"¿Si Podemos está dando sus últimos coletazos, por qué nos siguen atacando?". A raíz de esta pregunta Juan Carlos Monedero (1963), pieza clave en su proceso constituyente, dedica trece minutos de su apretada agenda, un dietario que el pasado jueves le llevó a Tenerife para presentar su último libro 'El paciente cero eras tú', para resolver esta entrevista. "El partido se ha desangrado buscando poder y con muchas divisiones internas", critica.

¿Cómo se ve el momento político actual desde la barrera?

Todos los españoles hemos sido sometidos por el coronavirus pero la derecha, además, fue atacada por el virus de la rabia. Están furiosos y al igual que lo planificaron en el pasado se han empeñado en destruir a este Gobierno de izquierdas... No son capaces de asumir que hay una España que quiere un ejecutivo diferente y eso les molesta.

¿Están muy rabiosos?

Están por la labor de dar un golpe de Estado como se dan en el siglo XIX, que son unos golpes de Estado blandos donde se mezclan los apoyos judiciales, de algunos sectores institucionales y, sobre todo, de los medios de comunicación.

Todo eso suena a una teoría de la conspiración, ¿no?

Los hechos están ahí... En los últimos tiempos intentaron tumbar a Grande-Marlaska, fueron a por la ministra de Igualdad y el Delegado del Gobierno en Madrid por el 8M, encabronaron a la Guardia Civil... Incluso se dieron dimisiones en la cúpula de esa institución asociadas al Opus Dei y a Fernández Díaz. ¿Sigo, o lo dejamos aquí?

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El Grupo Prisa busca hacer tambalear al Gobierno a golpe de editoriales y, a su vez, hay un sector capitaneado por Felipe González que se cree con derecho a fijar el rumbo que debe seguir el PSOE. Su objetivo es que Podemos salga del poder y regresar a un gobierno de concentración nacional, como a ellos les gusta llamarlo, pero que se parece bastante a aquello que planteó Armada el 23F... Como no les ha salido, ahí siguen gritando todos los días, montando en cólera y dando un espectáculo patético tanto en el Congreso como en el Senado.

¿Está en crisis el "matrimonio" político formado por Pedro Sánchez y Pedro SánchezPablo Iglesias

La realidad es que se han dado más roces o desavenencias dentro del PSOE que en la alianza que sellaron Sánchez e Iglesias, que, sinceramente, creo que ha sido un regalo para la democracia. Imaginar lo que hubiera podido salir a partir de un ejecutivo liderado por el PP o del Partido Socialista aliado con la derecha produce escalofríos. La entrada de Unidas Podemos en el Gobierno ha ayudado a que el alma de izquierda del PSOE domine y su alma liberal esté cabreada.

En Galicia y el País Vasco los resultados fueron malos...

Fueron unos resultados que no expresan sorpresa si uno hace un buen diagnóstico. Es cierto que en Galicia el castigo ha sido excesivo, pero en los dos casos hay una correspondencia con tres variables claras. La primera va asociada con el momento actual: Unidas Podemos se ha desangrado para llegar al Gobierno y ser protagonista de un cambio de rumbo histórico. El precio ha sido alto porque ha desatendido lo que supone la construcción interna del partido. Otro error grave fue no clarificar su presencia en esos territorios: en Galicia se presentó en cuatro elecciones con cuatro marcas distintas y eso genera confusión. Las enormes divisiones internas, por último, han destrozado las estructuras de una formación que realizó una apuesta equivocada por las Mareas. Las campañas mediáticas que se desbordan en contra de Podemos cada vez que se convocan unas elecciones tampoco ayudan.

¿Podemos es ese saco de boxeo que hay en los gimnasios al que todos dan golpes?

Le voy a decir una cosa que resulta muy evidente... Cuando alguien se marcha de Podemos dejan de golpearle. Los que siguen dentro reciben ataques inmisericordes sin ningún tipo de pruebas.

¿Usted también se llevó lo suyo cuando estaba "dentro"?

Yo me llevé lo mío, sin duda alguna, porque fui el primer objetivo a abatir... Contra mí utilizaron uno de los aparatos del Estado, como fue el Ministerio de Hacienda y al que se apuntó Manos Limpias, cuyo líder acabó en la cárcel por corrupción, cohecho y otras trapacerías... Buscaron donde no había para intentar meterme en la cárcel pero no encontraron nada... Estos indeseables lo único que buscaban era hacer ruido.

¿Nunca temió que lo suyo pudiera ir más allá de ese ruido, es decir, acabar condenado?

Yo sé lo que he hecho y lo que no he hecho, es decir, que no me pueden acusar de algo que no hice. Manos Limpias intentó matarme sibilinamente, pero no les fue bien. Ellos sabían a ciencia cierta que no había delito. Era el mayor de podemos y fueron tan imbéciles de creer que si acababan conmigo se cargaban el partido... Como diría Gila: nos han fusilado, pero nos han fusilado mal.

Hablando de presuntos delitos, ¿qué le parece lo que está sucediendo con el Rey emérito?

Yo siempre he dicho que era un bulto sospechoso desde la Transición. Hoy ya nadie duda de quién es el Rey Juan Carlos, un personaje oscuro que continúa disfrutando de un gran halo de protección.

¿Cree que al final tendrá que responder ante la justicia?

La justicia ya está en marcha, pero también le digo que los Borbones tradicionalmente mueren fuera de España. Esto no solo afecta al Rey emérito, sino a Felipe VI. También a los que guardaron silencio durante más de 40 años.