Desde hace meses, el objetivo de Unidas Podemos ha sido alejar a Ciudadanos de los Presupuestos para poder sacarlos con la mayoría de izquierdas que hizo posible la investidura de Pedro Sánchez el pasado mes de enero. También Gabriel Rufián (ERC) se ha sumado a esa presión durante el debate en el Congreso, donde este jueves se vota si se pueden seguir tramitando las cuentas que ha presentado el Gobierno de coalición o decaen. El final está escrito: Sánchez podrá seguir adelante con sus Presupuestos y asegurarse así dos años de legislatura. Como mínimo.

El portavoz parlamentario morado, Pablo Echenique, ha inaugurado la jornada parlamentaria con una alocución muy dura contra Inés Arrimadas por dar, ha afirmado, el "enésimo giro de timón" buscando "una línea roja" que le sirva como "excusa" para no apoyar las Cuentas públicas: la política naranja exigió el martes eliminar el acuerdo entre PSOE, Podemos y ERC para blindar la inmersión lungüística en Catalunya y que Sánchez se comprometa por escrito a no facilitar un referéndum de independencia.

Arrimadas ha defendido este miércoles esas "nuevas líneas naranjas" para poder votar afirmativamente los Presupuestos de Sánchez y ha asegurado que negociará "hasta el final" para intentar convencer al Ejecutivo de que coja su mano "moderada" y no la de Bildu y ERC. La larga tramitación de esta ley económica tiene dos momentos claves: hoy, cuando se verá que el Congreso no los tumba, y dentro de siete u ocho semanas, cuando se votarán definitivamente. Ciudadanos se pone al lado del Ejecutivo ahora; después, ya verá.

Ante los ataques de Echenique y Rufián, la dirigente de Cs ha encontrado una aliada en la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que pese a la actitud de Podemos, su socio en el Gobierno, y a ERC, le ha dicho que espera que Ciudadanos salga en la foto final de esas cuentas, que quedarán aprobadas definitivamente a principios de enero. "Su aportación como grupo a ese espacio puede hacer que mejore sensiblemente la política española", ha llegado a afirmar Montero.

La presidenta del partido naranja ha agradecido las palabras de la ministra, que también ha valorado su valentía por coger las riendas de Cs tras la dimisión de Albert Rivera, pero le ha dicho que, lamentablemente ella no es la que va a tener que elegir. En su opinión, el presidente del Gobierno debería escoger a su formación, para no tener que "soportar las humillaciones" del líder de Bildu, Arnaldo Otegi, "diciendo que decide el futuro de España". Pero la presión del vicepresidente y líder de Podemos, Pablo Iglesias, se lo impide. Los morados han vetado a Ciudadanos y están empeñados en mantener y mimar el bloque de izquierdas.

La presión de Vox y PP

En su turno, Echenique ha apuntado que la líder naranjas se mostró en un primer momento muy receptiva al proyecto de Presupuestos negociado entre socialistas y morados, pero que la presión de Vox y el PP la han obligado a virar. "Tenga cuidado, señora Arrimadas, no vaya usted a acabar apoyando unos Presupuestos socialcomunistas", le ha dicho con ironía.

Además, Echenique ha criticado a la presidenta de Cs por intentar vender ciertos actos del Gobierno como éxitos suyos para mostrar su distanciamiento de Santiago Abascal: "Estaba ensayando una estrategia que consistía en intentar zafarse del discurso de Vox, aunque eso supusiera firmar cualquier cosa que el Gobierno de coalición le pusiera delante". Sin embargo, el portavoz morado ha querido dejar claro que los naranjas nunca "han estados sentados en la mesa en la que se tomaron esas decisiones".

Tras tratar de sacar fuera de la ecuación a Arrimadas, Echenique ha hecho un llamamiento a la mayoría que hizo posible la investidura de Pedro Sánchez para "dialogar y trabajar juntos para alcanzar acuerdos". "Se ve con mayor claridad con qué aliados podremos hacer ese viaje y con cuáles sencillamanete imposible hacerlo porque desean el camino completamente contrario", ha insistido.

Así, ha pedido a estos partidos que aprueben unos Presupuestos que son una "buena noticia" aunque "no son la panacea y no van a resolver todos los problemas derivados del coronavirus". A renglón seguido ha hecho hincapié en que hay que "huir de triunfalismos" y seguir empujando para lograr mejoras para la ciudadanía. "Ya me gustaría a mí que Unidas Podemos tuviera 100 diputados para que muchas cosas fueran mejores", ha sentenciado, dejando caer sus roces dentro del Gobierno con el PSOE.