La Audiencia Nacional ha acordado la apertura de juicio oral contra Mohamed Houli Chemal, único superviviente de la explosión de Alcanar, Driss Oukabir,que alquió la furgoneta del atropello mortal de la Rambla, y Said Ben Iazza, los tres presuntos miembros de la célula terrorista que cometió los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y en la localidad de Cambrils. Todavía no se ha fijado cuando se celebrará la vista oral.

En el auto, el tribunal de Sala de lo Penal confirma la conclusión del sumario por los delitos que incluyó el juez instructor del caso su procesamiento y que constituían integración en organización terrorista, fabricación, tenencia y depósito de explosivos y delito de estragos en grado de tentativa, sin perjuicio, indican, de su determinación en los escritos de conclusiones, de estragos terroristas consumados y asesinatos en tentativa o lesiones de carácter terrorista por los hechos de Alcanar.

Varias de las acusaciones particulares y las dos populares habían solicitado al tribunal que ordenase al juez instructor la ampliación de la imputación a los tres miembros de la célula por las víctimas de los atentados de Barcelona y de Cambrils.

El tribunal, sin embargo, rechaza este extremo y argumenta que cuando finaliza la investigación impera el principio acusatorio y se debe garantizar la necesaria imparcialidad de la sala sentenciadora, de ahí que, salvo clamorosas omisiones de hechos imputables, "no deba hacerse uso de la facultad de ordenar el procesamiento o la ampliación del mismo mediante la atribución a los procesados de hechos que no les fueron imputados en el auto del juzgado".

Exclusión expresa del juez

Los togados recuerdan que el auto de procesamiento se excluye expresamente por el juez instructor la participación de los procesados en los hechos acontecidos en Barcelona o Cambrils, pero no de pertenecer a la célula terrorista que los cometió. El tribunal sostiene que si ordenaran procesar o ampliar el procesamiento estarían valorando aun provisionalmente los indicios racionales de criminalidad contra determinadas personas, lo que les haría perder la necesaria imparcialidad.

El tribunal recoge, eso sí, las distintas alternativas de las acusaciones, entre ellas las posibles consecuencias lesivas, personales y materiales, de la explosión del material almacenado en la casa de Alcanar que podría suponer la existencia de un concurso de delitos como entienden varias de las acusaciones personadas. En el mismo sentido, el auto explica también la posibilidad de que las acusaciones imputen a Said Ben Iazza por integración o simple colaboración en su escrito de conclusiones.

El auto de procesamiento sostiene que el grupo de jóvenes de Ripoll, bajo la dirección espiritual del imán Abdelbaki Es Satty, que falleció en la explosión de Alcanar, "se conjuraron para realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones mediante el uso de artefactos explosivos, a fin de coadyuvar a la estrategia terrorista de la organización terrorista" Estado Islámico. La explosión de Alcanar frustra el plan original y Abouyaaqoub, al enterarse en una gasolinera por Hichamy, se dirige a Barcelona para cometer el atropello de La Rambla, en el que mueren 14 personas y 128 resultan heridas. Los otros cinco terroristas compran cuchillos y a la una de la madrugada del 18 atentan en Cambrils, donde muere una mujer.

Proceso de radicalización

El juez sitúa el proceso de radicalización que les hizo llegar a ese punto en 2015, antes de que Es Satty fuera despedido de la mezquita El Fath y marchara a Bruselas. A su vuelta, ya como imán de Annour, les explicó que atentar forma parte del islam. Unos tres meses antes de los atentados del 17-A, la célula empezó a adquirir material para fabricar explosivos y el imán les dijo que "serían mártires". El grupo se alejó incluso de su familia y "su vida pasó a desarrollarse exclusivamente junto a la de sus compañeros, compartiendo vivienda, comidas, viajes y por ende, participando en la fabricación de los explosivos o colaborando en la planificación de los atentados.

Entre los escombros de Alcanar apareció un vídeo en el que se veía cómo fabricaban explosivos y anunciaban un atentado, y se hallaron fotografías de "lugares susceptibles de ser objetivo": Port Aventura; plaza Catalunya, la Torre Agbar y el Camp Nou, en Barcelona; la Torre Eiffel y Toulose, en Francia, y el Santiago Bernabeu y el Museo Thyssen, en Madrid. Hicieron 125 búsquedas en internet de la Audiencia Nacional, 106 de la tomatina de Buñol, 219 del embalse de Riudecanyes y 104 de la Alhambra de Granada.

En Alcanar almacenaban entre 200 y 500 kilos de explosivos, 19 artefactos improvisados tipo granada de mano y una faja bomba. El juez añade las 104 bombonas encontradas, con las que los terroristas pretendían "amplificar el efecto del explosivo", creando "bolas de fuego". Según los peritos, "tal cantidad de material de tal potencia destructiva, de llegar a ser utilizado para atentar en lugares o monumentos con gran afluencia de público, hubiera provocado unos daños de enormes dimensiones".