sexual. Cinco mujeres en total.

Una agresión sexual se distingue de un abuso sexual porque en el primero el atacante hace uso de la violencia o intimidación para llevar a cabo el delito. El segundo, por el contrario, se lleva a cabo aprovechando el engaño, la manipulación o el descuido de la víctima. Ambas calificaciones a menudo cambian y se agravan o atenúan a medida que avanza el proceso judicial.