Los seis magistrados del Tribunal Supremo que estudian los recursos relativos a la situación penitenciaria de los condenados por el 'procés' necesitan más tiempo para redactar las respectivas resoluciones, que serán más de 30, por lo que continuarán con la deliberación este lunes. Tras la primera reunión del jueves pasado, todo apunta a que, al menos una parte importante de ellas, será contraria al régimen de semilibertad de los presos.

Fuentes del alto tribunal consultadas por El Periódico de Catalunya destacan la circunstancia de que desde la administración penitenciaria catalana no se diera un trato individualizado a los nueve condenados, pese a que su tratamiento penitenciario debería serlo, ya que las circunstancias de cada uno de ellos, no tiene por qué ser idéntica.

De hecho, ni siquiera llevan cumplido la misma parte de la condena, porque los 'Jordis' fueron condenados a nueve años frente a los 13, por ejemplo, del líder de ERC, Oriol JunquerasOriol Junquera, e ingresaron antes en prisión, lo que supone que en su caso ya se haya superado una cuarta parte de la pena, que puede ser un argumento a favor de una flexibilización del cumplimiento.

Sin embargo, todos ellos adquirieron la posibilidad de salir para desplazarse a sus respectivos puestos de trabajo, con la aplicación del 100.2, prácticamente a la vez, situación que se les reemplazó por el tercer grado también al mismo tiempo. La suspensión del tercer grado llegó a la vez para los siete varones que cumplen en la cárcel de Lledoners, ya que la suspensión cautelar que acompañó a los recursos del fiscal coincidieron en el mismo momento.

Cambio de prisión

Y en cuanto a las mujeres, el revés sufrido por la presidenta del Parlament Carme Forcadell, cuando el juez de Vigilancia que le correspondía remitió el recurso del fiscal contra el 100.2 al Supremo en vez de la Audiencia, se trató de paliar con un cambio de prisión. El Supremo lo revocó en un auto que hace presagiar el futuro de la mayoría de estas impugnaciones; en él consideraba que la concesión de esa flexibilización solo mostraba un desacuerdo con su sentencia, que "no tiene que ser permanentemente reinterpretada", añadía.

Actualmente solo ella y Dolors Bassa siguen en libertad, porque su magistrado de Vigilancia Penitenciaria evitó suspender cautelarmente su tercer grado, pese a que la ley lo prevé así en caso de recurso fiscal, como se decidió para los presos hombres.

"Ho tornarem a fer"

El Supremo quiere evitar ese tratamiento en bloque como si todos los condenados fueran uno solo y decidir en función de sus respectivas circunstancias, lo que obliga a resoluciones individuales. No tienen por qué ser iguales para el exconseller de Interior Joaquim Forn, que no ha vuelto a la política, que para el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que hasta ha escrito en un libro titulado 'Ho tornarem a fer' (lo volveremos a hacer), explican las fuentes consultadas.

En este sentido, explican que la ley no exige un acto de contrición o arrepentimiento público, pero sí una reflexión sobre lo hecho y el castigo que le ha correspondido, algo que parece cuando menos dudoso en el caso de varios de ellos, al menos a juzgar por las entrevistas que han realizado.