Un furgón policial se introduce al mediodía en el parking público de la Plaza del Hierro, en San Fernando. No es una imagen usual, pero sí necesaria tras los acontecimientos de los últimos días. El pasado lunes, 18 de enero, se produjo en este espacio un fuerte altercado entre magrebíes que acabó viralizándose por las redes sociales. Desde entonces la presencia de la Policía Nacional se ha incrementado en la zona para mantener el orden y dar seguridad a los empresarios y vecinos del barrio. "Aquí jamás han tenido que hacer controles porque nunca había pasado nada", expresa con rabia uno de los aparcacoches que opera cada mañana en este espacio.

Los compañeros que trabajan con él en el cuidado de los vehículos aparcados en la plaza (algunos canarios, algunos marroquíes) aseguran que nada tienen que ver ellos con la reciente pelea. Los implicados pertenecen al grupo de migrantes que se hospedan desde hace meses en los hoteles, apartamentos y albergues del municipio (especialmente de la zona de Playa del Inglés). Según las declaraciones de residentes y trabajadores, las agresiones pudieron comenzar tras las discusiones sobre el control del parking. "Quieren trabajar aquí, pero se pelean porque no se ponen de acuerdo para turnarse el puesto", explican.

Refuerzo policial

Los comerciantes de los negocios cercanos admiten sentirse intranquilos. "Ha aumentando mucho la violencia, no son casos puntuales", declaran con terror al pensar que puedan comenzar a producirse más disputas que perjudiquen su actividad. La presidenta de la asociación de comercio minorista de San Bartolomé de Tirajana (Acomisaba), Alejandra Castro, anuncia que desde el colectivo ya tienen redactado un escrito para trasladar al Ayuntamiento su inseguridad y la necesidad de reforzar la presencia policial, no sólo para esta etapa conflictiva sino de forma permanente.

Por otro lado, Fátima Louraibi, que preside la asociación sociocultural de Mujeres Árabes y del Magreb, manifiesta su disconformidad con los hechos ocurridos y muestra su preocupación por la estigmatización creciente hacia la comunidad magrebí. "Nos sentimientos muy mal por todo lo que está pasando, pero no queremos que crezca el odio", declara la señora, que se siente impotente. "La gente está asustada y es normal, pero se están difundiendo convocatorias para agredir a los inmigrantes y nosotros tenemos miedo de lo que nos pueda pasar", añade nerviosa.

"Los que están montando estos follones son los que han llegado en los últimos meses", reitera uno de los gorrillas de la plaza con el ceño fruncido. Es marroquí, pero hace más de 15 años que vive en la Isla y se siente molesto por lo que está ocurriendo. "El chico que fue agredido llevaba bastante tiempo molestando; insultaba a los clientes que no le pagaban, traía cuchillos y montaba broncas", explica enfadado. "No sé quienes eran los que le pegaron, pero era de su mismo grupo; me molesta que se están corriendo muchos rumores falsos, nos están perjudicando", confiesa, agregando que él mismo ha sufrido agresiones por parte de los recién llegados.

Uno de los bulos que más se difundió el primer día relataba que uno de los jóvenes implicados en la pelea había fallecido. En el vídeo que se viralizó puede verse que el principal afectado cayó al suelo tras un fuerte puñetazo y quedó semiconsciente. Sin embargo, puedo levantarse por su propio pie tras recuperar el conocimiento y marcharse de la plaza, rechazando la atención médica de los servicios de emergencias que acudieron tras ser solicitados. Según fuentes de la Policía Nacional, en la reyerta participaron unas ocho o nueve personas. Una de ellas ya ha sido detenida, pero aún se investiga sobre la identidad del resto.

El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, anunció el martes que el Ministerio del Interior dotará al municipio de 40 policías nacionales para reforzar la seguridad tras los sucesos acontecidos y prometió que se iniciarían trámites para la expulsión de aquellos extranjeros que comentan infracciones.

Los ciudadanos se encuentran reconfortados por la noticia, aunque no dejan de mostrar inseguridad y se mantienen alerta por lo que pueda pasar, sobre todo tras recibir mensajes convocando para agredir e insultar a los migrantes. "Me da miedo lo que pueda pasar, que venga gente y me destroce el local", sostiene Suleimán Tribak, propietario de una tienda de aparatos tecnológicos ubicada en la Plaza del Hierro. "Nunca habíamos tenido problemas aquí, los chicos del parking no montaban ningún conflicto; la pelea fue provocada por inmigrantes", concuerda el empresario.

Wilson Barretto, que regenta un negocio de informática situado en el entorno, opina lo mismo. "Mucha gente tiene problemas con los aparcacoches, pero no porque montaran grandes reyertas; esto ha empezado a suceder recientemente", asevera, añadiendo que aunque el servicio que prestan pueda resultar incómodo para algunos conductores (que se acercan hasta la zona para evitar pagar zona azul), no generaba problemas. "Creo que a la gente se le está yendo la cabeza organizando grupos para amenazar a los migrantes; no se pueden meter a todos en el mismo saco", concluye.

"Queremos más seguridad, necesitamos que Maspalomas siga siendo el reflejo turístico de Europa", declara la presidenta del colectivo Acomisaba, en el que están inscritos una veintena de pequeñas empresas del municipio. "Interior anunció que dotaría al municipio de más policías, pero necesitamos que todo el control se reparta entre los diferentes barrios, no sólo por los hoteles o por San Fernando; también hay problemas en otras zonas", expresa Castro. "Esto no puede volver a repetirse, sean de fuera o canarios; no podemos tener miedo", destaca.

La empresaria admite que en los últimos días la actividad en los negocios ha estado muy floja, aunque no puede asegurar si se debe exclusivamente a los episodios violentos o si también influye el coronavirus. "La gente está nerviosa porque se está compartiendo mucha información; la mayoría son bulos, incluso pasan vídeos de otros años, así que no podemos creer todo lo que vemos por redes", incide. Aunque también se está informando de robos en la zona, tanto en establecimientos comerciales como en casas, la representante de los comercios asegura que "a la asociación no le ha llegado ninguna denuncia al respecto, ni los vecinos nos han comentado algo así".

Fátima Louraibi, que también es miembro de la asociación empresarial y representante de las mujeres de origen árabe del municipio, manifiesta la decepción que siente por los acontecimientos recientes. "Me he puesto en contacto con el Ayuntamiento para ofrecer mi ayuda en lo que haga falta; tenemos que paralizar esta situación y acelerar el traslado de las personas conflictivas a su país de origen", sostiene, ya que considera que estos hechos están ocasionando mucho daño a la comunidad magrebí que reside en la Isla desde hace muchos años. "Me preocupa lo que pueda pasar", sostiene en referencia a los mensajes xenófobos. Tiene miedo de que las personas de origen árabe sean acosadas a partir de ahora, "sobre todo las mujeres que llevan velo por la calle y sus hijos", explica, y solicita el apoyo de todos.

En la imagen principal, un furgón de la Policía Nacional aparcado para controlar y evitar conflictos en la Plaza del Hierro, espacio en donde se produjo un altercado el pasado lunes. Abajo a la izquierda, uno de los aparcacoches que operan habitualmente en la zona en contacto con un coche patrulla. A la derecha, una hilera de vehículos aparcados en este parking.