En menos de 24 horas los jefes de Estado y de Gobierno de la UE (virtualmente) en el que será el cuarto Consejo Europeo por videoconferencia que celebran desde el estallido de la crisis del Covid-19. Estas son las posturas y los planes con los que acuden los principales gobiernos europeos.

España

La propuesta remitida por Pedro Sánchez a sus colegas evita el debate de los eurobonos/coronabonos, que tanta división genera en el seno de la UE, y apuesta por un fondo de reconstrucción capaz de movilizar entre 1 y 1,5 billones de euros, que se financiaría con la emisión de deuda perpetua respaldada por los mecanismos actuales para financiar el marco presupuestario de la UE, y que disponen de la máxima calificación crediticia (triple A). Los intereses serían abonados, en la medida de lo posible, por una nueva batería de impuestos como una tasa a las emisiones de CO2, un impuesto transfronterizo al carbono o una tasa sobre la rentabilidad del mercado único. Las transferencias a los estados miembros se harían teniendo en cuenta el impacto del Covid-19 sobre la base de indicadores como el porcentaje de población afectada, la caída del PIB o el aumento de los niveles de desempleo. El Gobierno defiende que el fondo esté vigente durante un período de dos o tres años a partir del 2021.

Francia

El Gobierno francés fue el primero en presentar un plan para desatascar el debate. Su propuesta pasa por la creación de un fondo de recuperación de carácter temporal a través de un mecanismo que iría a los mercados en busca de financiación. Para lograr las mejores condiciones financieras emitiría deuda conjunta respaldada por garantías de los estados miembros, a 5 o 10 años, lo que permitiría a los estados miembros devolver progresivamente los préstamos. Francia insiste en que no se mutualizaría la deuda nacional, ni pasada ni futura, y que solo la financiación de las medidas ligadas a la crisis del Covid-19 sería mutualizada, que los estados devolverían después según una clave de contribución preestablecida. El fondo tendrá que tener "una talla suficiente", entre 1 y 2 billones de euros. Paris ve con buenos ojos que se integre dentro del nuevo marco presupuestario de la UE para el periodo 2021-2027.

Italia

Hasta ahora ha sido uno de los países que con más firmeza han defendido la idea de eurobonos y que más han rechazado el uso de la nueva línea de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), pactada hace una semana en el marco de la respuesta de emergencia a corto plazo. Se trata de un elemento tóxico en Italia que genera profundos enfrentamientos. Aunque el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha insistido en que el uso la liquidez del MEDE no conlleva condicionalidad, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, espera la confirmación del resto de colegas europeos en la cumbre. Italia acude a la cita defendiendo un fondo de recuperación de entre 1 y 1,5 billones de euros, financiado a través de una emisión de deuda común, bajo el aval del presupuesto de la UE, que conceda subvenciones y préstamos a bajos tipos de interés, que se active cuanto antes, a poder ser en la segunda mitad del 2020, y que sirva para financiar necesidades específicas como el turismo.

Alemania

Alemania es uno de los países que forman parte del grupo de países reacios a la creación de eurobonos o coronabonos, aunque su cancillera, Angela Merkel, ha señalado en reiteradas ocasiones su disposición a financiar el nuevo fondo de recuperación que reclaman los países más afectados por esta crisis sanitaria a través del nuevo marco presupuestario de la UE, la idea en la que trabaja la Comisión Europea. Berlín, que ha exhibido una postura más conciliadora que La Haya, parece dispuesta a aceptar la emisión de deuda conjunta avalada por el nuevo presupuesto de la UE y que Bruselas utilizaría como colateral para pedir prestado en los mercados y multiplicar los fondos disponibles hasta el billón mencionado por la presidenta Ursula von der Leyen. No está claro si Berlín aceptaría la distribución de los recursos del fondo vía subvenciones o transferencias, como reclaman España o Italia, o préstamos reembolsables.

Holanda

El Gobierno holandés no acepta la creación de eurobonos ni coronabonos, ni ningún tipo de mutualización de la deuda que aumente los costes para sus contribuyentes, ni la concesión de préstamos sin condiciones, ni que los nuevos instrumentos acordados por el Eurogrupo, como el fondo de reaseguro de empleo para financiar los ERTEs, se conviertan en instrumentos permanentes. A finales de febrero su primer ministro, Mark Rutte, se mantuvo firme en su negativa a aumentar el marco presupuestario de la UE para los próximos siete años más allá del 1% del PIB -la propuesta inicial de la Comisión Europea fue del 1,114% y del 1,3% la del Parlamento Europeo- y la postura de momento no ha cambiado.