La fiscal de la Audiencia Nacional Ana Noé defendió este lunes ante el tribunal que juzga los atentados del 17-A que mantenga su inicial petición de penas para los tres acusados, sin acusarles por los asesinatos que se produjeron en los atropellos de La Rambla y Cambrils, porque la explosión del 16 de agosto de 2017 en el chalet de Alcanar "cambió el rumbo de los acontecimientos", que se gestaban desde que Abdelbaki Es Satty llegó como imán a Ripoll en 2015 y se dedicó a adoctrinar a los jóvenes que constituyeron la célula. Murió en Alcanar, según acreditan sin "ninguna duda", dijo Noé, los informes periciales realizados a los restos cadavéricos "incompatibles con la vida" que se encontraron en el inmueble.

La representante del ministerio público se remitió al auto de procesamiento del juez instructor, como al auto de la Sala de lo Penal que lo confirmó para sostener que ni Mohamed Houli Chemial ni Driss Oukabir, pueden ser acusados por las muertes, porque tras la explosión de los explosivos que preparaban para atentar contra "monumentos y sitios emblemáticos de Barcelona", como la Sagrada Familia y el Camp Nou, se improvisaron los atropellos por los supervivientes.

Por eso pide 41 años de cárcel para el primero y 36 para el segundo por los delitos de integración en organización terrorista, fabricación y tenencia de explosivos y estragos en grado de tentativa; para el tercer acusado, Said Ben Iazza, solo pide ocho años de cárcel por colaboración.

En un informe muy estructurado, Noé fue punto por punto. Lo comenzó destacando la labor de los mossos hasta lograr localizar y abatir al autor del atentado de La Rambla, Youness Abouyaaqoub, para pasar a hacer lo propio con la colaboración internacional de la fiscalía francesa, belga, marroquí y estadounidense, así como el FBI para tratar de reconstruir viajes de los miembros de la célula de Ripoll a esos países.

Restos del imán

A continuación se centró en tratar de desmontar los principales argumentos de la defensa: Houli no colaboró con la justicia, por lo que merece que se le aplique ninguna atenuantes. Hasta después de los atropellos de Barcelona y Cambrils, en su cuarta declaración no admitió que preparaban explosivos para cometer atentados, en una cantidad que se calcula de entre 200 y 500 kilos, que se colocaría a través de las 56 fundas de almohada que habían adquirido para ello.

Y aclarado eso se dedicó a las teorías conspiranoicas: "No queda ninguna duda de que los restos son de Abdelbaki Es Satty", aseguró. Así lo prueban los informes periciales realizados en España en su vivienda y en un bote de refresco que se encontró en su furgoneta con los restos cadavéricos "incompatibles con la vida", y con el ADN de su madre y su hija en Marruecos, aunque los expertos de ese país no hayan viajado a España para ratificar sus informes por la pandemia.

Respecto a las sospechas dejadas caer por una de las acusaciones respecto a que hubiera huido, porque se le había visto en Sant Carles de la Rapita, la fiscal explicó que se persiguió una persona hasta Grecia y desde allí fue extraditada a Bélgica donde se comprobó que no tenía relación alguna con los atentados.

También recordó las distintas muestras de ADN de los acusados encontrados en los vehículos utilizados por la célula, lo que les sitúa como miembro de ella, aunque luego no participaran en los atropellos, por lo que, a diferencia de las acusaciones populares que ejercen la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y la asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, no solicita para ellos pena alguna por los asesinatos cometidos y que intentaron cometer en Barcelona y Cambrils.