El exdirector adjunto operativo Eugenio Pino ha apuntado a su superior en el Ministerio del Interior, el entonces director general de la Policía Ignacio Cosidó, al decir que despachaba con todos los comisarios generales y que él mismo le mantenía informado de todo, en referencia a la operación investigada por el juez, conocida como 'Kitchen'. Pero no se ha quedado solo ahí, porque ante el juez Manuel García-Castellón también ha dicho que quienes contralaban al principal imputado en la causa, el excomisario José Manuel Villarejo, eran la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal, y "su maridísimo", el empresario Ignacio López del Hierro.

Ninguno de los tres figura como imputado en el procedimiento, aunque la fiscalía Anticorrupción ya solicitó la imputación del matrimonio cuando instó la del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y este lunes ha sido quien preguntó directamente por el conocimiento que Cosidó pudiera tener. El juez la rechazó, pero tras escuchar a Pino su decisión puede cambiar, según fuentes presentes en la declaración. La diferencia de criterio se basó en que el exsecretario de Estado Francisco Martínez aportó unas actas notariales de pantallazos de mensajes sobre la operación que asegura le reenvió el político catalán.

Según explicó el abogado de este, Jesús Mandri, ninguno de los dos notarios que participaron en el levantamiento del acta comprobaron quién era el remitente o pueden descartar una manipulación de los mensajes. Uno de ellos incluso acudió acompañado de un abogado por el procedimiento por revelación de secretos que se le ha abierto en Mahón por el cruce de mensajes que tuvo a su vez con Martínez.

"Va a saltar todo el mundo"

Pino explicó que tras una primera información sobre las empresas de Villarejo pidió al inspector Morocho que lo comprobara, y luego le trasladó el asunto al jefe de la Policía Judicial. Ninguno encontró nada reseñable. Según fuentes jurídicas, en ese punto el magistrado se interesó por una medalla roja concedida a Morocho. El excomisario Enrique García Castaño, también citado como imputado, dijo al respecto que Villarejo había trabajado con su entramado empresarial para 10 ministros.

El exdao aseguró ante el juez que advirtió al entonces director de CNI, Féliz Sanz Roldán. "No entres ahí porque va a saltar todo el mundo", en referencia a la monarquía, afirmó haberle dicho cuando le pidió varias veces que se detuviera a Villarejo, lo que finalmente se hace a través de una denuncia anónima en relación con la inmigración guineana, asunto respecto al que el excomisario había ofrecido información policial, lo que se desechó porque ahí actuaba para el CNI.

Su advertencia se basaba en que el propio Villarejo le había dicho que estaba investigando al rey Juan Carlos y a su amante entonces, Corinna Larsen, lo que él le prohibió por escrito. Con la detención de Villarejo salieron a la luz numerosas conversaciones, entre ellas, esa en la que Larsen atribuye al emérito haber recibido 65 millones de euros de la monarquía saudí.

Según esas fuentes, quien controlaba el CNI no era Sanz Roldán, sino la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, a través de su jefa de Gabinete, María Pico, y una hermana del ministro Méndez de Vigo que trabajaba en el centro.