La tan ansiada vuelta de la infancia a la calle se iba a hacer de forma muy restrictiva. Pero hubo giro de guión cerca de las nueve de la noche de ayer. Los niños sí podrán salir a pasear un rato al día, desde el domingo. La presión social, el descontento con una sorprendente medida que ligaba las salidas infantiles a los recados de sus padres y también la postura de Pablo Iglesias. Nocturna y sonada, después de que en los chats de media España no se hablase de otra cosa en la jornada.

El Consejo de Ministros aprobó ayer las condiciones en las que, supuestamente, los más pequeños iban a poder salir de casa desde el día 27 de abril. Se encargó de hacer públicos los detalles su portavoz, María Jesús Montero: dijo que los menores de 14 años podrían abandonar el hogar para acompañar a sus padres a la compra en un supermercado, al banco, a la farmacia, al estanco o al quiosco. Nada más. Eso dejaba el anuncio de "alivio" que el sábado había hecho, sin detalles, Pedro Sánchez, en casi nada.

Hasta ahora ya había un grupo de niños que podían dejar el confinamiento bajo estos mismas requisitos: cuando el progenitor o cuidador no tuviera más remedio que ir con ellos, al carecer de ayuda en su vivienda. La relajación de la medida, por lo tanto, era más que relativa. Y polémica, por no permitir un rato de calle y, sin embargo, sí un tiempo indefinido de centro comercial. Con el riesgo que eso implicaba.

Oposición y cacerolas

A media tarde las críticas arreciaban en las redes sociales. Hubo llamamiento incluso a una cacerolada y hasta recogida de firmas contra el reloj para exigir una rectificación gubernamental inmediata. Los dirigentes de la oposición empezaron a salir a la palestra. Más País amagó con someter a votación en el Congreso el dejar que los niños paseasen una hora diaria, como ocurre en otros países del entorno europeo con iguales niveles de pandemia que España. Y, pasadas las 20.30 de la noche, el portavoz de los morados, Pablo Echenique gubernamental que llegaría tan solo unos minutos después: confirmaba a los periodistas que esperaba un cambio de criterio inminente y que el titular de Sanidad, Salvador Illa

Dicho ministro estaba en esos momentos reunido con la Dirección General de la Infancia, órgano dependiente de la vicepresidencia social de Pablo Iglesias. "La postura de la la Dirección de Infancia es que se deben permitir los paseos", sentenció Echenique, amable en las formas con los socialistas, pero contundente en el mensaje de fondo. Pocos segundos después, el propio Iglesias lanzaba un mensaje público por si había dudas: confirmaba que Sanidad "adoptaba las recomendaciones" de su área. Se congratulaba por ello. Esto, mientras se estaban ajustando en La Moncloa los microfónos para que el propio ministro Illa hiciera suya la rectificación, que achacó a que él pertence a un Gobierno que "sí" sabe escuchar a la ciudadanía.

En seis horas

La misma ciudadanía que, a tenor de las reacciones que se habían ido desatando en las seis horas previas a su comparecencia, clamaban contra las primeras intenciones del Ejecutivo por encontrarlas fuera de lógica e insuficientes para favorecer a los menores. "Desde el mismo domingo 26 abril daremos la orden, si este miércoles se aprueba en el Congreso la prórroga del estado de alarma, para que los niños puedan dar paseos en determinadadas condiciones que ya anunciaremos. Estamos trabajando en varias medidas [...]. Somos un Gobierno que escucha", incidió Illa.

Las Comunidades

Además de una buena parte de la sociedad, Unidas Podemos, prácticamente la totalidad de los partidos de la oposición y varias autonomías apostaron por un giro de guión que terminó llegando. De hecho varias comunidades llevaban tiempo reclamando medidas de desconfinamiento infantil, sin esperar más tiempo, por el riesgo que según los expertos tiene tener a los niños encerrados tantos días. Entre otras, Aragón, la Comunidad Valenciana, Euskadi, Madrid y Cataluña. Esta última divulgó el pasado sábado su propio plan para que los niños pudieran pasear.