En mitad de la polémica por el entendimiento entre EH Bildu y el Gobierno de coalición, con la oposición reprochando a Pedro Sánchez que dialogue con los "herederos" de ETA, el diputado de la formación aberzale Jon Iñarritu ha desconcertado a gran parte del arco parlamentario con una condena expresa a un atentado terrorista que en 2009 se cobró la vida de Diego Salvá Lezaun, el hijo de Antonio Salvá Verd, parlamentario de Vox.

En mitad de la comisión de Asuntos Exteriores, Iñarritu se ha dirigido a Salvá para decirle que, como ya hizo hace 11 años, "condena" y "rechaza" ese "terrible asesinato" que acabó con la vida de dos guardias civiles, Salvá Lezaun y su compañero Carlos Sáenz de Tejada García. Las palabras de Iñarritu -que perteneció a Aralar, uno de los partidos que componen la coalición Bildu, y que, al contrario que Sortu, sí ha condenado el terrorismo- se han producido después de que el diputado de Vox hiciera referencia al atentado contra su hijo con un explosivo situado debajo de un coche de la Guardia Civil en Mallorca, el último con víctimas mortales de la organización terrorista.

"Aquello que sostuve hace 11 años lo sigo sosteniendo igual, igual. Toda víctima de cualquier violencia merece todo mi respeto, solidaridad y pésame", ha aseverado el parlamentario aberzale que ha tenido que pedido en varias ocasiones al presidente de la comisión que le permitiera continuar pese a desviarse del asunto que estaban tratando. Mientras, Salvá escuchaba silencioso y atento como el diputado de EH Bildu le ha asegurado que tiene todo su respeto "como persona" y su "solidaridad personal y profunda" como víctima de la banda terrorista.

Iñárritu no se ha quedado ahí y ha hecho referencia al nombre de la sala en la que se estaba celebrando la comisión: Ernest Lluch. "Hace 20 años que fue asesinado, una persona a la que conocí, un ejemplo en el diálogo, en la política, y también quiero transmitir esa solidaridad a su familia", ha sostenido. Unas palabras que llegan pocos días después del 20 aniversario del asesinato del ex ministro socialista perpetrado por ETA.

Acusaciones recurrentes

Bildu ha recibido innumerables críticas, de casi todo el hemiciclo, por no haber condenado el terrorismo, pese a que la banda abandonó la actividad armada en 2011 y desapareció hace más de dos años. Es, de hecho, el paso que las fuerzas democráticas le exigen, el de la repulsa del pasado de ETA y de su brazo político, Batasuna.

Arnaldo Otegi, líder de la coalición y del principal partido que la compone, Sortu, ha rehusado condenar las acciones de ETA. De hecho, en una de sus entrevistas más polémicas, en junio de 2019 en TVE, rechazó en varias ocasiones condenar a la banda, alegando que era más importante "haber contribuido al final de la violencia armada" antes que bloquearse en las palabras. A su juicio, las conversaciones que condujeron al final de la banda en 2011, en las que él participó, era su aportación al proceso. Tampoco quiso pedir perdón a las víctimas y llamar "terrorismo" a la violencia de ETA.

El debate ha arreciado al hilo de la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021. El 'sí' de los aberzales desató una tormenta dentro del propio PSOE, porque algunos barones y dirigentes históricos se sentían incómodos, o directamente rechazaron, toda entente con Bildu. La cúpula socialista y el propio presidente, Sánchez, han venido incidiendo en la última semana en que no hay "pacto" con los de Otegi, y que lo sustancial es que fueron 198 los votos, desde la izquierda a la derecha, los que tumbaron las enmiendas de totalidad que permitieron que las cuentas siguieron su camino.

"Mal que le pese a algunos, esos 198 escaños representan a la España legítimamente votada por los españoles. La España democrática está representada en todos y cada uno de los escaños", apuntó Sánchez en su comparecencia del pasado domingo en la Moncloa. Las únicas siglas que importan al Gobierno, dijo, son "las de PGE", las de los Presupuestos. Eso sí, puntualizó que le parecen "fatal" los homenajes a etarras ('ongi etorri') que ampara Bildu y que obviamente no lo comparte.