El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha reactivado este viernes el partido al poner nueva fecha para las votaciones de la tercera Asamblea Ciudadana, en la que con toda seguridad será reelegido como líder: será entre el 15 y el 21 de mayo.

En la semana en la que España se prepara para la desescalada tras casi dos meses paralizada por la pandemia de la COVID-19, Iglesias ha anunciado ante el Consejo Ciudadano Estatal (CCE) su intención de retomar la asamblea que se quedó en suspenso por el coronavirus y que tenía que finalizar el 21 de marzo con un encuentro en Leganés.

Un proceso equivalente a los congresos de otros partidos en el que las bases eligen el rumbo del partido para los próximos cuatro años y que se retoma ahora porque la organización entiende que debe estar "en las mejores condiciones para asumir el gigantesco reto de reconstruir el país" de la crisis social y económica.

Podemos dará por válidas las votaciones que ya habían comenzado -las de los documentos y representantes de los círculos- y empezará de cero en la elección del secretario general del partido, en la que solo se enfrenta a Iglesias el militante castellanomanchego Fernando Barredo.

Posteriormente tendrán lugar las asambleas ciudadanas autonómicas de los territorios donde las direcciones hayan finalizado su mandato o de los que, teniéndola vigente, también decidan sumarse. El calendario aprobado sitúa su finalización el 19 de junio, informan fuentes del partido.

Durante su intervención en el Consejo Ciudadano Estatal, Iglesias ha reivindicado que Podemos tiene "claro" cuál debe ser su papel ante la nueva crisis económica y social que vendrá como consecuencia del COVID-19: estar con los transportistas, con el conjunto de la clase trabajadora y con los sindicatos para trabajar por lo que llama "la reconstrucción de lo común".

"La Europa que hoy conocemos fue el resultado de una reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial", ha dicho Iglesias estableciendo un paralelismo entre el fascismo de entonces con la posición actual de Vox y también de un PP al que ha pedido pensar si en un momento como el actual quiere quedarse en la misma "esquina de la historia" que Santiago Abascal.

Iglesias ha hecho una defensa cerrada de lo que llama "el escudo social" del Gobierno, es decir, el desembolso de dinero público para afrontar una crisis de manera "opuesta" a los recortes de 2008, que permitirá la implantación de un ingreso mínimo vital del que -ha incidido- "estamos a las puertas".

Pero el vicepresidente segundo del Gobierno ha advertido a los suyos de que el camino emprendido por la coalición con los socialistas no es el único posible.

"Cometeríamos un error si pensáramos que la dirección histórica que tomen las cosas en España y en Europa es clara y es evidente... Las cosas pueden ir también en la dirección que les gustaría a los enemigos del interés general, los que casi siempre salen ganando de todas las crisis", ha advertido.

Y, en referencia a los partidos de la derecha, que, según Podemos, defienden los intereses de aquellos que casi siempre ganan, Iglesias ha dicho que "están demostrando una vez más que están dispuestos a lo que sea: a insultar, a gritar, a mentir, a hacer política con la muerte para conseguir sus objetivos".

Por eso, ha advertido, "es clave que nuestra gente siga movilizada, en las redes sociales, en los grupos de solidaridad en los barrios, en los centros de trabajo... Para empujar a hacer realidad los consensos sociales que refuerzan lo público, porque son lo que nos unen".

Porque para Iglesias estamos en un momento en el que, tal y como sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, Europa se enfrenta a una reconstrucción del bien común, de la democracia y de los servicios públicos frente a lo que había representado el fascismo, situación que compara con el actual discurso de Vox.