A la calle y sin recursos. El Estado dejó este martes desamparados a 227 migrantes marroquíes que permanecían desde hacía más de 15 días hacinadas en el campamento levantado por Cruz Roja en el puerto de Arguineguín, según refirieron los propios migrantes, echando por tierra las afirmaciones del día anterior del ministro del Interior, Fernando Grande-Maslaska, en las que aseguró que nadie pasa más de 72 horas en el muelle.

La decisión del Gobierno central supuso dejarlos en la calle sin agua, comida y sin recursos económicos durante varias horas hasta que un plan express montado entre el Gobierno regional y Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria con Cruz Roja permitió, a primera hora de la noche, buscarles alojamiento en hoteles del Sur de la Isla. Lo que comieron y bebieron desde que llegaron a la capital -en tres guaguas fletadas por la alcaldesa de Mogán que los dejó en las puertas de la Delegación del Gobierno- fue por la solidaridad de los vecinos de la zona que acudieron en su ayuda con agua y bocadillos.

Los 227 migrantes salen del puerto de Arguineguín tras su liberación

Los 227 migrantes salen del puerto de Arguineguín tras su liberación

Los 227 migrantes salen del puerto de Arguineguín tras su liberación | Video: Rubén Torres / Juan Castro

En medio de este escenario convulso, el Ministerio del Interior anunció que ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido. Lo hacía en un confuso comunicado en que también justificaba la puesta en libertad de los inmigrantes. Migraciones, para añadir caos, daba órdenes horas después de derivarlos a plazas del sistema de acogida. Ambos ministerios contribuían a la confusión sobre la gestión del incidente. Nadie asume la responsabilidad de la orden dada a la Policía para liberar a este grupo de inmigrantes.

El presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres , ha exigido explicaciones a Interior; PP y Podemos piden la destitución del ministro Marlaska y CC "constata el abandono más absoluto del Estado a Canarias". La decisión de Interior, para la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, "es indignante y decepcionante". Nadie avisó.

La desorganización y el caos se desató a las 16.00 horas de la tarde de este martes, momento en que la Policía Nacional condujo al numeroso grupo de migrantes hasta la barrera que delimita la entrada al denominado campamento de la vergüenza, levantó las vallas y los dejó marchar sin saber muy bien a dónde.

Esta liberación llega ante la falta de espacio en una infraestructura donde desde hace varios días se apelotonan más de 2.000 personas pese a que apenas caben 500. Ayer se sumaban 600 más rescatadas por Salvamento Marítimo en una quincena de pateras.

Migrantes en Arguineguín tras su liberación

Migrantes en Arguineguín tras su liberación

Los 227 migrantes, en las calles de Arguineguín tras su liberación | Video: Rubén Torres / Juan Castro

La Delegación del Gobierno, a través de un comunicado, argumentó esta puesta en libertad en que "tras superar el trámite de la reseña policial tras una llegada irregular, ninguna persona puede ser legalmente retenida salvo por causa justificada".

En la caras de los vecinos de Arguineguín se dibujaba la perplejidad. Los 227 magrebíes deambulaban por la zona sin saber dónde dirigirse. Algunos echaron a correr, hasta que la alcaldesa activó toda la maquinaria a su alcance para reunirlos nuevamente -salvo una minoría de apenas una quincena a los que se le perdió la pista- con el objetivo de explicarles la precaria situación en que se encontraban y proponerles trasladarse hasta la capital. Todos los presentes aceptaron voluntariamente la iniciativa y tras hora y media tirados en el suelo sobre una acera a las puertas del muelle se subieron en las tres guaguas que los trasladó.

Los 227, en las calles de Arguineguín tras su liberación | Fotos: Rubén Torres / Juan Castro

Por momentos, la situación se desbordaba: migrantes sin saber qué sería de ellos, una alcaldesa que no paró de hacer gestiones para intentar frenar la situación, sin éxito, y más de un centenar de vecinos que se congregaron en las inmediaciones, unos con palabras de apoyo y otros con consignas xenófobas, lo generó tensión.Y entre tanto alboroto, un alma solidaria. Una vecina, Gloria Santana, se sumó al equipo para intentar concentrar a todos los migrantes y garantizar su seguridad. "Chicos, vengan, yo no soy racista, solo quiero ayudarles", les decía emocionada y sin lograr entenderse muy bien. Pero le hicieron caso. "Ayudo porque necesitan dignidad y porque tengo miedo a que personas racistas los increpen", explicó en declaraciones a este periódico.

Fue Gloria quien tuvo que luchar contra la xenofobia de algunos vecinos que pasaban en sus vehículos y vociferaban expresiones como "este es el turismo que tenemos, ¡aléjate de ellos, están infectados!". Una situación que se repetía a medida que avanzaba la tarde. "Primero denles estudios para que luego puedan respetar y entender la situación", espetó una vecina ante el comportamiento insultante de otra que no superaba los 20 años. Tanto la alcaldesa como otros miembros de la corporación animaron a los vecinos a marcharse para evitar enfrentamientos.

Pero entre los insultos fueron más los mensajes de ánimos a los migrantes. Como los de Amar, un marroquí afincado en la Isla desde hace 31 años, que instó a los presentes a "dar una medalla" a todos los migrantes. "Están siendo expulsados por el Gobierno de Marruecos, tienen talento y futuro, pero los están echando del país y muchos mueren en el mar, es una lástima".

Junto a Amar estaba Sara, una joven que llegó desde Francia para buscar a su hermano, hacinado en el muelle. En árabe, español y francés ayudaba en la traducción para mantener en calma la situación y facilitó a muchos un teléfono móvil para contactar con sus familiares. Porque ese era su único deseo: llamar para contar cómo estaban.

Ya fuera del campamento, uno de los migrantes, Abdelhadi, lamentó la precariedad del muelle. "La situación es muy mala". Muchos llevan días sin comer y hasta semanas sin ducharse. "Solo queremos salir de aquí; unos quieren ir a Almería o Murcia, y otros a Francia o Bélgica" donde tienen familiares.

Hora y media después de salir del campamento llegaron las guaguas contratadas por Mogán para trasladarlos a la capital.

Las consecuencias de la crisis migratoria y la desatención por parte del Estado movilizó a los partidos en sus críticas a la gestión del Gobierno. En este escenario, Ángel Víctor Torres no dudó en sacar los colores a su propio partido al exigir a Interior explicaciones sobre lo sucedido en Arguineguín. "Reclamamos desde el Gobierno canario que se aclare lo ocurrido y que no vuelva a suceder", escribió en Twitter. El socialista conoció el incidente a través de la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, según reveló ella misma. El PSOE del municipio también censuró las formas en las que se ha dejado en libertad a los migrantes. "No se garantizan los derechos humanos", manifestó su portavoz, Artemi Artiles.

Podemos Canarias, socio en el Gobierno de coalición en Madrid y en Canarias, ha ido un paso más allá y ha reclamado al ministro Marlaska que presente su dimisión. En un comunicado, la formación entiende que dejarlos a su suerte "vulnera gravemente los Derechos Humanos y pone en peligro la paz social".

También el PP reclama la destitución de Marlaska por la "grave irresponsabilidad". "Exigimos responsabilidades a Marlaska y que lo cesen, porque no está a la altura de la grave crisis humanitaria que se vive en Canarias".

Por último, Bueno, condenó la gestión de la crisis migratoria. "No entendemos este golpe de timón de Migraciones ni la visita de Escrivá el viernes, ¿para qué?", se preguntó la regidora, quien alertó de que ha tenido conocimiento de que hoy se volverán a dejar en libertad a otras 250 personas.

Por su parte, el magistrado de vigilancia del CIE de Barranco Seco, Arcadio Díaz Tejera, definió como "penoso e irresponsable" que se deje fuera del campamento de Arguineguín a estas personas "sin darles ninguna explicación". A su juicio, lo adecuado es enviarlos a un centro de acogida, como se ha estado haciendo hasta ahora. "No se entiende lo que ocurre", confiesa el magistrado.

Como consecuencia del caos creado, la Jefatura Superior de Policía de Canarias anunciaba a última hora de ayer la suspensión del acto de toma de posesión previsto para hoy del nuevo jefe, Rafael Martínez López.