Minutos después de que el PDECat asegurara que no le constaba la baja del 'expresident', Carles Puigdemont anunció en Twitter que dejaba ayer la posconvergencia. Tras él, en tromba, los presos independentistas y convergentes de toda la vida Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn, así como los 'consellers' Budó, Calvet, Puigneró y Buch, y un reguero de militantes, cargos internos -entre ellos, 13 de los 15 responsables de las sectoriales de la organización- y alcaldes del partido, todos en apoyo de Puigdemont.

La dirección del PDECat asumió ayer que, pese a ser previsible la baja de Puigdemont y los presos -que propusieron meses atrás, sin éxito, la integración del partido a la nueva fuerza de Puigdemont- es algo que «duele» porque sin duda el 'expresident' es un potente reclamo político y electoral y los dirigentes presos gozan de autoridad interna.

Un reguero de bajas

El PDECat cifraba en un 7% los militantes que se les escapan (unos 800) pero el goteo fue constante, incluidos alcaldes del Vallès Ortiental, la edil de Vic y nombres como la exvicepresidenta del PDECat, Míriam Nogueras, por citar algunos ejemplos. Todos lo anunciaron en las redes sociales con lo que el portazo es sonoro. Este martes seguirán las bajas de organizaciones territoriales del PDECat.

El partido posconvergente se mantiene firme en su decisión de no diluirse en Junts. Es más, espera que la justicia le devuelva la propiedad del nombre, que los de Puigdemont se hicieron suyo en una maniobra que el PDECat considera irregular. El futuro del PDECat pasa por reivindicar, como ayer hizo su portavoz, un espacio independentista de centro. Y en tratar de aferrrarse a los alcaldes que sigan fieles a su ideario, así como a los cargos en los distintos parlamentos y en el Govern, donde la cabea visible y única pasa a ser la titular de Empresa, Maria Àngels Chacón, la llamada por el PDECat a encabezar la lista electoral, enfrentándose a la de los partidarios de Puigdemont.

Sin puertas abiertas

Pese a la evidente ruptura. el portavoz del PDECat, Marc Solsona se esforzaba ayer en minimizar el litigio judicla con Puigdemont y en mostrar su disposición a seguir negociando con el nuevo partido, una posible solución. Pero ni Puigdemont acepta una coalición electoral ni el PDECat quiere disolverse en el nuevo partido. Mientras, los seguidores de la nueva formación esperan que la posconvergencia se vaya desangrando internamente.