La mitad de los pacientes que tuvieron que ser ingresados por Covid al inicio de la pandemia en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) se habían recuperado totalmente a los tres meses de recibir el alta, pero el otro 50% sufría algún tipo de secuelas, "algunas graves y que les limitan e impiden hacer una vida normal", explican desde el servicio de Medicina Interna en donde realizaron un estudio para ver la evolución de estos pacientes una vez abandonaban el hospital. Entre las secuelas más frecuentes está la fatiga, el dolor muscular o la dificultad para concentrarse, pero también hay quien todavía tiene problemas respiratorios o ha visto cómo el coronavirus le afectaba a otros órganos como el riñón.

Este estudio se llevó a cabo entre más de un centenar de pacientes que estuvieron hospitalizados en las áreas de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas. "Se realizó analítica, una radiografía y una entrevista a la gran mayoría aunque no pudo ser al 100% porque algunos tenían problemas para trasladarse", indica el jefe de Medicina Interna, Fernando de la Iglesia, quien explica que el seguimiento se realizó "a los dos o tres meses de que el paciente recibiese el alta".

Un seguimiento que revela que, pasados varios meses desde que salieron del hospital, entre un 30 y un 40% de los pacientes "todavía sienten mucho cansancio, fatiga y dolores musculares", indica de la Iglesia, quien explica que no solo se trata de gente mayor. "Hay jóvenes con 40 años y que nos cuentan que se sienten como si tuvieran 80", sostiene este especialista, quien reconoce que "aunque no son secuelas graves o preocupantes, sí son molestas". Tras el cansancio que arrastran una parte de los hospitalizados, otras secuelas detectadas son las que tienen que ver con la agilidad mental. "Con cierta frecuencia nos encontramos también pacientes que nos dicen que tienen problemas para concentrarse, con falta de memoria o que ven como si sufriesen un enlentecimiento del pensamiento", indica este doctor, quien en ambos casos aconseja "tranquilidad y dejar que pase el tiempo porque no son secuelas graves", pero también intentar hacer un entrenamiento: "Volver a caminar y a pasear poco a poco y cada vez más para la fatiga y para la agilidad mental esforzarse en recordar cosas o leer, por ejemplo".

Menos habitual es continuar con síntomas respiratorios como tos persistente o incluso problemas para respirar tras realizar algún esfuerzo. Lo sufren uno de cada diez pacientes analizados por el Chuac y de ellos, a entre un 3 y un 5% se les realiza un seguimiento desde atención especializada para ver su evolución ya que su estado de salud es más grave. "El problema con el Covid es que desconocemos la historia natural de esta enfermedad y por tanto, no tenemos datos ni de las secuelas que deja ni cuáles son temporales o cuáles permanecerán. Por analogía con el coronavirus que hubo en 2003 sabemos que a medio plazo entre el 4 y el 5% de pacientes desarrolló una fibrosis pulmonar. Por eso, se realiza un seguimiento a algunos pacientes que aún tienen problemas respiratorios", indica el doctor De la Iglesia.

Por ello, los médicos reconocen que de momento no tienen datos para saber si algunas secuelas menos comunes pero que sufren algunos pacientes van a ser temporales o se solucionarán pasado un tiempo. "El virus no solo afecta a los pulmones, afecta a otros órganos y hemos visto a pacientes que cuando estuvieron ingresados sufrieron una insuficiencia renal, por ejemplo, y que pasados tres meses todavía no se habían recuperado, alguno que asegura sentir cierto hormigueo o debilidad en la mano, otros que sufrieron episodios trombóticos y que continúan en seguimiento...", indica De la Iglesia.

La mayoría de pacientes con secuelas ya tenía estos síntomas durante su hospitalización Los médicos dejan claro también que parte de estas secuelas se deben al propio virus y otras simplemente al hecho de haber permanecido mucho tiempo hospitalizado, especialmente en la UCI. "Cuando uno tiene un ingreso prolongado, está en críticos e intubado hay más posibilidades de tener atrofia muscular o deterioro en la memoria", indica el jefe de Medicina Interna, quien reconoce que aunque la mayoría de pacientes hace vida normal "al estar totalmente recuperados o porque tienen secuelas leves", hay un pequeño porcentaje que ve su vida "limitada" por secuelas graves.

PRIMERA OLA

"Un 12% de los fallecidos por coronavirus en el Hospital de A Coruña tenía menos de 65 años". Tras la experiencia vivida en el hospital durante los primeros meses de pandemia y con los datos en la mano del seguimiento a quienes recibieron el alta médica por coronavirus, Fernando de la Iglesia es tajante al apelar a la "responsabilidad individual" de los ciudadanos para frenar la transmisión de un virus que no es ningún juego.

"La mayoría de pacientes se recupera pero hay un porcentaje que tiene secuelas graves que limitan su vida. No sirve decir yo soy joven y a mí no me va a pasar nada. Tenemos a pacientes jóvenes ingresados, incluso en la UCI y con una infección grave", asegura el jefe de Medicina Interna del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), quien pide no olvidar tampoco las cifras de fallecidos en la primera oleada del virus. "Más de un 30% de los pacientes con Covid que ingresaron en el hospital fallecieron y aunque es cierto que una gran parte eran mayores, no hay que olvidar que un 12% de los fallecidos tenían menos de 65 años", indica.

Además, deja claro que el virus no se ha debilitado en estos meses.