La vicepresidenta primera del Gobierno español, Carmen Calvo, cerró este lunes una visita a Francia que sirvió para compartir posiciones sobre la gestión y el impacto de la crisis sanitaria así como la necesidad de actuar de forma coordinada en defensa del mercado único europeo.

Su viaje reemplazó el que tenía previsto el pasado 20 de julio, que tuvo que anular dado que el presidente, Pedro Sánchez, estaba en Bruselas en el Consejo Europeo que dio luz verde al histórico fondo de recuperación de 750.000 millones de euros financiado con la emisión de deuda común.

La agenda del día combinó reuniones institucionales con el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (ABE), José Manuel Campa; el primer ministro, Jean Castex, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, con un homenaje a los combatientes de La Nueve.

El mismo día en que en 1944 esa compañía, integrada en su mayor parte por republicanos españoles, fue la primera en entrar en un París todavía ocupado por la Alemania nazi la víspera de su liberación, Calvo honró en el jardín de La Nueve su lucha en favor de la democracia.

Pero la pandemia fue el tema que copó el tiempo de los interlocutores, en un momento en que ambos países atraviesan un pico de contagios que invita a acelerar la estrategia tanto a nivel económico como respecto a la inminente vuelta a las clases, sobre la que admitió que ningún país tiene un modelo único.

"Tenemos que ir viendo casi día a día todas las decisiones que se han tomado y las que se puedan ir tomando, pero creo que es importante ponderar. Primero está desde luego la salud y la vida. Esta no es una crisis económica ni una crisis al uso. Es una crisis sanitaria provocada por un virus", dijo Calvo a la prensa.

Castex, que desde 2008 había sido alcalde de Prades, localidad situada a poco más de una hora de carretera del paso fronterizo de La Junquera, fue nombrado primer ministro el pasado julio y este lunes fue el primer día en que la vicepresidenta coincidió con él.

"Siendo un país vecino es muy importante que algunas estrategias sean de alguna manera convergentes. (...) Hay que mantener el mercado único sin mucho sobresalto", dijo Calvo.

Política interna

La planificación de los fondos europeos a disposición de ambos países o la cooperación en materia transfronteriza se sumaron a asuntos de política interna, como la situación en Cataluña o el arresto domiciliario del que goza en París desde el 30 de julio el histórico dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea.

Calvo defendió ante el jefe del Ejecutivo francés "que no haya absolutamente ninguna malinterpretación ni reverberación de lo que el independentismo dice de España en Europa" y de la idea que algunos de esos líderes trasladan sobre la calidad de la democracia española o el rigor del Estado constitucional.

La vicepresidenta recordó a Castex que cualquier decisión relacionada con ETA tiene para España un "alto voltaje de sensibilidad": "El Gobierno de Francia hace lo que tiene que hacer, mantenerse de manera respetuosa con sus decisiones judiciales. No se le puede pedir más que entienda que para nuestro país es un asunto sensible", dijo a la prensa.

Sus intercambios en París también fueron de naturaleza económica. Con el representante de la ABE habló de su visión del sistema bancario español y de la liquidez de la que van a poder disponer las empresas y, sin entrar en precisiones, señaló que sus conclusiones en uno y otro sentido la habían "tranquilizado mucho".

El viaje empezó en verdad el sábado, cuando se desplazó hasta la localidad de Aÿ-Champagne, a unos 150 kilómetros de la capital, para homenajear a Juan Romero, que a sus 101 es el último testigo español del campo de concentración nazi de Mauthausen.

La visita finalizó este lunes en el jardín de La Nueve con descendientes de esos republicanos e integrantes de la asociación "24 Août 1944", a quienes agradeció haber mantenido su memoria y ayudar a que "jóvenes y antifascistas sepan que nunca cederemos ante ningún movimiento en el que aparezcan los nuevos fascismos que ahora tenemos".