La crisis entre el PDeCat y JxCat se ha recrudecido este domingo con el anuncio de más abandonos en el partido demócrata de cargos de Junts, a raíz de la demanda interpuesta por los exconvergentes por presunta apropiación de la marca JxCat registrada por el expresident Carles Puigdemont.

El PDeCat anunció ayer que ha emprendido acciones judiciales contra JxCat, la nueva marca registrada por Puigdemont, huido a Bélgica, porque considera que "no se llevó a cabo correctamente", lo que ha originado que muchos militantes con cargos de JxCat hayan dedicido romper su carné del PDeCAT para, ya sin ambages, embarcarse en el proyecto de Puigdemont.

El exconseller Lluís Puig, huido en Bélgica, ha sido el último en anunciar que abandona el PDeCAT, porque considera que las "decisiones tomadas por la Ejecutiva" del PdeCAT "no se adaptan al mandato de la Asamblea ni del Consejo Nacional de transitar hacia JxCat".

También han anunciado que dejarán de ser asociados del PDeCAT alrededor de medio centenar de concejales de JxCat de 16 municipios del área metropolitana de Barcelona, que se suman a los cinco senadores de JxCat que ayer anunciaron su baja del PDeCat, después de que el partido presidido por David Bonvehí decidiese llevar el tema de la marca a los tribunales.

Los concejales del partido de Puigdemont que han anunciado hoy su salida consideran "inadmisible" que la dirección del PDeCAT, a la que tildan de "autoritaria", haya llevado a JxCat a los tribunales por el tema de la marca cuando su "voluntad", argumentan los primeros, era la de "sumar" y "hacer más amplia la mayoría independentista".

"Una vez más, se ha vuelto a tomar una decisión de gran importancia sin consultar a los asociados y asociadas del PDeCAT, generando de nuevo una situación de menosprecio y autoritarismo por parte de la dirección actual del partido", denuncian estos regidores en un comunicado.

Critican, además, que Bonvehí está llevando a cabo desde hace meses reuniones con alcaldías y grupos municipales "de espaldas" a los cargos comarcales.

En la misma línea se pronunciaron ayer los cinco senadores de JxCat cuando anunciaron su baja del PdeCAT. Criticaron "la deriva que está tomando el partido" y lamentaron que la dirección "no respete" los acuerdos alcanzados en el seno de la formación.

En diciembre de 2019, recordaron, el PDeCAT decidió "transitar hacia JxCat" y por eso consideraron "intolerable" que ese partido ahora anteponga "los tribunales por delante del diálogo", decisión sobre la que dicen no haber sido "consultados ni informados".

Aunque se mantienen en silencio, entre el grupo dirigente del recién fundado partido JxCat también hay numerosos asociados del PDeCAT, desde el propio Puigdemont hasta los presos independentistas Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull, así como los consellers Damià Calvet, Jordi Puigneró o Àngels Chacón.

Cuando dio a conocer ayer sus acciones judiciales, el PDeCat defendió que la formación y el expresident Puigdemont y el nuevo secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, habían acordado que el futuro de las siglas de Junts se decidirían conjuntamente y no de forma unialteral.

El desencuentro agravado ahora tomó ya cariz de ruptura cuando el 10 de julio se oficializó un cambio en el registro de partidos que hizo que las siglas JxCat, hasta entonces en manos del PDeCAT, pasaran a ser controladas por personas de la confianza de Puigdemont.

Hasta ahora, JxCat se ha utilizado como marca electoral y es el nombre de grupos parlamentarios varios -los del Parlament, el Congreso, el Senado o el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo-, pero nunca ha concurrido a las elecciones como partido.

El mundo posconvergente -es decir, Puigdemont y su entorno y el PDeCAT- decían buscar desde hace meses la manera de encajar para concurrir de nuevo juntos a las próximas elecciones, pero el movimiento del expresident de hacerse con las siglas del partido JxCat -una de las principales bazas negociadoras del PDeCAT hasta ese momento- ha comportado que el asunto sea ahora difícil de reconducir.

Antes del revuelo causado por llevar el caso a los tribunales, el PDeCAT convocó a los periodistas a una rueda de prensa que se llevará a cabo mañana a las 12.30 horas.

Puigdemont y figuras relevantes de JxCat -más allá de las que han anunciado que abandonan el PDeCAT- han optado por el momento por mantenerse en silencio, igual que la cuenta de Twitter de este nuevo partido, sin actividad desde el pasado 28 de agosto.

El coordinador nacional de ERC y vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha preferido a su vez no entrar en polémicas ajenas y se ha limitado esta mañana a mostrar su "respeto a los procesos internos de cada formación".

Puigdemont no ha dicho hasta ahora que vaya a abandonar la militancia de este partido, del que participa desde su juventud, años antes que dejara de llamarse Convergència.

El PDeCAT, por su parte, deberá decidir si concurre o no a las próxima elecciones catalanas y, en caso que decida hacerlo, si opta por presentarse en solitario o intenta sumar fuerzas con otros actores como el recién creado Partido Nacionalista de Cataluña (PNC), encabezado por la también exdirigente del PDeCAT Marta Pascal.

Si finalmente el registro de la marca Junts se pone en entredicho judicialmente, también lo haría el camino congresual de la nueva marca de Puigdemont, que no se iba a completar hasta el 3 de octubre.